Mediterráneo, evangélicos y cambio climático
Evangélicos de España e Italia piden que la ciencia se enriquezca con una motivación y una esperanza claramente bíblicas que conduzcan a la acción.
ESPAÑA · 30 DE JULIO DE 2025 · 10:30

El agua del mar Mediterráneo ha batido récords de temperatura año tras año y lo volverá a hacer en 2025.
En los países bañados por el “Mare Nostrum”, las consecuencias son muy visibles. Noches sin dormir con temperaturas mínimas que no bajan de los 25 °C, cortes de electricidad debido al uso inusual del aire acondicionado y nuevos problemas de salud para los trabajadores al aire libre causados por olas de calor que comienzan antes y duran más tiempo.
Quizás la consecuencia más grave sea que la temperatura del mar provoca fenómenos meteorológicos extremos en tierra, como las inundaciones que arrasaron 75 localidades de Valencia en otoño de 2024 y causaron la muerte de 227 personas.
La fe cristiana de Michael Wickham, en España, y de Gianluca Piccirillo, en Italia, les ha llevado a seguir de cerca la evolución del clima en sus propios países.
¿Qué tiene que decir la cosmovisión bíblica?
Wickham explica su trayectoria hasta ahora. “Llevo muchos años enseñando sobre la realidad del cambio climático en la educación secundaria, colaborando en libros y publicaciones (como Protestante Digital), dando charlas y talleres en iglesias y centros comunitarios locales”.
“La Biblia tiene mucho que decir sobre nuestra responsabilidad con el mundo en el que vivimos, un mundo que Dios creó y nos dio para administrarlo de forma sostenible”
Es miembro de la Mesa de Trabajo del Cuidado de la Creación del Movimiento de Lausana en España. Se trata de un grupo nacional de profesionales pertenecientes a iglesias evangélicas que “reúnen ideas e iniciativas para ayudar a las personas a darse cuenta de que la Biblia tiene mucho que decir sobre nuestra responsabilidad con el mundo en el que vivimos, un mundo que Dios creó y nos dio para administrarlo de forma sostenible”.
Le anima ver que “muchos de ellos son jóvenes, algo muy refrescante que aporta nuevas ideas y formas de comunicar el mensaje del cuidado de la creación a todos los que nos rodean”.
Él y otros cristianos en España buscan dar ejemplo de una mayor responsabilidad en cuanto a “cómo y qué consumimos, cómo viajamos, cómo desechamos la basura, cómo utilizamos el agua y la energía”.
“Debemos evitar los extremos del pánico y la apatía”
A escala mundial, “los efectos de este calentamiento se sienten especialmente en aquellos países que no son los principales productores de gases de efecto invernadero, con sequías, inundaciones, aumento de las temperaturas y cambios en las estaciones”, afirma Wickham.
Por ello, considera que “se trata de un elemento importante de justicia social, ya que los países afectados no son los que han causado el calentamiento. Esta es una de las razones que me motivan a actuar”.
“Desde la década de los 70 en adelante, existen varios documentos evangélicos con un enfoque único y verdaderamente centrado en la Biblia y el evangelio que deberían ser más conocidos”
Entonces, ¿en qué se diferencia el enfoque cristiano?
Para Wickham, “debemos evitar los extremos del pánico y la ansiedad extrema, cada vez más evidentes en nuestra sociedad, así como la inacción debida a la apatía, el interés propio, la incredulidad o la ignorancia”.
“Dios tiene el control de su mundo. La Biblia nos invita a administrar la tierra de Dios y sus recursos de manera responsable y mostrar compasión por aquellos que sufren las consecuencias del consumo excesivo de recursos por parte del ser humano para su enriquecimiento y comodidad personal. Me siento desafiado a cuidar del pueblo de Dios, de los animales y de las plantas con el mismo amor con el que Él los creó y los declaró buenos (Génesis 1 y 2)”.
Reflexiones evangélicas desde los años 70
Gianluca Piccirillo escribió su tesis de máster en Teología sobre una veintena de documentos evangélicos que abordan la necesidad de cuidar el medioambiente.
“Desde la década de 1970 en adelante, hay varios documentos, declaraciones o libros evangélicos relacionados con el cuidado de la creación. Su contribución es tan única y verdaderamente centrada en la Biblia y el Evangelio (a diferencia de la encíclica Laudato si' del papa Francisco) que deberían ser más conocidos”, opina.
Piccirillo identifica alrededor de veinte de estas obras, entre las que se encuentran, por nombrar algunas, Resolutions on Creation Care of the National Association of Evangelicals (1970-71), An Evangelical Commitment to Simple Lifestyle (1980), On the Care of Creation: An Evangelical Declaration on the Care of Creation (1994), An Urgent Call to Action: Scientists and Evangelicals Unite to Protect Creation (2007), Creation Care & The Gospel - Call to Action (2012), and The Evangelical Call to Action on Biodiversity (2020).
Motivación, esperanza y acción desde el evangelio
“Dado que el mundo es del Señor, nuestro cuidado por la creación debe tener un triple marco”, afirma Piccirillo.
“La motivación para cuidar la creación, desde una perspectiva evangélica, no debe estar dictada por el miedo a la catástrofe medioambiental, el sentimiento de culpa ni la perspectiva utilitaria de la creación (es decir, abordar la cuestión ecológica tiene sentido en la medida en que es útil para el progreso humano), sino que está y debe estar dictada en última instancia por el amor a Dios. El mundo es suyo y da testimonio de su grandeza. Debemos cuidar la creación incluso si no estuviéramos en una época de crisis medioambiental”, añade.
“Esta esperanza de restauración en Cristo debe alimentar la búsqueda de la justicia y la paz también en el ámbito ecológico, , acompañada de la oración”
Por otra parte, “la esperanza de un cuidado digno de la creación, desde una perspectiva evangélica, no debe residir tanto en la capacidad creativa del hombre para adaptarse, ni en la tecnología que puede y debe desarrollarse, ni en los esfuerzos legítimos por crear una sociedad perfecta solo con el esfuerzo humano, sino que se fundamenta en Dios y en su intervención en Cristo”.“Esta esperanza de restauración en Cristo debe alimentar la búsqueda de la justicia y la paz también en el ámbito ecológico, hacia el servicio y la acción social, acompañada de la oración”.
Por último, “la acción del compromiso ecológico, desde una perspectiva evangélica, no sustituye ni se opone a la tarea de evangelizar el mundo, sino que está estrechamente relacionada con ella; es su prueba de fuego, en el sentido de que una fe coherente siempre impulsa a actuar de acuerdo con los designios de Dios”.
Además, “al hacerlo, debe formar parte de un esfuerzo cobeligerante: no podemos trabajar solos, sino que necesitamos colaborar para alcanzar objetivos sistémicos más amplios e intervenir eficazmente en los contextos locales, por ejemplo, ejerciendo presión política sobre cuestiones comunes y mostrando actitudes de proximidad (por ejemplo, hacia los refugiados climáticos). Sin embargo, la cobeligerancia y la colaboración nunca deben ir en detrimento del evangelio”.
Esta es la tercera y última parte de una serie de reportajes sobre las altas temperaturas en el Mediterráneo y sus consecuencias. Puedes leer el primer reportaje aquí y el segundo aquí.
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Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Ciencia - Mediterráneo, evangélicos y cambio climático