Emilio Fuentes Betancourt (1843-1909) fue el más representativo de esta generación de sacerdotes cubanos liberales, impregnado del ardor revolucionario. Había cursado sus estudios superiores de Derecho canónico y Filosofía en Madrid en 1864-1865, después de lo cual regresó a Cuba, pero, debido a su posición política independentista, fue pronto mandado de vuelta hacia Madrid, en 1875, donde entró en contacto con el medio filosófico krausista y la Institución de Libre Enseñanza que se acababa de inaugurar,
para doctorarse con una tesis sobre la poesía cubana.
Exiliado primero en Lima desde 1877, sería en el exilio de México en 1881 donde se convirtió al metodismo y ejerció como pastor hasta 1887 en la recién fundada Iglesia metodista de la Santísima Trinidad. Después sería invitado a colaborar como maestro en la escuela normal de Jalapa- Veracruz-, lugar donde tuvo estrechas relaciones con la diáspora cubana de liberales. Dice el
Diccionario de la literatura cubana que en 1867 obtuvo el primer premio del Liceo Puerto Príncipe con el curioso título:
Memoria sobre la conveniencia de reservar a las mujeres ciertos trabajos que están en manos de los hombres, determinando, al mismo tiempo, cuáles sean éstos.
Dirigió la revista pedagógica
México Intelectual (1894), fundó un colegio en Guadalajara y fue colaborador en
La Familia. Pronunció conferencias que le dieron cierto renombre. Se destacó también como orador sagrado y firmaba con sus iniciales E. de los S. F. y B.
Entre su bibliografía mas evangélica tenemos
Ejercicio de cristiano. La Habana, La Verdad, 1875.
Mi conversión. Lectura religiosa dada por [...] en el Templo Metodista de México, titulada La Santísima Trinidad, el domingo 2 de octubre de 1881. México, D.F., Imp. de la Iglesia Metodista, 1881.
Excomunión y excomuniones. Carta dirigida al Illmo. Sr. Arzobispo de Santiago de Cuba. México, D.F., Imp. de la Iglesia Metodista Episcopal, 1883. |
Pequeño devocionario evangélico. México, D.F., Zubieta, 1883
Según Jean-Pierre Bastian,(1) su convicción liberal activa le llevó en 1885 a ser editorialista de
El monitor Republicano, principal periódico liberal de México, donde vertió sus ideas democráticas modernas, entre las que estaría explicar toda tentativa de conciliación del poder político liberal con la Iglesia Católica. En el mismo contexto ideológico estaría el converso cura liberal cubano, Joaquín de Palma, que sería pastor desde 1886 y responsable de la Iglesia episcopal Santiago Apóstol, en Nueva Cork, siendo reconocido por el medio liberal cubano e incluso por José Martí, como un patriota liberal e independentista. Del mismo modo, Tristán de Jesús Medina, sería otro tercer cura cubano, converso durante el sexenio liberal, reformista y abolicionista, amigo de Emilio Cautelar en Madrid, vocero de los grupos republicanos y predicador en Madrid por 1869 en la congregación protestante recién formada.
Según la tesis de Bastían los que optaron en esos años por el protestantismo fueron los liberales del clero católico, mas que los intelectuales, que no fueron capaces de tomar una posición activa protestante, excepto raros casos, pues se escondieron en el krausismo que representaban como una religión laica.
Su anticatolicismo no pasó de ser semejante al de Martí, este muy parecido al de Erasmo, cuando condenaba a una Iglesia que no dejaba pensar y explicaba a “un Dios que regatea, que vende la salvación, que todo lo hace a cambio de dinero, que manda las gentes al infierno si no le pagan, y si lo pagan los manda al cielo, un Dios prestamista, usurero, tendero» (Martí, 1943).
Portell Vilá en su documentada obra expresa lo mismo que Martí(2) sobre el papel de la iglesia católica en Cuba, siempre al lado despotismo con la excepción de los conversos del clero católico, protestantes de primera fila, que siempre estuvieron organizando veladas y conferencias con el objeto de ayudar y estando al lado de Gremios, los templos masónicos, las Academias y diversas corporaciones que estaban al lado de cualquier iniciativa cultural o social.
(1) Emancipación política de 1898 e influencia del protestantismo en Cuba y Puerto Rico Jean-Pierre BASTIAN
(2) “durante las guerras de independencia el clero católico, con excepciones contadísimas, había estado siempre al lado del despotismo, respaldándolo, justificándolo y alentándolo en su política en Cuba; explica que la jerarquía había traído bendiciones papales para las tropas españolas y que la piedad, la abnegación y la conducta de los maestros de la fe católica habían desaparecido o reducidos a la mínima expresión”