Los cristianos en Argelia siguen sufriendo discriminación por parte de las autoridades. En los últimos años se puso en marcha una ordenanza que regula el culto no musulmán impidiendo cualquier reunión pública en lugares que no cuenten con la licencia concedida por el Gobierno. El bloqueo de licencias -no se ha concedido ni una- resulta en un impedimento para que los cristianos puedan reunirse, lo que ha llevado al cierre de dieciséis lugares de culto de la Iglesia Protestante de Argelia.

En este mes de febrero, otra iglesia enfrenta la amenaza del cierre. Se trata de una iglesia protestante situada en la ciudad de Ait Atteli. El gobernador provincial presentó una demanda contra el pastor de la iglesia y su padre el 2 de febrero. Aún no se ha fijado una fecha para la audiencia judicial.

La iglesia en cuestión está ubicada en Tizi Ouzou, la provincia donde reside la mayoría de los cristianos argelinos y es el hogar congregacional de más de 90 miembros. El padre del pastor, que fue acusado por el gobernador, es dueño del terreno en el que se encuentra la iglesia, según la información de Middle East Concern. La iglesia se estableció en 2006 y forma parte de la Iglesia Protestante de Argelia (Église Protestante d’Algérie, EPA).

“Nos reunimos en casas, como la iglesia primitiva”

En una entrevista realizada el pasado año para Evangelical Focus, Salah Chalah, presidente de la Iglesia Protestante de Argelia, explicaba de qué forma están afrontando las medidas de represión, mientras esperan que las autoridades den una respuesta a una situación que se ha prolongado en el tiempo mucho más de lo deseado.

“Lo difícil para nosotros es la ausencia de la comunión fraterna en nuestras reuniones semanales de oración, estudios bíblicos y, especialmente, nuestros momentos de culto semanal (la reunión del sábado)”, expresaba Chalah.

A la vez los cristianos cobran ánimo en medio de esta situación, puesto que a pesar de las limitaciones “los cristianos se organizan en pequeños grupos en casas para mantener la comunión. También nos anima a ver nuevas conversiones; y bautismos en ríos, en el mar, en casas. No se puede detener al Espíritu del Señor, Dios sigue tocando corazones”.