El flanco débil

El pastor del rebaño vio descorazonado cómo se alejaban sus ovejas sin poder hacer nada.

07 DE AGOSTO DE 2025 · 16:00

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Foto de Alberto Bigoni en Unsplash

Cuando todo iba bien en aquel mundo ideal, un rebaño de ovejas indefenso estaba al cuidado y protección de un can de raza pitbull terrier, al que le caracterizaba su fuerza.

Eran tiempos en que el pitbull, la casta más potente de perros, tenía como misión velar por el ganado.

Pero un aciago día, sin saber por qué, utilizó su fuerza para extorsionar la manada. Raptó las ovejas y ellas no pudieron oponerse al ser menos advertidas y más débiles.

Aquello supuso la entrada del mal en el mundo, que dejó de ser perfecto.

Asombradas por su fuerza y astucia, aunque estaban cautivas sin saberlo, llegaron a admirar las características propias de un ser tan poderoso como orgulloso, soberbio, traidor y malvado.

El pastor del rebaño vio descorazonado cómo se alejaban sus ovejas sin poder hacer nada.

Apesadumbrado reconocía que ellas tenían un flanco débil que las hizo vulnerables al pitbull. ¿Por qué hubo que ser así?

¿Cómo hacer para que volviesen?

No podía utilizar su fuerza, aunque era superior a la del pitbull, porque sería pasarlas de un poder a otro poder, y ellas no notarían la diferencia de dueños.

Postrado y dolido por los rincones de su cabaña, solo le consolaba pensar que las conocía muy bien, como si las hubiera parido, creía comunicar con ellas sentado en el tranco de la puerta, creía que les hablaba, creía que conectaba con otro flanco que también tenían.

Y este no era un flanco por el que serían engañadas de nuevo, era uno por el que jamás tendrían reposo si no lo encontraban en su pastor.

Sumido en un dolor profundo, traspasado de un terrible tormento, levantó al fin su rostro y al instante vio acercársele un corderito indefenso, que en seguida reconoció y corrió para abrazarlo.

“El Creador sabe redimir a su criatura”. (J.R.D.)

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