¿Agradecerías a Dios por una tragedia en tu empresa?

Keily Murillo Fuentes jamás pensó que un voraz incendio en su negocio le haría cambiar para siempre su visión empresarial.

10 DE SEPTIEMBRE DE 2024
10:00 CEST
Keily Murillo y su esposo Josué García, con sus hijos./ Cedida,
Keily Murillo y su esposo Josué García, con sus hijos./ Cedida

Keily Murillo Fuentes y su esposo Josué García fundaron en el año 2015 la Tintorería y Lavandería Industrial JK, una empresa familiar ubicada en el municipio costero de Ares, en la provincia de la Coruña.

Tras años de arduo trabajo, este modelo de negocio creció hasta convertirse en una referencia de buen servicio en la comarca de Ferrolterra, popularidad que adquirió al abarcar diversos sectores como el de la hostelería.

Lamentablemente, en noviembre del año 2019, un desperfecto eléctrico incendió la nave industrial de JK, evento que afectó gravemente su centro de operaciones, una tragedia precedida por la pandemia del COVID 19.

Hoy en día, Keily Murillo hace muchas reflexiones al respecto. Una de ellas estuvo acompañada de la impactante frase: “gracias a Dios porque se quemó la nave”.

¿Qué hizo a esta gerente expresar dichas palabras de agradecimiento? Lideres Empresariales Cristianos se trasladó hasta Ares para conocer su historia.

 

Pregunta. Keily, ¿Cómo nace la Tintorería y Lavandería Industrial JK?

Respuesta.  Nace de la crisis. Hubo una época muy mala a nivel económico en esta zona de España y estábamos viviendo de los ahorros. Me hice la pregunta: ¿Qué puedo hacer?

Finalmente, se me ocurrió prestar un servicio de tintorería a domicilio para ayudar a las amas de casa. En mi piso, comencé a lavar, secar y planchar la ropa. Me fue tan bien, que mi esposo Josué vio una oportunidad de negocio y decidió alquilar un local.

 

P. ¿Cómo llegó a crecer tanto?

R. Con otra pregunta: ¿Quién lava en los hoteles? Esa idea se fijó en mi mente. Un día, cogí las páginas amarillas y empecé a llamar a diversos hoteles. Di con el gerente de uno de ellos que me explicó todo y sin mezquindad alguna. También aprendí un montón por internet.

Empezamos esta aventura atendiendo a un hotel pequeño y nos fue tan bien, que decidimos ampliar nuestro abanico de clientes. Para eso, teníamos que también aumentar nuestra capacidad de respuesta, es por eso que aprendimos más sobre la maquinaria industrial. Pasamos de tener una máquina sencilla de lavar, a tener 3 máquinas industriales para el mismo proceso. Pasamos de tener un sencillo local, a tener una nave.

¿Agradecerías a Dios por una tragedia en tu empresa?

El negocio fue creciendo a medida que se ampliaba la capacidad de respuesta de la maquinaria industrial./ Cedida
 

P. ¿Entonces todo empezó a ir de bien a mejor?

R. En realidad no. El negocio creció de forma desmedida hasta el punto que nuestra vida espiritual y familiar se estaba resintiendo. Somos 4, tenemos una niña y un niño a los cuales no les dábamos tiempo de calidad. Todo era trabajo. Había domingos que ni siquiera íbamos a la iglesia. Yo era consciente pero la dinámica laboral y los compromisos nos atrapaban.

 

P. ¿Qué hiciste?

R. Oraba y le preguntaba a Dios ¿Quieres qué siga? En eso, un gran hotel de la comarca me llama y nos confirma que quiere ser nuestro cliente. Asumí que era el camino. Lo extraño fue que después de comprometernos, vino la tragedia.

 

P. El incendio.

R. Sí. Es increíble como todo puede acabarse en tan solo media hora. Tuvimos perdidas que superaron los 20.000 euros en ropa. En ese momento no entendía que quería decirme el Señor. A pesar de la confusión mantuve la fe. Mi vida está en las manos del Señor, en lo bueno y lo malo.

¿Agradecerías a Dios por una tragedia en tu empresa?

El incendio destrozó una gran parte de la lavandería industrial, causando grandes pérdidas económicas./ Cedida

P. ¿Cómo fue la recuperación?

R. Contamos con la solidaridad de muchos hermanos en Cristo, económica y emocionalmente. También fuimos apoyados por otras empresas de lavandería que nos ayudaron a cumplir con nuestros compromisos comerciales prestando sus instalaciones sin costo adicional. En medio de la tragedia, el Señor nos decía que estaba con nosotros. Al final, el incendio dañó solo nuestra máquina empaquetadora y muchas prendas, el resto de las lavadoras quedaron intactas. Esto sorprendió incluso a los peritos.

 

P. ¿Qué reflexiones sacas después de esta experiencia?

R. Que hay que adorar al Dios de la bendición y no a la bendición. Sin embargo, estábamos tan saturados, que ni tiempo había para disfrutar esa bendición. Mi esposo se levantaba a las 4 de la mañana y terminaba de trabajar a las 8 de la noche. Con el tiempo, el Señor me reveló claramente que este crecimiento empresarial no fue para que me alejara de Él.

Otra de las cosas que también aprendí fue a decir no. No puedes abarcar todo, yo necesitaba tiempo para dedicar a mi esposo y a mis hijos. Hoy doy gracias a Dios porque se quemó la nave. De hecho, la pandemia fue la guinda de estos acontecimientos que, para nosotros, fueron necesarios y nos permitieron procesar todo lo que nos quería revelar el Señor. Solo así pudimos hacer los cambios necesarios en nuestro emprendimiento.

 

P. ¿Qué cambios decidieron realizar?

R. A pesar de las perdidas, que fueron muchas, decidimos realizar inversiones para recuperar nuestro negocio, pero esta vez, decidimos manejarlo bajo la filosofía de “menos es más”.

Seguimos cuidando y mimando a nuestros clientes, quizás en algunas temporadas facturamos menos al decir que no, pero estamos en paz al no sacrificar la calidad de vida y el tiempo en familia.

Para nosotros es difícil hablar de este tema. Hay personas que buscan nuestros servicios y pudieran pensar que no queremos trabajar al decirles en ocasiones que no, pero créanme, no es eso. Sencillamente el Señor nos ha trazado este camino de administrar mejor nuestro tiempo y debemos obedecer; una decisión como esta nos ha permitido descansar más en Él.

 

P. ¿Ahora sí asisten a la iglesia?

R. Todos los domingos. Soy directora del grupo de alabanza de mi iglesia en Ferrol y mis hijos sirven allí con sus dones musicales. De verdad estoy agradecida.

¿Agradecerías a Dios por una tragedia en tu empresa?

La confianza de Keily está puesta en Dios./ Cedida

P. ¿Algún consejo que quieras dejar a nuestros lectores?

R. Entender que los negocios son dados por el Señor. Debemos estar dentro de su voluntad porque fuera de ella, es fracasar. Cuando Dios te pide parar, hazlo. No esperes a que él lo haga.

Si estás en dificultades, recuerda que Dios es misericordioso. Pregúntale, ¿Qué quieres que haga con este negocio? Conecta al Señor con tu vida laboral. Si tu trabajo te roba la paz, ese no es el camino.

Y finalmente, es importante entender que tu valor no está en el dinero o la preparación que tengas, tu valor está en la cruz, lo demás es añadidura.

 

P. ¿Qué tal va la lavandería este año?

R. Mejor que nunca. La Tintorería y Lavandería Industrial JK cuenta con un equipo humano y profesional, altamente cualificado, todo el personal está perfectamente formado para obtener la más alta calidad en el resultado de nuestro lavado.

Hoy en día prestamos un servicio de lavandería donde higienizamos de manera integral todo el material lavable que se utiliza en hoteles, restaurantes, geriátricos, residencias de estudiantes, centros deportivos, peluquerías, estéticas, etc.

Además de lavar la ropa propia de estos centros, también ofrecemos la modalidad de renting, en la que disponemos de un amplio stock de sábanas, toallas de baño, albornoces, toallas de peluquería, etc.

Todo esto gracias a la misericordia de Dios y administrándolo de la mejor manera posible. No nos podemos quejar.

 

P. Gracias por este tiempo Keily.

 

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Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Testimonio - ¿Agradecerías a Dios por una tragedia en tu empresa?