Cristianismo en un retiro en Islandia

En marzo viajé a Islandia y admiré la naturaleza parcialmente virgen y agreste de esta isla, con sus numerosos volcanes, glaciares, cascadas y fascinantes formaciones de lava.

Algo menos de 400.000 personas viven en Islandia, república independiente desde 1944. Una gran mayoría son descendientes de los vikingos, que se asentaron aquí hacia el año 870 d.C. Según la tradición, el primer colono fue Ingólfur Arnarson, acérrimo seguidor de la religión germánica del norte.ⁱ

Según el Íslendingabók [Libro de los islandeses], unos monjes irlandeses, llamados papar, habrían estado en Islandia en la época de la llegada de los vikingos. Si esto es cierto, los monjes abandonaron rápidamente la isla o fueron expulsados.ⁱⁱSin embargo, entre los primeros colonos también había cristianos, personas que habían llegado a un acuerdo con ambas religiones, así como personas declaradamente irreligiosas a las que se llamaba “ateos” (goðlauss).ⁱⁱⁱ

Mientras que el 96% de los habitantes de Islandia seguían siendo miembros de la Iglesia Luterana en 1994, en 2023 se había reducido al 59%.

Islandia siguió siendo pagana hasta finales del siglo X. Sólo bajo la presión política del rey noruego bautizado Olav I Tryggvason, que gobernó entre 995 y 1000 d.C., y la amenaza de una cristianización por la fuerza, el parlamento vikingo (el Althing) decidió introducir el cristianismo como religión oficial en la isla.^iv

La Reforma en Islandia también se impuso políticamente bajo el rey luterano danés Christian III, en la década de 1550.^vLos islandeses se convirtieron en miembros de la Iglesia Luterana, una institución religiosa bajo la plena protección del Estado.

Hoy en día, cada vez más personas abandonan la iglesia estatal luterana. Mientras que el 96% de los habitantes de Islandia seguían siendo miembros en 1994, la cifra era del 67% en 2017.^vi En 2023, el 59% de la población pertenecía a la iglesia estatal y el 5% a diversas iglesias libres luteranas, así como pentecostales (0,3%) y bautistas.

En términos globales, Islandia ya ocupa el 10º lugar en proporción de población atea. Sólo el 57% de los islandeses sigue describiéndose como religioso y el 31% como no religioso. En 2005, el 74% seguía declarándose religioso.^vii

Aumenta el neopaganismo

Los islandeses abandonan la Iglesia y muchos dan la espalda no sólo al luteranismo, sino al propio cristianismo. 

Cada vez son más los que recurren al antiguo paganismo germánico. Desde 1972, la religión neopagana Asatro está registrada oficialmente en el país como Ásatrúarfélagið. Asatro es un neologismo danés-sueco formado por asa, el genitivo plural del danés æser o del sueco äser "Ase", y tro "fe". La palabra nórdica tro está relacionada etimológicamente, pero no es idéntica en significado, a la palabra inglesa truth. El término asatro apareció por primera vez a principios del siglo XIX en los escritos de los románticos nacionales escandinavos. En aquella época acuñaron toda una serie de términos para referirse a la antigua religión de los vikingos, como Asalære, Asareligion, Asadyrkan, Asakult y Asatro.^viii

Hoy, el 1,5% de la población pertenece oficialmente a ella. Pero el aprecio por las culturas paganas se puede ver a cada paso en Islandia.

“A diferencia del cristianismo, aquí la gente vive en armonía con la naturaleza”, me dijo el granjero que conocí. “Los dioses a los que rinden honor están mucho más cerca de vosotros que el Dios de la iglesia”.

En mi viaje conocí, entre otros, a Christian, un exitoso agricultor islandés que recientemente abandonó la iglesia estatal luterana y ya no está interesado en la fe cristiana. Christian critica las decisiones de la iglesia estatal de aceptar la práctica homosexual y la ideología de género en general. Le molestan los estrechos vínculos de la Iglesia con el Estado y su actitud ingenua y acrítica ante los acontecimientos sociopolíticos. “Debería ser la conciencia moral del país, pero parece todo lo contrario con sus escándalos de pederastia y homosexualidad”, afirma.

Christian ha abandonado la iglesia y se ha unido a una comunidad neopagana. “A diferencia del cristianismo, aquí la gente vive en armonía con la naturaleza”, afirma. “Aquí, el hombre sigue siendo hombre y la mujer, mujer. Y los dioses en los que crees y a los que rindes honores están mucho más cerca de ti que el Dios de la iglesia, que ni siquiera se preocupa por su iglesia de forma significativa”.

Las palabras de Christian revelan una profunda frustración con la fe cristiana tal como se le manifiesta en su forma eclesiástica. Ciertamente, en sus palabras también se percibe una profunda ausencia de relación personal con Jesucristo y Dios, y un anhelo de autenticidad y cercanía a la naturaleza. Y esto tras años de pertenencia a la Iglesia y una educación en una familia cristiana tradicional protestante-luterana.

Según Christian, muchos cristianos tradicionales de Islandia sienten lo mismo. En cualquier caso, el círculo de su comunidad de fe neopagana está creciendo. “Me devuelve la estabilidad y la identidad”, dice el simpático islandés. “Igual que en la época de los primeros vikingos”.

En aquel entonces, los gobernantes cristianos les impusieron el cristianismo, pero ahora abandonan voluntariamente la fe de sus padres porque tiene poca sustancia para ellos y se vuelven hacia las antiguas fuerzas de Asatro. Durante décadas, éstas han sido idealizadas en Escandinavia y su poder espiritual alabado. Por supuesto, ni Christian ni sus muchos compañeros de ideas afines tienen idea de en qué se están metiendo cuando se topan con los tentáculos de las fuerzas ocultas.^ix

Es hora de hablar claro

Mis experiencias en Islandia vuelven a poner de manifiesto lo autodestructiva que se ha vuelto la actitud de amplios sectores del protestantismo europeo en cuestiones de ideología de género y de aceptación generalizada de prácticas sexuales alternativas. Lo siento infinitamente por gente como Christian.

Ya es hora de que los verdaderos seguidores de Jesús hagan oír su voz en estas iglesias estatales. ¿Cómo podemos aceptar que la gente dé la espalda a la iglesia y a su fe por pura frustración sin al menos haber oído hablar de las alternativas cristiano-bíblicas? Después de todo, no todos los cristianos están en el camino de esta iglesia que se ha vuelto esencialmente anticristiana. Porque primero ocultó la verdad bíblica a sus miembros, o incluso la tergiversó hermenéuticamente hasta convertirla en lo contrario, y ahora les impone una filosofía de vida de la ideología de géneroque no tiene nada de cristiana. Qué terrible.

Islandia no es en absoluto una excepción. Occidente en su conjunto está siguiendo estas tendencias. ¿Y quiénes, si no los cristianos evangélicos de Occidente, son los responsables de mostrar por fin a la gente un camino hacia la libertad y una vida de fe en Jesucristo? Tengamos el valor de hacerlo.

 

Johannes Reimer, profesor de Misionología en la Universidad de Sudáfrica (UNSA) y miembro del equipo directivo de la Alianza Evangélica Mundial (AEM) durante muchos años.

 

Notas