Gobierno mexicano publica 18 obras del educador brasileño Paulo Freire

El trabajo de Freire se caracterizó por un enfoque profundamente renovador de la visión pedagógica basado en la observación de la realidad social a fin de señalar en ella los conflictos producidos por la existencia de opresores y oprimidos.

16 DE AGOSTO DE 2024 · 09:27

Paulo Freire.,
Paulo Freire.

Paulo Freire es un pensador comprometido con la vida; no piensa ideas, piensa la existencia. Es también educador: cobra existencia su pensamiento en una pedagogía en que el esfuerzo totalizador de la “praxis” humana busca, en la interioridad de ésta, retotalizarse como “práctica de la libertad”.[1]

Ernani Maria Fiori

En un esfuerzo editorial sin paralelo, la Secretaría de Educación Pública, juntamente con Siglo XXI Editores ha publicado 18 de las principales obras del afamado educador brasileño Paulo Freire (1921-1997), para su distribución en todas las escuelas de educación básica de México. Precedidas todas por un prólogo institucional firmado por el Dr. Marx Arriaga Navarro, director general de Materiales Educativos, abarca la totalidad de los aspectos abordados por Freire durante una larga trayectoria desarrollada en su país, Chile (donde inició su exilio), Suiza, Estados Unidos y varios países, antes de volver a Brasil en 1980 a la Universidad de Campinas. En el prólogo de cada volumen de la Colección Paulo Freire, con un tiraje de 240 mil ejemplares por título, luego de hacer un recuento de otros proyectos editoriales de décadas pasadas, Arriaga Navarro afirma: “…hasta donde tenemos noticia, en ninguna parte del mundo se había conformado una colección que reuniera la obra completa de Paulo Freire y se repartiera en todas las escuelas públicas y privadas de educación básica, en las escuelas normales urbanas y rurales, así como en todas las bibliotecas de un país. Hoy tenemos 240 000 colecciones que llevan como propósito el desarrollo del pensamiento crítico en los lectores”.[2] Todo ello en camino, señala Arriaga, hacia la aplicación de una sólida filosofía de la liberación.

Gobierno mexicano publica 18 obras del educador brasileño Paulo Freire

Colección Paulo Freire de la Secretaría de Educación Pública de México.

Abogado de profesión, a los 20 años Freire comenzó a enseñar portugués en escuelas secundarias y, a partir de 1962, fue profesor de Pedagogía en la Universidad de Recife, su ciudad natal, adonde creó su método de alfabetización. En 1947 fue director del Departamento de Educación y Cultura del Servicio Social de la Industria. Se doctoró en 1959 en Filosofía e Historia de la Educación con la tesis Educación y actualidad brasileña, en la que sentó las bases de su método, según el cual todo proceso educativo debe partir de la realidad que rodea a cada persona. En los años 50, perteneció al primer Consejo Estatal de Educación de Pernambuco y en 1961 fue nombrado director del Departamento de Extensión Cultural de la Universidad de Recife. En 1963 puso en práctica su primera experiencia educativa de grupo, dentro de la Campaña Nacional de Alfabetización, que consiguió alfabetizar a 300 trabajadores rurales en mes y medio. Fue acusado por sectores tradicionales y por ciertos sectores de la Iglesia de agitador político. Salió de su país en 1964 luego del golpe de Estado militar.

Primeramente, en Chile, fue profesor e investigador del Instituto Latinoamericano de Planificación Económica y Social (ILPES), organización vinculada a las Naciones Unidas.[3] Además, participó en diversos planes del gobierno democristiano de Eduardo Frei, como el programa de educación de adultos del Instituto Chileno para la Reforma Agraria (ICIRA). Allí escribió su segundo libro, Pedagogía del oprimido (Montevideo, Tierra Nueva, 1970; el primero, por la misma editorial, fue La educación como práctica de la libertad, 1969, originalmente en portugués, 1967[4]), cuyo contenido no fue del agrado del gobierno chileno.[5] A partir de entonces trabajó en diversas organizaciones internacionales, especialmente en el Consejo Mundial de Iglesias, con sede en Ginebra, que lo contrató y le dio amplia libertad para escribir y exponer sus ideas educativas.[6] Walter Altmann resumió así la postura de CMI de entonces en relación con Freire: “No es de extrañar, entonces, que en los años setenta y ochenta la teología de la liberación haya tenido una fuerte influencia en el movimiento ecuménico, incluido el Consejo Mundial de Iglesias (CMI). Se ha reconocido ampliamente la relevancia de sus acciones en el apoyo a las luchas por los derechos humanos bajo las dictaduras militares en América Latina, en el desarrollo de métodos eficaces para superar el analfabetismo (como hizo el pedagogo brasileño exiliado y asesor educativo del CMI Paulo Freire) y en la lucha contra el racismo, principalmente en el sur de África”.[7]

Kirkendall observa la evolución del pensamiento y la influencia de Freire en diferentes regiones del mundo:

En los años setenta, Paulo Freire se convirtió en una figura internacional. Viajó sin descanso, sobre todo en nombre del Consejo Mundial de Iglesias. Sus ideas viajaron aún más lejos y se difundieron más rápidamente por todo el mundo. Si su experiencia chilena le había dado una perspectiva latinoamericana más amplia, ahora hablaba cada vez más como representante del Tercer Mundo. Comenzó a tener un impacto en las naciones industrializadas, así como en otros países en desarrollo más allá de América Latina, a menudo de maneras que parecían contradecir sus teorías. Fue un periodo embriagador y, en muchos sentidos, satisfactorio para Freire. Sus actividades durante esta década han recibido una atención académica menos sostenida, y se ha hecho poco esfuerzo por distinguir incluso entre los esfuerzos que exigieron gran parte de sus energías intelectuales y emocionales y los que recibieron considerablemente menos. Sus escritos fueron traducidos a muchos idiomas, pero a medida que sus ideas sobre la alfabetización y la concientización se difundieron, su impacto se hizo más difuso.[8]

 

El nombre de Freire se volvió sinónimo de la lucha pedagógica por la liberación sociopolítica, por lo que fue invitado a participar en diversos proyectos nacionales en los que aportó su experiencia creciente y una visión utópica viable de la educación crítica:

Su influencia parecía estar en todas partes, pero con demasiada frecuencia en ninguna parte de una manera tan concreta como hubiera deseado, en particular entre 1969 y 1975. Sus oportunidades en América Latina disminuyeron a medida que más países cayeron bajo el régimen militar. En la segunda mitad de la década, concentró más sus energías y trabajó en una serie de campañas nacionales de alfabetización, principalmente en países recién independizados de África, así como en Nicaragua […]. Incluso cuando recibió reconocimiento internacional, experimentó fracasos, aunque sólo fueron mínimamente reconocidos como tales en ese momento. También había cambiado un poco su dirección política. Mientras que en la década de 1960 había trabajado en democracias multipartidistas, ahora trabajaba con frecuencia con estados de partido único, cuyas prácticas educativas a menudo parecían hacer caso omiso de las teorías de Freire.[9]

 

En la Universidad de Harvard fue profesor visitante en 1969. Sobre esa estancia se ha escrito: “‘Paulo Freire no estudió en Harvard. ¡Harvard estudia a Paulo Freire!’, recuerda Víctor Arruda, estudiante de 25 años, oriundo de la ciudad natal de Freire […] Mientras Brasil vivía los momentos más duros de represión cultural bajo la dictadura de los años 70, en Estados Unidos se produjo un cambio en los valores culturales que atrajo a seguidores a la filosofía de Freire. ‘El libro Pedagogía del oprimido tuvo un inmenso impacto en los educadores estadounidenses que se estaban politizando a través de la participación de Estados Unidos en la guerra colonial, a través de la oposición a esa guerra y también a través del movimiento de la Guerra Civil en este país’, explicó [Judith] Goleman”.[10]

Gobierno mexicano publica 18 obras del educador brasileño Paulo Freire

Portada de la revista Tiempo y Presencia.

Durante los 16 años que duró su exilio, Freire tuvo una intensa actividad que se reflejó en la gran cantidad de obras publicadas, algunas de ellas prohibidas en su país. En 1986, recibió el premio internacional “Paz y Educación” de la UNESCO y fue investido doctor Honoris causa por una veintena de universidades de todo el mundo. Al volver a Brasil, fue profesor y secretario de Educación de la ciudad de Campinas. Su ingreso en 1985 a la Universidad Estatal de Campinas no estuvo exento de polémica, pues debió enfrentar una evaluación burocrática que recayó, luego de varios momentos, en Rubem Alves, uno de los iniciadores de la teología de la liberación. Este profesor presentó finalmente una “no dictamen” o “antidictamen” a favor de Freire, en donde escribió: “Un dictamen sobre Paulo Réglus Neves Freire. […] No puedo asumir que este nombre no es conocido en la Unicamp. Esto sería ofender a los que componen sus órganos de toma de decisiones. Es por eso que mi dictamen es una negativa a dar un dictamen. […] Paulo Freire llegó al punto máximo que puede alcanzar un educador. La cuestión no es si deseamos tenerlo con nosotros. La pregunta es si él quiere trabajar a nuestro lado. Es bueno decir a los amigos: ‘Paulo Freire es mi colega. Tenemos cubículo en el mismo pasillo de la Facultad de Educación de la Unicamp...’”.[11] Freire falleció en São Paulo el 2 de mayo de 1997. Como gran autor reconocido de manera unánime se han hecho incontables recopilaciones y análisis de sus obras, entre las cuales destaca The Paulo Freire Reader, editado por Ana Maria Araújo Freire y Donaldo Macedo en 1998.

El trabajo de Freire se caracterizó por un enfoque profundamente renovador de la visión pedagógica basado en la observación de la realidad social a fin de señalar en ella los conflictos producidos por la existencia de opresores y oprimidos.

La propuesta de Freire es la “educación problematizadora” que niega el sistema unidireccional propuesto por la “educación bancaria” ya que da existencia a una comunicación de ida y vuelta, y elimina la contradicción entre educadores y educandos. Ambos, educador y educandos, se educan entre sí mientras se establece un diálogo en el cual tiene lugar el proceso educativo. Con la “educación problematizadora” se apunta claramente hacia la liberación y la independencia, pues destruye la pasividad del educando y lo incita a la búsqueda de la transformación de la realidad, en la que opresor y oprimido encontrarán la liberación humanizándose.[12]

 

La educación como práctica de la libertad, Pedagogía del oprimido, ¿Extensión o comunicación? La concientización en el medio rural (1973; edición original: Chile, 1969) y Acción cultural para la libertad (1975) fueron publicados por Tierra Nueva, sello editorial perteneciente al movimiento protestante ecuménico Iglesia y Sociedad en América Latina (ISAL), financiado por el CMI. Dicho movimiento tuvo mucha cercanía con Freire durante su estancia en Chile, adonde publicó también La misión educativa de las iglesias en américa Latina (1972; en Portugal: 1978). Federico Brugaletta rastreó los contactos entre el jurista Julio Barreiro, representante de ISAL, a quien cataloga como “agente clave”, y el pedagogo brasileño que dieron como resultado esas ediciones.[13] El prólogo del primer libro, “Educación y concienciación” (título de la cuarta sección), es de Barreiro. Luego de explorar en el segundo capítulo de su tesis las dificultades para publicar sus primeros libros en Brasil, Brugaletta dedicó los tres finales (“Tierra Nueva: una editorial protestante y de izquierda”, “Julio Barreiro, el editor protestante de Paulo Freire” y “Editar a Paulo Freire en Montevideo (1969-1973)”) a los entretelones y detalles de las ediciones en español.[14] En 1969 comenzó a circular Conciencia y revolución, un conjunto de ensayos sobre Freire escritos por Barreiro, Ricardo Cetrulo, Hiber Conteris, Vincent Gilbert y Julio de Santa Ana, los cuales “habían sido discutidos en el marco de un ‘seminario de preparación de Coordinadores para la aplicación del Método Pedagógico  de Paulo Freire’”.[15]

De la etapa de libros publicados por Barreiro en Buenos Aires se ocupa Brugaletta en el último capítulo (“Editar a Paulo Freire en Buenos Aires (1974-1977)”),[16] pues allí aparecieron Fichas Latinoamericanas, núm. 4 (1974), con ocho textos inéditos, y Educación para el cambio social (1975), con textos de Freire, Pierre Furter e Iván Illich. La editorial Búsqueda de esa misma ciudad también dio a conocer otros títulos freireanos, Concientización (1974), Diálogo (1975) y Educación y cambio (1976), entre ellos. Las iglesias, la educación y el proceso de liberación en la historia humana (1974), fue editado por La Aurora, lo mismo que Educación para el cambio social (1984) y Hacia una pedagogía de la pregunta: conversaciones con Antonio Faundez (1986), pues desde 1982 esta editorial se hizo cargo de lo que producía Tierra Nueva. Para entonces, Freire ya era un auténtico best-seller en diferentes idiomas.

En meses recientes, cuando se puso en marcha el nuevo plan de estudios de la llamada Nueva Escuela Mexicana, uno de los textos para los profesores de educación básica fue Un libro sin recetas para la maestra y el maestro, título que alude a El maestro sin recetas. El desafío de enseñar en un mundo cambiante (2014) un libro provocador que se agregó a la ya larga producción de Freire y que inspiró los planteamientos de la Nueva Escuela Mexicana que comenzaron a aplicarse en el ciclo escolar 2023-2024. La reacción de algunos sectores fue muy agresiva, pues incluso en un canal de la televisión privada se aseveró que las ideas de Freire estaban pasadas de moda y que obedecieron al interés por promover la revolución en América Latina. Los nuevos libros de texto fueron señalados como incitadores de un “comunismo trasnochado” y como ejemplos de una “pedagogía arcaica” que divide a la sociedad.[17]

La revisión de los 18 títulos reeditados ahora muestra el amplio espectro que fue desarrollando Freire a medida que su pensamiento evolucionó y la experiencia le permitió clarificar sus conceptos y propuestas, aun cuando no había optado por sistematizarlos. Muchos textos alcanzaron su forma final luego de ser expuestos y trabajados en diversos proyectos para responder a auditorios concretos y sólo después de pasar la prueba de su aplicación llegaron a formar parte de los volúmenes definitivos. Otros surgieron de manera más unitaria, lo que se puede apreciar al ver su contenido de modo panorámico. Existen varias recopilaciones bibliográficas, como la de Carlos Alberto Torres y Moacir Gadotti, Paulo Freire: una biobibliografía (1996; 2001), y el Diccionario Paulo Freire (https://archivovivopaulofreire.org). Entre los múltiples textos introductorios están los de Miguel Escobar G., Paulo Freire y la educación liberadora (antología, 1985); Samuel Escobar, Paulo Freire: una pedagogía latinoamericana (1993);[18] de Lidia Mercedes Rodríguez, Paulo Freire. Una biografía intelectual (2015); y Paulo Freire y Orlando Fals Borda. Educadores Populares, de autores varios (también coeditado por la SEP, 2023).

Más allá del orden cronológico, es posible agrupar las obras de Freire en secciones bien definidas. La primera sería, sin duda, la que lleva por delante el membrete de la Pedagogía: Pedagogía de la autonomía. Saberes necesarios para la práctica educativa; Pedagogía de la esperanza. Un reencuentro con la pedagogía del oprimido; Pedagogía de la indignación. Cartas pedagógicas en un mundo revuelto; Pedagogía del oprimido; Pedagogía de los sueños posibles. Por qué docentes y alumnos necesitan reinventarse en cada momento de su vida; Pedagogía de la tolerancia; y Por una pedagogía de la pregunta. Crítica a una educación basada en respuestas a preguntas inexistentes.

La segunda serían las de respuestas a situaciones muy concretas que demandaron al autor un trabajo específico: La educación cómo práctica de la libertad, La educación en la ciudad, y ¿Extensión o comunicación? La concientización en el mundo rural. La siguiente en diálogo con otros educadores: Por una pedagogía de la pregunta. Crítica a una educación basada en respuestas a preguntas inexistentes (con Antonio Faundez) y La voz del maestro. Conversaciones acerca de vivir, enseñar y transformar el mundo. Otra más, con propuestas audaces e instigaciones directas para la reflexión sobre las acciones educativas: El grito manso, La importancia de leer y el proceso de liberación, El maestro sin recetas. El desafío de enseñar en un mundo cambiante, Miedo y osadía. La cotidianidad del docente que se arriesga a practicar una pedagogía transformadora y Política y educación. Ensayos para reinventar el mundo. La última incluye los libros más personales, en los que no deja de ahondar en la problemática educativa: Cartas a Cristina (1996), Cartas a quien pretende enseñar (1994).

En todas ellas acontece el encuentro con un apasionado de la pedagogía transformadora que no dudó en contraponerse con las ideologías dominantes para configurar y transmitir los elementos de una disciplina científica sólidamente construida para contribuir al cambio social de manera efectiva. Sus palabras y están a la espera de ser recuperadas para seguir adelante con la intención de cambiar al mundo mediante procesos educativos auténticamente liberadores: “…el educador ya no es sólo el que educa sino aquel que, en tanto educa, es educado a través del diálogo con el educando, quien, al ser educado, también educa. Así, ambos se transforman en sujetos del proceso en que crecen juntos y en el cual ‘los argumentos de la autoridad’ ya no rigen. Proceso en el que ser funcionalmente autoridad requiere el estar siendo con las libertades y no contra ellas”.[19]

 

Notas

[1] E.M. Fiori, “Aprender a decir su palabra. El método de alfabetización del profesor Paulo Freire”, en P. Freire, Pedagogía del oprimido. México, Secretaría de Educación Pública-Siglo XXI Editores, 2024 (Colección Paulo Freire), p. 9.

[2] M. Arriaga Navarro, “Prólogo Biblioteca SEP Centenaria. Colección Paulo Freire”, en Pedagogía del oprimido, p. 5.

[3] F. Brugaletta, La edición de Paulo Freire en la historia reciente de América Latina: Religión, política y mercado en la circulación de una pedagogía para la liberación (1969-1977). Tesis de doctorado en Ciencias de la Educación, Universidad Nacional de La Plata, Argentina, 2020, p. 90.

[4] Ídem: “…el primer texto de Paulo Freire publicado como libro [por Paz e Terra] fue Educação como prática da liberdade, el único título perteneciente a la primera etapa del sello. Finalizada la escritura en Santiago de Chile en 1965, implicó para el sello editorial la publicación de un autor perseguido por el régimen militar. Algunos sostienen que el título original iba ser Educação para libertação (Educación para la liberación) pero que los editores decidieron matizar el título a fin de sortear el proceso de censura previa establecido por el gobierno militar. El prólogo del libro fue escrito por Francisco Weffort, un politólogo brasileño formado en la Universidad de São Paulo (USP) donde fue docente desde 1961 hasta el golpe de 1964. […] La edición incluía también un hermoso poema de Thiago de Melo —un activo opositor al régimen militar— [“Canción para los fonemas de la alegría”] dedicado a Paulo Freire, a quien definía como ‘hermano de los hombres’”. Cf. P. Freire, La educación como práctica de la libertad. México, SEP-Siglo XXI Editores, 2024, p. 21.

[5] Enrique Martínez-Salanova Sánchez, “Paulo Freire”, en https://educomunicacion.es/figuraspedagogia/0_paulo_freire.htm.

[6] Cf. Andrew J. Kirkendall, “Paulo Freire & the World Council of Churches in the First & Third Worlds, 1969-1980”, en Paulo Freire & the Cold War Politics of Literacy. Universidad de Carolina del Norte, 2010, pp. 90-117.

[7] W. Altmann, “Liberation theology is alive and well”, en https://oikoumene.org/news/liberation-theology-is-alive-and-well, 16 de noviembre de 2009. Versión propia.

[8] A. Kirkendall, op. cit., p.110.

[9] Ídem.

[10] Carolina Lindquist, “Paulo Freire exiled on Mass Ave”, en https://harvardindependent.com/paulo-freire-exiled-on-mass-ave/, 22 de marzo de 2023.

[11] Rodrigo Ratier y Bruno Mazzoco, “Dois mitos e um parecer. O dia em que Rubem salvou Paulo da burocracia educacional”, en Nova Escola, 1 de junio de 2015, https://novaescola.org.br/conteudo/1548/dois-mitos-e-um-parecer. Cf. L. Cervantes-Ortiz, “Paulo Freire y Rubem Alves: un cruce de camino en 1985”, en Protestante Digital, 17 de septiembre de 2021, https://protestantedigital.com/ginebra-viva/63448/paulo-freire-y-rubem-alves-un-cruce-de-camino-en-1985.

[12] E. Martínez-Salanova Sánchez, op. cit.

[13] Federico Brugaletta, op. cit., p. 3. Cf. Ídem, Tierra Nueva (1969-1985). Protestantismo de izquierda, edición y educación en la historia reciente de América Latina. Tesis de maestría en Historia y Memoria, Universidad Nacional de la Plata, 2019; Ídem, “Julio Barreiro. Trayectoria intelectual del editor protestante de Paulo Freire”, en Políticas de la Memoria, núm. 22, Buenos Aires, 2022, pp. 114-125, https://anaforas.fic.edu.uy/jspui/bitstream/123456789/84218/1/Brugaletta_Barreiro.pdf; y Juan Carlos Gaona Poveda, Una historia del libro evangélico en Hispanoamérica. Ciudad de México y el Río de la Plata, siglo XX. Tesis de doctorado en Historia. Mérida, Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social, 2023, pp. 357-358.

[14] Ibid., pp. 107-208.

[15] Ibid., pp. 187-188.

[16] Ibid., pp. 209-252.

[17] Cf. Rodrigo Álvarez y Ollinka Méndez, “Pedagogía en los nuevos libros de texto gratuitos de la SEP es arcaica y divide”, en www.tvazteca.com/aztecanoticias/libros-texto-gratuitos-pedagogia-arcaica-que-divide-a-la-sociedad, 10 de agosto de 2023.

[18] Cf. S. Escobar, “La educación bancaria y la tentación de los ‘letrados’”, en Revista Interamericana de Educación de Adultos, México, CREFAL, vol. 29, 2007, pp. 157-160, www.redalyc.org/pdf/4575/457545100013.pdf.

[19] P. Freire, Pedagogía del oprimido. México, SEP-Siglo XXI Editores, 2024, p. 90. Énfasis original.

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