Grandes escritores hispanoamericanos: Álvaro Mutis

Poco se ha escrito sobre el sentir religioso de Álvaro Mutis.

07 DE MARZO DE 2024 · 11:02

Álvaro Mutis. / <a target="_blank" href="https://commons.wikimedia.org/wiki/Category:%C3%81lvaro_Mutis?uselang=eo#/media/File:%C3%81lvaroMutis.jpg">Juan Manuel Herrera</a>, Wikimedia Commons.,
Álvaro Mutis. / Juan Manuel Herrera, Wikimedia Commons.

El escritor colombiano Álvaro Mutis nació en Bruselas, Bélgica, donde se habían trasladado sus padres por razones diplomáticas, el 25 de agosto de 1923 y desnació a los 90 años en la ciudad de México el 22 de septiembre de 2013.

En Bélgica hizo sus primeros estudios a los nueve años. Cuando murió su padre repentinamente, se trasladó con su madre a Colombia. “Mi niñez en Bruselas fue muy feliz –cuenta–. De mi padre heredé entre otras cosas, el gusto por los buenos vinos y la buena cocina, por la tertulia y los buenos libros”.

En Bogotá se matriculó en el tradicional Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario, donde obtuvo el diploma de bachiller. En este colegio tuvo como profesor de Literatura Española al notable poeta colombiano Eduardo Carranza. “Las clases de Carranza –dice– son para mí una inolvidable y fervorosa iniciación a la poesía”.

A los 18 años contrae matrimonio con Mireya Durán Solano, con la que tiene tres hijos. En 1942 comienza a trabajar como periodista en la emisora de radio Nuevo Mundo.

Uno de sus primeros libros de poesía es Los elementos del desastre, aparecido en 1953.

Divorciado de Mireya Durán, en 1954 contrae nuevo matrimonio con María Luz Montañé, con quien tiene otra hija, María Teresa.

Debido a unos manejos caprichosos de dinero siendo jefe de relaciones públicas de la multinacional Esso, se ve obligado a huir a México, donde se establece en 1956. Allí se relaciona con escritores célebres como Octavio Paz, Carlos Fuentes, Emilio García, Luis Buñuel y otros.

La Interpol, que le sigue, lo detiene en 1959 y es internado durante 15 meses en la cárcel de Lecumberri, conocida como “El palacio negro”. Juan Carlos Rodríguez, en Álvaro Mutis un pez que se evade, afirma que “su experiencia en la cárcel cambió del todo su visión del dolor y del sufrimiento humano”. De este tiempo en la cárcel Mutis escribe en Fragmento del Diario de Lecumberri, de 1997, estas impresiones: “Sin Lecumberri no hubiera escrito mis siete novelas, ni nada de lo que ves. Realmente fue una experiencia muy enriquecedora. Lo he repetido muchas veces, pero vale la pena volverlo a decir, en la cárcel tu llegas al final de la cuerda. Pierdes todos tus privilegios, nada te sirve para nada salvo la situación desnuda y brutal del encierro y eso es muy sano”.

No escarmienta con las mujeres. Tras el segundo divorcio de María Luz Montañé, contrae un tercer matrimonio en 1966 con Carmen Miracle Feliú. Dedicado enteramente a la literatura, muere en la ciudad de México, como queda escrito en el encabezamiento de estas letras el 22 de septiembre de 2013.

Álvaro Mutis fue autor de una importante obra literaria. Escribió 62 libros. Escritor de poemas, fue también escritor de novelas y de ensayos que constituyen grandes metáforas, con un lenguaje lleno de imágenes y sugerencias.

Entre los muchos premios recibidos figuran el Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana en 1997 y el Premio Cervantes en 2001. En España, la Editorial Siruela publicó en 1993 dos volúmenes de sus poemas y en 1996 la editorial Alfaguara reeditó parte de su obra.

Poco se ha escrito sobre el sentir religioso de Álvaro Mutis. Javier González, doctor en Literatura por la Universidad francesa de La Sorbona, comenta en El Retorno los Nocturnos de Mutis y ve en ellos reflexiones del poeta colombiano en torno al misticismo y la religiosidad. Cita una frase suya en la que afirma que “la poesía es visión y de allí viene su relación con la mística y el sentimiento religioso”. Mutis es admirador de Machado y se identifica con su interpretación del Cristo muerto en La Saeta del poeta español.

Dos autores protestantes han escrito sobre Álvaro Mutis. El poeta internacional Alfredo Pérez Alencart y el periodista José de Segovia.

Dice Alencart: “En cuanto su fe, Mutis casi no escribe de ello. Era cristiana en el sentido de que creía en Cristo, pero lo consideraba demasiado importante como para citarlo a diestra y siniestra. La poesía era para él una forma de orar y no rehuía el mensaje ético y social de la Biblia”.

Durante una visita que hizo Mutis a la Universidad de Salamanca en 1991 con su esposa Carmen Miracle, en el Colegio Mayor Fonseca pronunció estas palabras: “Siempre he creído en Dios. Tengo una actitud religiosa ante la vida y creo que todo poema es una forma de orar. Hace mucho que no voy a misa”.

Para Segovia, la creencia en Dios que manifestaba tener Mutis era muy relativa, porque “lo hace reduciéndolo a un dios con minúscula, carente de realidad propia, que no pertenece al mundo natural ni al sobrenatural. Sería un Dios tan dependiente de los hombres y de la imaginación como éstos lo son de él y de esta”.

Ese, concluye José de Segovia, no es el Dios de la fe cristiana. “Un Dios que nos ha creado, nos da vida y la mantiene. No estamos solos en un mundo absurdo de vacío y de silencio. Él está presente y no está callado. Hemos sido hechos para vivir en relación con Él”.

 

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