“La crisis, malas decisiones y poca educación financiera me dejaron hundido”

Ignacio Rodríguez es un profesional del sector inmobiliario y superviviente de la crisis económica española del 2008, una experiencia difícil que le ayudó a reenfocar su vida financiera bajo una perspectiva bíblica.

04 DE ABRIL DE 2023
12:00 CEST
Ignacio Rodríguez, superviviente de la crisis de 2008./Foto: Fb, cedida. Montaje: LIDE,
Ignacio Rodríguez, superviviente de la crisis de 2008./Foto: Fb, cedida. Montaje: LIDE

Tiempo de lectura: 8 minutos

Ignacio Rodríguez tiene más de 20 años de experiencia en el sector inmobiliario y colabora con el grupo Tres-e (Evangelio-Empresa-Economía) en el área de mayordomía financiera. Compartió con Protestante Digital su proceso de restauración en una época muy difícil para todos los españoles.

Oriundo de Barcelona y criado en Almería, Ignacio viene de una familia evangélica y manifiesta haber conocido a Jesús desde su adolescencia. En su juventud, estudió la carrera de maestro en idiomas con especialidad en inglés, sin embargo, decidió aventurarse en el mercado de viviendas.

“Me gusta mucho el inglés, pero no ejercí de maestro. Me uní a unos amigos para crear una empresa de marketing digital y con los años nos enfocamos en trabajar para los negocios inmobiliarios. Al involucrarnos tantos años en este ambiente, algunos de nosotros fuimos absorbidos por una promotora a la que prestábamos el servicio y posteriormente nos dedicamos a la venta de inmuebles”, explicó.

Durante 5 años pudo aprender parte del oficio, vivir de ello y convertirse en autónomo; en paralelo formaba una familia con su esposa y sus dos hijos. Considera que todo marchaba de una manera “normal” hasta que llegó el estallido de la burbuja inmobiliaria mundial, una crisis que también alcanzó a España, generando la ya conocida depresión económica en todo el país.

 

En el valle de sombra

“Fue un valle muy duro -recuerda Ignacio-. La crisis se sumó a mi poco conocimiento en el ámbito financiero y administrativo. Las malas decisiones y poca preparación en estos temas generaron un panorama en el que no tenía trabajo, dinero, ni casa; además de esto, cargaba con deudas que sumaban los 85 mil euros”.

“Sentía que estaba espiritualmente frío. Gracias a Dios conté con el apoyo de familiares y de mi esposa”

“Fueron muchos intentos para recuperarme. Recuerdo una vez, por ejemplo, cuando fui a Inglaterra creyendo la promesa de apoyo por parte de un inversor para trabajar en ese mercado; cogí allí un piso, coche e incluso me llevé a la familia para estar todo el verano con ellos. Justo a los dos días de llegar con todo organizado, esa persona me dijo que no podía continuar. Yo acabé bastante hundido, todo fue muy fuerte”, agregó.

Ignacio comenta sobre una temporada en la que padeció depresión. “Sentía que estaba espiritualmente frío. Gracias a Dios conté con el apoyo de familiares y principalmente de mi esposa”.

Finalmente, Ignacio pudo conseguir un empleo que le permitió seguir adelante. “Desde el 2009 estuve trabajando duro para lograr pagar mis deudas y fue en el 2014 que cumplí esa meta, sin embargo, ese último año fui despedido. Me afectó, porque no teníamos muchos ahorros, pero me consolaba el hecho de saber que no teníamos ningún compromiso”.

 

“Tu dinero cuenta”

Al estar libre de deudas, Ignacio se permitió tener unos meses libres para dedicarlos a capacitarse en el área financiera. “A pocos días de ser despedido, fui a Barcelona para asistir a un curso de Peter Briscoe” sobre el libro “Tu dinero cuenta”. Peter es Fundador de Compass Europa, que forma parte del ministerio Compass International de Howard Dayton, autor de ese best seller.

“Si hubiese encontrado ese libro hace 10 años (“Tu dinero cuenta”), quizás no hubiese cometido tantos errores en el pasado, sin embargo, entiendo que Dios permitió todo eso con un propósito, Él escribe recto en renglones torcidos”.

“Mi despido tuvo un propósito: que dedicase tiempo a servir”

Además de recibir capacitaciones sobre principios bíblicos en el área financiera, Ignacio fue preparado para ser formador. Por otra parte, contribuyó en la adaptación al castellano (de España) del libro “Tu dinero cuenta” y transcribió los talleres en inglés impartidos por Briscoe, que ahora son de mucha ayuda para los que participan en las conferencias que organiza.

“Al final entendí que mi despido tuvo un propósito y era dedicarme un tiempo a servir. De hecho, el año pasado pudimos editar un nuevo libro, esta vez de Peter Briscoe denominado “El discipulado financiero” que es como una segunda parte de “Tu dinero Cuenta”, más enfocado a los formadores”, destacó.

Ignacio considera que su mayor aprendizaje fue saber cómo Dios tiene todo bajo su control. “Dicha verdad me proporciona paz en medio de cualquier situación. Cada experiencia me da un extra para hablar con autoridad sobre estos temas”.

 

Consejos prácticos

Ignacio Rodríguez explica que la economía siempre es cíclica y nuestro deber es estar preparados. “La Biblia tiene unos 500 versículos acerca de la oración y la fe, pero más de 2.350 tienen que ver con el dinero y las posesiones. El Señor quiere que conozcamos su perspectiva en esta área. Siempre vendrán tiempos de vacas gordas y vacas flacas”, explicó.

“Siempre vendrán tiempos de vacas gordas y vacas flacas. Hay que estar preparado”

Reitera que es fundamental confiar en la soberanía de Dios y para eso es necesario tener una relación cercana con Él: “Eso es fundamental, Él hace su parte y nosotros la nuestra”.

También agregó: “Debemos hacernos responsables de nuestras finanzas y vivir con un presupuesto; saber a dónde van nuestros gastos y dependiendo de nuestras necesidades, recortarlos al máximo, no con una mentalidad de pobreza, sino más bien pensando en el ahorro”.

“La crisis, malas decisiones y poca educación financiera me dejaron hundido”

Un momento de la entrevista.

Ignacio continúa trabajando para el sector inmobiliario como autónomo. Aconseja leer más literatura cristiana relacionada con el dinero y el trabajo, administrar bien el tiempo con horarios cerrados y tener actividad física diaria.

“No solo hacer deporte, es ideal salir, apartarse, meditar y reflexionar en la naturaleza. Dios siempre tiene algo que decirte. Nuestros pensamientos no pueden estar enfocados solo en los negocios, al final, una empresa es simplemente esa herramienta que Dios nos da para bendecir”. Y concluye con una lección final: “recordemos que todo lo que hacemos tiene trascendencia en lo eterno”.

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Testimonio - “La crisis, malas decisiones y poca educación financiera me dejaron hundido”