La mente maravillosa de Jennifer Connelly

Algunas personas no quieren reconocer que existe una dimensión diferente (aparte de lo que es la vida material) y que esa dimensión es lo que da sentido a la vida.

20 DE JUNIO DE 2013 · 22:00

,
Jennifer Connelly, recibió el Oscar a la mejor actriz por su interpretación en “Una mente maravillosa”. A raíz de ese premio, la revista Imágenes la entrevistó en Septiembre del 2005, y en medio de muchas otras cosas dijo: “Iba a mudarme a un apartamento justo encima de una funeraria, y muchos amigos me dijeron que si lo hacía no me visitarían. En cambio a mi me encanta, me parece una buena forma de aceptar mi propia mortalidad”. Pocos habrían hecho lo mismo. Hablar sobre la muerte, el más allá o la espiritualidad en la vida parece ser una conversación demasiado “elevada” para muchos. Y si lo hacen, lo primero que buscan es una mesa para poner sus manos “hay que tocar madera”, dicen. Otros incluso creen que es una pérdida de tiempo tratar temas espirituales, porque no admiten nada más que lo que se ve y se puede tocar. Algunas personas no quieren aceptarlo. No quieren reconocer que existe una dimensión diferente (aparte de lo que es la vida material) y que esa dimensión es lo que da sentido a la vida. Muchos viven como si lo espiritual no existiese; incluso argumentan que solo pueden creer en aquello que ven. (¿?) Hay muchas cosas que nosotros conocemos y no vemos. Piensa por un momento: ¿Con qué disfrutas más?, ¿sólo con lo que tiene un componente material? ¿no tiene ningún valor para ti la amistad, el amor, la emoción, la aventura, la sensibilidad, la tranquilidad, la paz...? ¿Cuántas de esas cosas puedes tocar o ver? ¿Las cambiarías por algo material? ¿Comprarías una amistad con dinero? ¿Darías una casa a cambio de amor? ¿Trabajarías varias semanas para que te pagasen tranquilidad a cambio? ¿Verdad que hasta suena peligroso? Aceptar lo que somos, saber que un día se terminará todo; meditar en que la vida es mucho más de lo que tenemos, de lo que podemos hacer, incluso de lo que somos, es algo que merece la pena. Huir de lo espiritual es la mejor manera de sentirnos vacíos. Muchos viven queriendo controlarlo todo, queriendo estar seguros de todo sin hacer nunca absolutamente nada que pueda escaparse de sus manos. Un día se encuentran solos y con una profunda insatisfacción interior: La vida va huyendo como el agua entre nuestras manos, y no podemos hacer nada. La frustración de no poder volver atrás, o no poder hacer cosas que hasta hace muy poco podíamos hacer, llena de sinsabores nuestra alma. Sí, nuestra alma… Lo más profundo de nuestro interior, aquello que hemos olvidado tantas veces. Más vale volver nuestra vida hacia el Creador. Mucho mejor es buscar a Dios mientras podemos encontrarlo; mientras tenemos fuerzas para ello y mientras reconocemos que hay algo mucho más allá de lo que vemos. Que nuestra vida tiene absoluto sentido independientemente de la edad que tengamos, cuando aprendemos a cuidar nuestra alma. Cuando sabemos que podemos vivir tranquilos de la mano de nuestro Dios.

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Con otro ritmo - La mente maravillosa de Jennifer Connelly