Los manuscritos del Nuevo Testamento hasta el año 300
Los hallazgos del s. XX nos han aportado evidencia textual incalculable sobre el Nuevo Testamento
06 DE AGOSTO DE 2017 · 06:10
De vez en cuando se hace la pregunta, ¿a partir de qué año tenemos el texto del Nuevo Testamento en griego?1
Se podría responder en pocas palabras que lo tenemos desde mediados del s. IV—el códice Sinaítico (א/01) data del año c. 350-375 d.C. y contiene todo el Nuevo Testamento y el códice Vaticano (03/B) data del año c. 350 d.C. y contiene casi todo el Nuevo Testamento (con lagunas en Heb. 9.14-13.25 y carece de los cinco siguientes libros: 1Tim, 2Tim, Tit, Flm y Apoc). Son los dos códices más completos y antiguos del texto del Nuevo Testamento que tenemos.
Sin embargo, el asunto es un poco más complicado debido a los descubrimientos del s. XX, los cuales nos han aportado el conocimiento de más de cien papiros, unos 70 de los cuales datan de antes de los dos códices citados arriba.
Es decir, esta evidencia papirológica (más algunos unciales) nos aporta evidencia textual más antigua que la de los códices citados arriba, lo cual significa que los papiros y algunos unciales son los testigos más antiguos que tenemos del texto del Nuevo Testamento. Su testimonio textual, por lo tanto, es de suma importancia.
En la siguiente tabla se encuentra la evidencia textual de los papiros hasta el año 300. La primera columna presenta la evidencia dividida entre los distintos papiros y la segunda la presenta entretejiendo los fragmentos en un conjunto.
Las fechas y los contenidos de los papiros y los unciales provienen del Institut für Neutestamentliche Textforschung, pero debido a algunos errores en él ha sido necesario en algunas ocasiones recurrir a las listas suplidas en las ediciones estándares del Nuevo Testamento griego.2
Sin embargo, estas fuentes casi siempre coinciden en las fechas que asignan a los distintos manuscritos, así que el margen de error es bastante pequeño.
Los papiros divididos por libro y época
Pueden ver la tabla completa aquí: https://docs.google.com/document/d/10qOUK3yzNcXxA9Vu--3fry5RXPoyclqgtn_VDhx7p24/edit?usp=sharing
Versículos representados por libro
En la siguiente tabla se encuentra la misma evidencia expuesta en forma numérica. La primera columna suple el número total de versículos en el Nuevo Testamento por libro según el texto UBS5.4
La segunda suple el número de versículos representados en los papiros y unciales hasta el año 300. La última columna suple el porcentaje del libro representado.
Pueden consultar la tabla completa aquí: https://docs.google.com/document/d/1u1h_9HmxfGArWXfKB-4xuUJg1Y1AyDkv-FJGuKH6afA/edit?usp=sharing
Valoración de la evidencia
Como se dijo arriba, tenemos todo el Nuevo Testamento a partir de mediados del s. IV, pero tenemos casi el 60% de ello sobre el año 300. Además, de los 27 libros del Nuevo Testamento, tenemos más del 50% de trece libros, más del 75% de once, y más del 90% de nueve. Se debe recordar de estas cifras se refieren al número de versículos representados.
Como muchos de los papiros existen en forma fragmentaria, en muchos casos existen lagunas en varios versículos. Sin embargo, los papiros más grandes, a saber, P46 (cartas paulinas), P66 (Jn), P72 (cartas católicas), P75 (Lc y Jn), P115 (Apoc), están también entre los mejores preservados y por lo tanto garantizan que dichas lagunas no afectan mucho la impresión general.
Además, se debe notar que los papiros más grandes y mejor preservados están entre los más antiguos también: el P46 se remonta al año c. 200, el P66 al año c. 200 y el P75 a inicios del s. III.
Esto quiere decir que mientras que este estudio ha calculado la cantidad del Nuevo Testamento que tenemos hasta el año 300, sólo con estos tres papiros tenemos entre el 40 y el 50% del Nuevo Testamento en el año c. 200.
Este hallazgo es importante porque significa que nuestros Nuevos Testamentos actuales no son, como algunos dicen, copias de copias de copias de copias de copias, etc…, sino que están muy cercanos a los textos originales (los «autógrafos»).
Los hallazgos del s. XX nos han aportado evidencia textual incalculable sobre el Nuevo Testamento y cada hallazgo nos acerca más a ello. Los lectores modernos deben tener mucha confianza en que los Nuevos Testamentos de hoy día reflejan fielmente los textos originales, y nuestro conocimiento y confianza seguirán creciendo con cada nuevo hallazgo.5
Notas
1 Me gustaría agradecer a Dra. María Victoria Spottorno Díaz-Caro por haber revisado una versión anterior de este artículo.
2 The Greek New Testament, Fifth Revised Edition, editado por Barbara Aland, et al (Stuttgart: Deutsche Bibelgesellschaft, 2014), 12*-16*; Biblia Sacra Utriusque Testamenti Editio Hebraica et Graeca, editado por Barbara Aland, et al (Stuttgart: Deutsche Bibelgesellschaft, 1994), 684-690. Se debe notar que otras fuentes interpretan la evidencia de forma distinta; he seguido estas fuentes porque reflejan la opinión de un grupo de eruditos especializados en la crítica textual y por lo tanto funcionan como un punto de partida para cualquier discusión posterior. No he incluído el mayúsculo 0212 (s. III) porque es del Diatésaron y es muy difícil determinar el texto (según NA28: Mt 27.56-57; Mc 15.40, 42; Lc 23.49-51, 54; Jn 19.38). INTF incluye los siguientes tres unciales que he omitido porque NA28/UBS5 los fecha a los siglos V-VI: 092a (= 0293), 092b (= 087), 0113 (= 029). También, INTF no incluye los papiros P7 ni P38, pero los he incluído por el mismo motivo.
3 INTF cita v. 21 como el último versículo en la parte de información pero incluye v. 22 en la imagen y transcripción. Aquí sigo la imagen y transcripción (también en Aland, et al, Biblia Sacra, 685).
4 Se han omitido los siguientes 41 versículos del cálculo porque no se encuentran en el texto UBS5: Mt 17.21; 18.11; 23.14; Mc 7.16; 9.44, 46; 11.26; 15.28; 16.9-20; Lc 22.43-44; 23.17; Jn 5.4; 7.53-8.11; Hch 8.37; 15.34; 24.7; 28.29; Rom 16.24. Lc 23.34 fue incluído porque sólo la primera parte es omitida del UBS5.
5 Nota: La evidencia actual se actualizará dentro de poco cuando se publiquen los descubrimientos más recientes, los cuales provienen de las máscaras de algunas momias en Egipto. Dicen que algunos de estos papiros se remontan al s. I.
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