¿Cómo afecta la crisis entre España y Argelia a la libertad religiosa en el país africano?
“Pensamos que España y la Unión Europea deben comprometerse en sus acuerdos bilaterales con Argelia a buscar el respeto de los derechos humanos”, dicen desde la Alianza Evangélica Mundial.
ARGEL · 23 DE SEPTIEMBRE DE 2022 · 14:00
Siguen pasando los meses desde que España defendiese públicamente la soberanía de Marruecos sobre el territorio del Sáhara Occidental, y la relación diplomática de Madrid con Argelia sigue igual de estancado como resultó entonces. El tono del gobierno lo confirma.
El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, habla de la necesidad de tener “las mejores relaciones con Argelia”. “Deseamos tener con Argelia las mismas relaciones que tenemos con todos nuestros vecinos, de mutuo respeto y de no injerencia; como no queremos que la relación tan sólida que estamos construyendo con Marruecos y que tanto beneficia a España, y especialmente a Andalucía, sea óbice para la que tengamos con Argelia”, añade Albares.
Y es que Argelia no es solo gas. Una de las respuestas inmediatas del país al apoyo de España a Marruecos en la cuestión saharauí fue bloquear las cuentas bancarias del comercio exterior español en territorio argelino. Aunque el gobierno argelino levantó el bloqueo poco después de un mes, los datos de la Secretaría de Estado de Comercio muestran una caída del 71% en las ventas españolas en Argelia desde el comienzo de la crisis.
Hasta ahora, ambos países no han resuelto sus diferencias diplomáticas, mientras el gobierno español busca con urgencia proveedores de gas alternativos a Rusia a causa del conflicto en Ucrania, y se topa con la negativa de Francia al proyecto de gasoducto MidCat, pensado para transportar este recurso natural desde la Península Ibérica hacia el norte de Europa. Pero, ¿qué efecto puede tener esto en la situación de la libertad religiosa en Argelia?
Un país señalado
La situación de la libertad religiosa en Argelia se ha deteriorado en los últimos años, con los informes publicados por entidades como la Alianza Evangélica Mundial (WEA, por sus siglas en inglés) o Puertas Abiertas, denunciando el cierre de iglesias en todo el país. De hecho, desde la WEA han llevado la situación al Consejo de los Derechos Humanos de la ONU.
“Antes de la pandemia, el gobierno ya había cerrado muchas iglesias, dando como argumento el no cumplimiento del reglamento para una sala de reuniones”, explica un cristiano argelino residente en España desde hace años y que prefiere conservar su anonimato por motivos de seguridad. “En Argelia, la iglesia ha construido locales como todos los demás argelinos, y también ha adecuado los lugares de culto que obtenía mediante alquiler. Pero parece que solo ha sido la iglesia la que no ha cumplido con el reglamento”, lamenta.
“La iglesia extendió la mano para resolver el tema diciendo al gobierno que les diera un reglamento para cumplirlo, pero la respuesta del gobierno ha sido cerrar las puertas”, añade.
A pesar de que ahora, la posición de España parece debilitada ante sus vecinos en el norte, desde la WEA insisten en la necesidad de no olvidar el estado de la libertad religiosa en cualquier proceso de negociación. “España y la Unión Europea deberían impulsar una mayor libertad de religión y el Estado de derecho con el que todos los ciudadanos sean tratados por igual, en Argelia y en todos los países del norte de África”, señala el representante de la Alianza en la sede de la ONU en Ginebra, Wissam al-Saliby.
En la línea de lo que han explicado testimonios directos desde el país magrebí, desde la WEA confirman la gravedad de la situación. “En Argelia tenemos decenas de iglesias cerradas a la fuerza o amenazadas de cierre. Los pastores y los cristianos son acosados, incluso a través de procesos judiciales por “culto no musulmán y no autorizado”. Esto es inaceptable. El gobierno argelino no ha otorgado ninguna autorización para el culto no musulmán hasta la fecha, a pesar de las solicitudes de la Iglesia Protestante de Argelia y de iglesias independientes”, subraya Al-Saliby.
Una reconciliación sometida a condiciones
España todavía no ha conseguido que el embajador argelino regrese a Madrid, después de que abandonase el país tras el apoyo del gobierno a Marruecos en el Sáhara Occidental. Además, el Tratado de Amistad, Buena vecindad y Cooperación que regía la relación bilateral entre ambos países, sigue suspendido por parte de Argel.
Gran parte del problema tiene que ver con la situación de Marruecos. Desde hace años, los dos países vecinos en el norte de África han ido experimentando circunstancias de tensión de forma constante, que ni siquiera se han visto aliviadas con el último cambio de gobierno en el reino marroquí. Sin embargo, el restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre Rabat e Israel, después de que Donald Trump reconociese la soberanía marroquí en el Sáhara Occidental, en diciembre de 2020, ha sido un elemento clave para aumentar la distancia entre ambos estados.
Aunque Arabia Saudí se ha ofrecido a mediar entre Rabat y Argel, el gobierno argelino no cede en sus condiciones: Marruecos debe renunciar a cualquier cooperación con Israel en el ámbito militar y de seguridad. “La relación entre Marruecos e Israel y sus consecuencias sobre el Sáhara Occidental, así como la relación entre Israel y la causa palestina, en el marco de la normalización de los países árabes, marcarán los contornos del nuevo mundo árabe”, considera el ministro de Asuntos Exteriores de Argelia, Ramtane Lamamra. Unos movimientos que entiende desde el punto de vista de “enemigos” que “se movilizan cada vez más para dañar a Argelia”.
En esta situación, el acercamiento de España a Marruecos por la necesidad de garantizar recursos que se han visto comprometidos por la guerra en el este de Europa, ha tenido un efecto poco esperado en las relaciones con Argelia. “Desde hace cinco o seis décadas, las relaciones entre Argelia y Marruecos han sido de lejanía en cuanto al diálogo, a pesar de la cercanía geográfica. Todo ello debido al problema del Sáhara y el Frente Polisario. Todo esto se traduce en que el enemigo de mi amigo es mi enemigo, luego Argelia ha roto los acuerdos con España debido al Sáhara”, menciona el cristiano argelino afincado en España.
Para esta voz que conoce en profundidad la situación en Argelia y que viaja a menudo al país, “[el gobierno argelino] debe empezar hacer una evaluación autocrítica de sí mismo, comprendiendo qué es lo que está fallando para corregirlo, en lugar de estar viendo enemigos por todas partes, culpando a Marruecos y a Israel por la inestabilidad política”.
¿Es posible pensar en la libertad religiosa en estas circunstancias?
Desde la WEA desean que una parte esencial de las negociaciones tenga que ver con la necesaria evaluación de la situación de los derechos humanos en Argelia, como el de la libertad religiosa. “La Unión Europea mantiene diálogos sobre cuestiones ‘políticas, de seguridad y de derechos humanos’ con cada Estado con el que tiene un acuerdo de asociación, incluida Argelia. Espero y oro para que los valores de los derechos humanos y la libertad religiosa y de conciencia ocupen un lugar destacado entre las prioridades de estos diálogos”, apunta Al-Saliby.
De hecho, este es el deseo de muchos cristianos argelinos. “Me gustaría decir sí que [el proceso de negociaciones] podrá tener efecto en cuanto a la libertad religiosa en el país. Pero temo que no con el gobierno actual”, opina el cristiano argelino afincado en España.
No obstante, se muestra esperanzado en la capacidad de resistencia de la iglesia en su país. “La gente ya no cree cualquier cosa. Ya no se pueden resolver con golpes las cosas, ni con cárceles por decir un argelino lo que piensa y cree. Jamás logrará un gobierno arrancar la fe en Jesús de los corazones de los argelinos”, dice.
Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Internacional - ¿Cómo afecta la crisis entre España y Argelia a la libertad religiosa en el país africano?
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