¿Por qué mentimos?
La mentira es el gran pecado universal que nos estigmatiza a toda la raza humana como pecadores indiscutibles en mayor o en menor medida.
31 DE MAYO DE 2025 · 21:00

Es curioso observar en diferentes foros y artículos de psicología social al respecto, la justificación y la naturalización de la mentira como un mal menor.
La mentira es como el hombre de las mil caras, mentimos consciente o inconscientemente de diversas maneras, con nuestras exageraciones o con atribuciones que no nos corresponden.
La mentira suele ser la fuente de buena parte de los problemas y conflictos en las relaciones interpersonales. Mentimos para obtener algún beneficio personal.
La venganza es una de las razones más frecuentes de la mentira, es decir cuando se miente con el objetivo de dañar o perjudicar a alguien de forma malintencionada.
La mentira también se usa para manipular a la gente a través de los sentimientos con halagos y falsas expectativas. El autoengaño también es otra forma de mentirse a uno mismo, creyéndonos nuestras propias mentiras.
Las mentiras socializadas a través de los estados de opinión que generan los medios, a través de la publicidad, de las redes sociales y de los políticos en general con sus demagogias (con muy pocas excepciones).
Estos son los grandes cauces del engaño y de la mentira que se viralizan en el imaginario social.
Por supuesto que hay otros muchos aspectos de la mentira y de sus graves perjuicios que podríamos seguir abordando, pero que dejaremos para una nueva ocasión.
La mentira es el gran pecado universal que nos estigmatiza a toda la raza humana como pecadores indiscutibles en mayor o en menor medida. Cuando la Palabra de Dios nos declara que todos somos pecadores y por esa razón estamos destituidos de la presencia de Dios, muchos se disculpan apelando a sus propias bondades personales, pero del pecado de la mentira nadie puede escapar ni justificarse, porque es un hecho clamorosamente universal.
La mentira es un pecado corrosivo además de altamente tóxico. Son millones los que viven atrapados en las cárceles diabólicas de la mentira.
La Biblia no nos ofrece una "psicología de la mentira" en el sentido psicológico moderno, sino que aborda la mentira desde una perspectiva moral y espiritual, enfatizando su naturaleza pecaminosa y destructiva.
Se presenta la mentira como un engaño, una traición, y una violación de la confianza, con consecuencias tanto individuales como socialmente perniciosas.
Por otra parte, la Biblia sostiene que el diablo es el padre de la mentira y que no tiene nada que ver con la verdad, porque no hay verdad en él (Juan 8:44). Dios no puede habitar en donde hay mentira y por eso la detesta.
El antídoto eficaz contra la mentira en sus más variadas formas es permanecer en la Palabra de Cristo como verdaderos discípulos del Maestro, y a partir de ahí conoceremos la verdad (de Dios) y su poderosa verdad nos hará auténticamente libres de nuestras miserias humanas y de los engaños diabólicos. (Juan 8:31-32)
El que dice la verdad permanece para siempre, pero el mentiroso, solo un instante. En los planes de los malvados hay mentira; en los consejos del hombre y la mujer de paz, hay alegría. Proverbios 12:19-22 DHH
Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - El Tren de la Vida - ¿Por qué mentimos?