La Alianza Evangélica Mundial (WEA por sus siglas en inglés) y la Alianza Evangélica Portuguesa (AEP) hablaron de la protección de la libertad religiosa en Portugal en el Consejo de Derechos Humanos ( HRC) de las Naciones Unidas, en Ginebra.

La declaración de los organismos evangélicos tuvo lugar en la 58ª sesión del Consejo de Derechos Humanos, que adoptó el resultado del Examen Periódico Universal (EPU) de Portugal, el 24 de marzo.

Comenzaron agradeciendo al gobierno portugués por “aceptar la recomendación de intensificar los esfuerzos para garantizar respuestas efectivas que hagan frente a la discriminación, la islamofobia, la incitación al odio y otras formas de intolerancia contra las minorías étnicas y religiosas”.

Sin embargo, las alianzas evangélicas también subrayaron su preocupación por “la continua inestabilidad política en el país, la creciente simpatía por los grupos políticos populistas y el auge del extremismo xenófobo y racista”.

Por ello, instaron a Portugal a “promover una formación más generalizada en diversos ministerios y departamentos gubernamentales”, para que “todos los funcionarios públicos puedan cumplir eficazmente la Ley de Libertad Religiosa sin discriminación”.

Además, las entidades evangélicas pidieron al gobierno que “integre mediante legislación las escuelas y seminarios teológicos evangélicos en el sistema educativo nacional”.

Atención sanitaria y autodeterminación de género

Los cristianos evangélicos de Portugal elogian la decisión del gobierno portugués de proteger la libertad religiosa y de conciencia de pacientes, profesionales sanitarios y otras personas, “protegiendo especialmente la objeción de conciencia en el ámbito médico”.

Sin embargo, lamentaron que tales libertades no se hayan protegido “en la aplicación de una ley que penaliza las llamadas terapias de conversión”.

Para la WEA, “enseñar perspectivas religiosas a los creyentes de acuerdo con su teología nunca debería considerarse un delito”, pero la ley portuguesa está redactada de tal forma que «puede dar lugar a interpretaciones en ese sentido, que pueden conducir a graves limitaciones de la libertad religiosa y de expresión”.

Para evitarlo, instan al gobierno portugués a “revisar toda la legislación relativa a la autodeterminación de género para garantizar el reconocimiento de las posturas sociales y religiosas que no aceptan la autodeterminación personal de género”.

España: Preocupación por las amenazas a las libertades

Desde que el gobierno español anunció su deseo de crear la llamada ley trans, hasta su aprobación en octubre de 2022, junto con la reforma de la Ley del aborto , los evangélicos españoles han mostrado su preocupación por las amenazas a las libertades que dichas leyes conllevan.

“Rechazamos la discriminación que el colectivo LGTBI sufrió en el pasado, pero reprobamos contundentemente toda iniciativa que dote a este colectivo o a cualquier otro de privilegios por encima del resto de la sociedad, como está sucediendo con las sucesivas leyes que se han ido promulgando recientemente”, afirmó la Alianza Evangélica Española (AEE) en un comunicado junto a doce denominaciones y entidades evangélicas en España.

Para los firmantes, “no hay nada de progresismo en la limitación de la autodeterminación de la persona, en el adoctrinamiento, en la persecución del disidente, en las sucesivas amenazas de excomunión que ahora se traducen en el sambenito de ‘homofobia’”.

El pasado mes de diciembre el gobierno aprobó un protocolo para la creación de un registro de sanitarios objetores por motivos de conciencia. Sin embargo, para Xesús Manuel Suárez, médico y secretario general de la AEE, dicho registro “supone un control no justificado sobre los médicos que deciden libremente objetar. Sin duda, se puede utilizar para ‘marcar’ a esos médicos”.