La escalada de represión política en Hong Kong sigue aumentando. Después de la entrada en vigor de la polémica Ley de Seguridad Nacional el 1 de julio de 2020, que entre otras cosas ha limitado las manifestaciones en la ciudad, la Asamblea Nacional Popular de China ha aprobado este mes de marzo una serie de modificaciones en la Ley Básica de Hong Kong que afectan a su sistema electoral y que, en palabras de la agencia de noticias gubernamental Xinhua, “asegura que los patriotas administren la ciudad”. 

Con 2.895 votos a favor y una sola abstención, la decisión del máximo órgano legislativo de China establece, entre otras cosas, la formación de “una comisión de investigación de candidaturas” y otorga más poder al Comité Electoral en la elección de “los diputados del Consejo Legislativo y del jefe ejecutivo de la región”. Lo que se traduce en una reducción importante de los diputados escogidos directamente por la ciudadanía, y al previo examen de las candidaturas para presentarse a las elecciones que serán evaluadas por su grado de “patriotismo”. 

“Creo que mejorando el sistema electoral e implementando a patriotas administrando Hong Kong, la excesiva politización en la sociedad y la brecha interna que ha desgarrado la ciudad pueden mitigarse de forma efectiva, mejorando la capacidad de gobernanza de la Región Especial Administrativa de Hong Kong”, ha asegurado la jefa ejecutiva de la ciudad, Carrie Lam.

“La situación empeorará”

En las últimas elecciones celebradas en la ciudad, en noviembre de 2019, el control de 17 de los 18 distritos de la ciudad quedó en manos de las formaciones prodemocráticas y opositoras. Hong Kong tenía que celebrar nuevos comicios legislativos en 2020 pero la situación de la pandemia provocó su aplazamiento hasta septiembre de 2021. Ahora, el presidente del Consejo Legislativo, Andrew Leung, ha anunciado un nuevo cambio de fechas para diciembre. Lo que provoca que la composición actual del parlamento regional siga igual lo que resta de año. 

Prueba del aumento de la opresión en Hong Kong es que una fuente en la ciudad con la que este medio había estado en contacto de forma periódica y sin problemas hasta ahora, ha pedido en la última comunicación mantener su anonimato y el de la organización a la que representa por razones de seguridad. “Muchas personas sienten mucho miedo en esta situación y sufren de depresión o no tiene esperanza en el futuro. Podemos prever que la situación irá a peor y no podemos ver ninguna posibilidad de resolución política para mejorar las condiciones”, explica a Protestante Digital M. C. (iniciales modificadas), esta voz sobre el terreno, que pertenece a un grupo juvenil evangélico. 

En los últimos meses, la salida de la ciudad por parte de miles de personas también ha puesto de manifiesto la gravedad de la crisis política y social en Hong Kong, mientras algunos de los líderes de las protestas han sido juzgados y encarcelados, como Joshua Wong. En Reino Unido se ha puesto en marcha un proyecto de acogida para más de 100.000 migrantes hongkoneses y en el que participan centenares de iglesias protestantes.

“Muchas familias de clase media están considerando dejar la ciudad, especialmente aquellas con niños pequeños. La mayoría de ellos se preocupan por su futuro y, aunque saben que probablemente no encontrarán un trabajo de la misma profesión y con los mismos ingresos que el que tienen ya, tomarán la decisión de salir para comenzar de nuevo”, subraya M. C.

Todo un reto para las iglesias locales

La aplicación de la Ley de Seguridad Nacional y las medidas de seguridad contra la Covid-19 dejaban el escenario electoral como una de las pocas vías desde las que ejercer una oposición relevante contra el gobierno de Pequín. Los cambios en las disposiciones electorales de la Ley Básica de Hong Kong estrechan el cerco ahora sobre los partidos prodemocráticos. “Están considerando cómo participar [en el nuevo escenario electoral], pero la mayoría siente que el nuevo sistema favorece mucho a los partidos a favor del gobierno, por lo que la voz de la oposición podría no ser influyente en realidad”, dice M.C. 

“Mucha gente no está de acuerdo con las leyes y las políticas gubernamentales. Muchos de ellos siguen sin cooperar de diferentes maneras para mostrar sus posiciones y resentimientos”, añade. “Creo que las generaciones jóvenes van a sentir una decepción profunda por esta decisión, y muchos de ellos decidirán rechazarla”, remarca.

Esa frustración entre los más jóvenes es uno de los puntos que las iglesias de la ciudad deben gestionar ahora, según M. C. “Las iglesias afrontan grandes retos y no saben cómo abordar cuestiones como la presión política, la migración de sus miembros y la brecha generacional con la gente joven”, señala. 

Una situación en la que “muchos pastores jóvenes esperan poder hacer algunos cambios en la tradición de sus propias comunidades, o reunir a diferentes congregaciones más allá de las suyas propias para debatir los problemas y encontrar apoyo espiritual”.

Esta primavera de 2021 se cumplen dos años desde el inicio de las protestas que se han mantenido hasta ahora en Hong Kong, motivadas en su origen por una Ley de extradición que acabó siendo retirada cuando la represión policial y el desencuentro con el gobierno regional ya habían ahondado la situación de indignación popular hasta puntos irreversibles. Durante este tiempo, diferentes voces evangélicas en la ciudad han facilitado su visión de los acontecimientos, al mismo tiempo que no han dejado de reivindicar el papel de las iglesias como punto de encuentro social entre partidarios de una mayor autonomía respecto a Pequín y defensores del estado actual de la ciudad.