Cronologías

Juan José Tena Ruiz

21 DE ENERO DE 2013 · 23:00

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En la Santa Biblia hay profecías sobre estos días, escritas por inspiración del Espíritu Santo, que son importantes para el pueblo cristiano, y deben estudiarse y conocerse. Este folletín explica la profecía de Daniel 9:25. Un período de 1948 años En Génesis 11:26 leemos: “Vivió Taré setenta años y engendró a Abraham”. El hombre que había sido escogido desde el vientre y llamado por Dios para bendecir a todas las naciones y ser patriarca de los judíos, nació ‘a los 70 años’ de Taré su padre. Si contamos en la Escritura los años de las generaciones de los descendientes de Adán y Eva en Génesis 5 y 11, podremos calcular cuándo cumplió Taré 70 años y cuándo nació Abram. Los años transcurridos desde el año 0 en que fue creado Adán hasta el año 70 de Taré, suman exactamente 1948. Esta fecha es importante en los planes de Dios para el mundo porque de Abraham nacería años más tarde el Redentor de los hombres. Podemos aceptar que el año 1948 después de nacimiento de Adán es la fecha en que virtualmente nació el pueblo de Israel, porque Abraham ya lo llevaba en sus lomos. Es importante para el cristiano saber que para entender las profecías de la Biblia, la Historia o el tiempo deberán ser el intérprete; lo que implica que los sucesos históricos mencionados por el Antiguo Testamento deben estar registrados en aquella y deben haberse visto cumplidos. El estudio de los sucesos anteriores a la era cristiana puede efectuase desde dos lugares: el primero es la genealogía bíblica que se lee en los textos de la Escritura; el otro es la Historia universal. Los antiguos habitantes de la tierra utilizaron calendarios diferentes para la medición del tiempo; de hecho, cada pueblo inventó su propio calendario. Existen varios registros seculares antiguos, además del Judío, que se obtiene de las genealogías, como son el calendario Árabe, el Juliano, el Gregoriano, el Maya, etc. El genio físico y matemático inglés Isaac Newton elaboró un calendario antiguo en base a las genealogías de génesis 5 y 11; este notable científico se entregó los últimos 30 años de su vida a estudiar solamente la Biblia. Al hablar del significado profético del año 1948 después de Adán, se empleará el calendario romano (Juliano), y los cálculos hechos por el aludido genio protestante Isaac Newton. Según el calendario newtoniano, el año en que Abram nació (1948 años después de la creación de Adán), equivaldría al año 2052, a.C. (El Obispo de Usher en Inglaterra elaboró un calendario que coincide con Newton en estos cálculos). Manteniendo el mismo punto de referencia que es el año 1948, ahora miraremos esa fecha dentro del calendario Gregoriano, o sea, en nuestra era cristiana. ¿Hay relación entre ambas fechas? Año 1948 d.C. Un acontecimiento sumamente importante enlaza el 1948 d.C. con 1948 después de Adán. Entre ambas cifras sumamos exactos 4000 años. Por los titulares de la prensa del 15 de mayo de 1948 d.C., el mundo supo que los judíos ese día proclamaron la creación del Estado Moderno de Israel, consumándose el milagro con el que soñó el pueblo de Dios durante más de 1900 años, en que mantuvo esta esperanza sin perder la confianza en las promesas de la Biblia. Estos sucesos muestran que Dios tiene un control matemático de la historia y que la Biblia es verdaderamente la Palabra del Dios vivo. El año 1948 de la creación del hombre nació el patriarca del pueblo hebreo y de él surgieron Isaac, los doce patriarcas, y una muchedumbre de gentes que nadie podía contar. Cuatro mil años después, de acuerdo al cómputo realizado por Isaac Newton en el siglo XVIII, el mismo año, 1948, pero de la era cristiana, nació –renació- la nación judía, que son los descendientes de Abraham, dando cumplimiento a más de cien profecías del Viejo y Nuevo Testamentos, ¡en un solo día! Puede decirse que “Abraham nació nuevamente el año 1948 d.C.” Adán fue creado un día del año 4000 a.C. En ese mismo admirable plan divino, resulta que el Salvador del mundo nació al cumplirse 4000 años exactamente de la creación del hombre. El pueblo Judío es el reloj profético de Dios y lo será hasta la Segunda Venida del Mesías Príncipe, y por ende la historia de Israel está ligada inseparablemente con los eventos del retorno al mundo del Señor. El 15 de mayo de 1948 se cumplieron las profecías de las Escrituras que anunciaban que los israelitas serían reunidos algún día de su segundo Éxodo, en su propia tierra. Tengamos presente que el tiempo es el consumador de las profecías, y nadie debe interpretarlas en forma privada o esotérica. Ya el apóstol Pedro nos advierte que los que las interpretan por su cuenta sólo demuestran ignorancia de las Escrituras y debilidad espiritual. La Historia interpreta la profecía de Génesis 11:26. Cuando Dios llamó a Abraham en el año 2129 a.C. al cumplir 75 años, le dijo que si era fiel y obedecía a Dios, de él nacería el Salvador que bendeciría a toda la raza humana. El plan de Dios para redimir al ser humano del pecado arrancó 1948 años después de la creación de Adán, al nacer Abraham, el padre de los creyentes, escogido desde el vientre para ser bendición de todo el mundo. El año 1948, la profecía de Daniel 9:25 El año 1948 subyace oculto y “sellado” en una profecía del Antiguo Testamento que el ángel Gabriel comunicó al profeta Daniel, y que leemos en Daniel 9:25. Esta profecía estuvo dentro del misterio dado por Dios durante 2200 años: “Entiende y comprende: Desde el instante en que salió la orden De volver a construir Jerusalén, Hasta un Príncipe Mesías, siete semanas Y sesenta y dos semanas; Plaza y foso serán reconstruidos, Pero en la angustia de los tiempos.” El mensaje anterior fue enviado por Dios al profeta Daniel a través del ángel Gabriel, en Babilonia, 2216 años después de que naciera Abraham. Y trasponiendo las fechas que ya conocemos, leemos así: “Entiende y comprende: Desde el 15 de mayo de 1948 en que salió la orden De volver a construir Jerusalén, Hasta un Mesías Príncipe, siete semanas Y sesenta y dos semanas.” El calendario Juliano nos dará la aclaración de este versículo, que contiene dos profecías: la del nacimiento del Señor Jesucristo en la primera Navidad, y la del comienzo de su Segunda Venida (los cálculos son los del hermano Isaac Newton): Primero: Las 62 semanasindican el año en que nació el Señor Jesús. Orden de reconstruir Jerusalén, reconstrucción del muro en tiempos de angustia (calendario Juliano) èaño 434 a.C. (Nehemías 6:15) Menos: 62 semanas de años (62 x 7) (Levítico 25:8-12) è434 años Año del nacimiento del Mesías en Belén, año 0 (Lucas 2:1,2) El nacimiento del Mesías acaeció en el año 0, como dijo el mensajero Gabriel a Daniel, basándonos en el calendario Juliano. Segundo: Las siete semanasindican el inicio del retorno del Mesías Príncipe. El anuncio del ángel Gabriel de Daniel 9:25 presenta ‘perspectiva profética’. En Escatología se dice que un versículo posee perspectiva profética cuando en el mismo verso se anuncian dos eventos proféticos, uno para el presente y otro relacionado con el fin del mundo. Si dejamos que el tiempo aclare los años que indica el anuncio del ángel, pero ahora aplicados a la segunda restauración de Jerusalén en 1948, obtenemos: Año de la orden de la segunda restauración de Israel (calendario Gregoriano 1948 d.C.) + 7 semanas (7x7=49) (Levítico 25: 8-12) Año del “Mesías Príncipe” è1997 Un corto versículo encierra dos importantes eventos en la historia de Israel y de la Iglesia. El mensaje de Daniel 9:25 nos está indicando que el Mesías nacería en el año 0 y el inicio del retorno del Mesías Príncipe sería en 1997 (el ‘Mesías Príncipe’ de Daniel 9:25 parece significar la Segunda Venida de Cristo en majestad y gloria, y no en ofrenda sacrificial por el pecado como sucedió en su primera venida). Además de lo ya dicho hasta este momento, hay que tomar en cuenta que los sucesos referentes al pueblo judío del año 1948, representan el “reverdecimiento de la higuera”, pues en la Biblia Israel se simboliza como una higuera; con el retorno de Israel a su tierra empezó a reverdecer la higuera, y con ello se inicia el ‘tiempo del fin’ que Dios prometió que llegaría (Daniel 12:9), cuando la higuera reverdeciera (Mat. 24: 32, 33).[i] Viene Cristo Evidentemente en el año 1997 sucedió algo muy importante en los planes perfectos del Señor, que fueron determinados desde antes de la fundación del mundo, pues Abraham nació 1948 años después de creado Adán y la segunda restauración de Israel acaeció el año 1948 d.C., 4000 años exactamente después del nacimiento del Padre de la fe. El año 1997 mencionado en la profecía de Daniel tiene un significado importante en los planes de Dios. En el año 1997 se cumplen 6000 años puntualmente de que Adán fue creado por Dios. La Parousía comienza en 1997 Daniel 9: 25 establece que en el año 1997 sería el Mesías Príncipe; sin embargo, la Biblia dice que Él volverá al mundo sobre las nubes en persona, con un poder, imperio y gloria terribles y pavorosos, semejante a la explosión del big bang, que envolvería con su resplandor a todo el universo. Y el mundo aún no ha sido consumido por el fuego de Su presencia. ¿Qué es entonces esta fecha mencionada por la Biblia? ¿El significado del año 1997 nos lo explica la misma Biblia? Los doctores cristianos antiguos entendieron más correctamente que nosotros estos hechos, y escribieron que antes de la Segunda Venida de Jesús al mundo habría un tiempo de tribulación, seducción y engaño en todo el mundo. Ese tiempo comenzó en el año 1997, y se le llama “la gran tribulalción”. Entonces, sería tiempo de ‘rugido de las olas del mar’ y calamidades en la tierra; pero el mundo sería el mismo en sus aspectos sociales, económicos, políticos, religiosos, culturales, en el cual los hombres venderían, comprarían casas, se casarían y comerían, viajarían, como en cualquier otro tiempo. Sería un tiempo de maldad colmada que duraría unos cuantos años e inmediatamente después, sin ningún otro acontecimiento mediador, el Señor Jesús, el Rey de Reyes, aparecería en las nubes con Sus ángeles por Segunda Vez (Mateo 24:29-30)[ii]. El año 1997 es el año 6000 desde Adán En base a la genealogía bíblica según Usher, Newton y mis propios cálculos, en el año 1997 se cumplen exactamente 6000 años de la creación del hombre en el huerto del Edén. La fecha indicada en Daniel 9:25 marca puntualmente el fin del VI milenio de la raza humana. Como se dijo también, esa fecha comenzó el tiempo de prueba y seducción mundial conocido como la ‘gran tribulación’, que es el tiempo de desastres en el mar y en las nubes (Lucas 21:25). La exactitud matemática con que los acontecimientos se han producido en la Historia denota un bellísimo y profundo plan divino, desarrollado durante el tiempo que los hijos de Adán han vivido en la tierra. La Biblia indica que durante la gran tribulación la vida transcurrirá normalmente; los hombres se casarán, viajarán, comprarán casas, beberán, ‘como en los días de Noe’; es decir, la gran tribulación es un tiempo normal, aunque abundará como nunca antes en seducción, engaño y tribulación, los desastres y la predicación del Evangelio (Mateo 24: 37-39). La Biblia establece en Mateo 24:29, que el Mesías Príncipe debe aparecer inmediatamente después de este tiempo de aflicción y seducción en el mundo. La profecía de Daniel explica a todo el que tenga entendimiento lo que se está observando en México y en el mundo desde 1997. Estamos siendo testigos del cumplimiento de las últimas cosas. ¡Gracias a Dios! Porque esta pesadilla está próxima a finalizar y trae al Rey de Reyes por segunda vez a juzgar a vivos y a muertos, y a salvar a los que le esperan. [iii] Juan José Tena Ruiz – Escuela Bíblica Apocalipsis - México


[i] Datos tomados del libro “Victoria Final año 2000” de M-. Byers.
[ii] La Ciudad de Dios, de Agustín de Hipona.
[iii] El 12 de diciembre de 1997, el que escribe esto escuchó una voz del cielo que era un ángel de Jesucristo, como un potente rumor del viento, que proclamó en perfecto español un anuncio del cielo mientras estaba en oración, a las 5 de la mañana. La voz del Mensajero Celestial vibró, gritó, y clamó: “¡Empieza la gran tribulación!”. Este testimonio es verdadero. Al Rey de Reyes y a Aquel que está en el trono sean el honor, el poder, la gloria y la alabanza ahora y por todos los siglos, pues de Él es todo, nada es nuestro. Lo que tenemos lo hemos recibido de Él y por Él, y todo es para gloria de Él. Sin Jesús no somos nada y no podemos hacer nada sin Él. El creó todas las cosas que existen por su santa Voluntad, a Él debemos temer y honrar únicamente. A Él, únicamente a Él demos gloria, por todo lo que sabemos y Él ha hecho por medio de nosotros. Gloria a Dios.

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