Ruge ronco, retumba, el barranco

En el estrecho trecho del lecho de la noche la lluvia lo tapa todo, la lluvia lo oculta todo, la lluvia es un sudario blanco.

02 DE NOVIEMBRE DE 2024 · 08:00

Karen Maes / Unsplash,dana valencia
Karen Maes / Unsplash

Brama la brisa de octubre su llanto,

se desgarra la tierra, los montes se rompen.

Ruge ronco, retumba, el barranco.

En el estrecho trecho del lecho de la noche

la lluvia lo tapa todo,

la lluvia lo oculta todo,

la lluvia es un sudario blanco.

 

 Baja la muerte cabalgando.

Galopa

la muerte, galopa desbocada

sobre caballos de roca.

Y nadie sabía nada.

 

La muerte blande su alfanje

de barro.

Guadaña de lodo, corre calle

abajo.

En la ladera las niñas miran y sonríen.

Las voces vibran, sueñan, callan...

no es bueno estar triste.

Y nadie sabía nada.

 

La muerte golpea sin ojos,

ciega de rabia.

Sólo quiere ver despojos

en el agua.

Coro de hombres que gritan y lloran.

Las casas son ataúdes o balsas,

rumor de estruendo de olas.

Y nadie sabía nada.

 

La muerte es ya siempre

una osamenta de barro

entre las barracas.

Ánfora rota, camino gris vacío de carros

y guirnaldas.

 

Cientos de cuerpos en el cieno,

tantas familias desgarradas.

Miles de gélidos silencios

desde Paiporta a Mestalla.

Millones de preguntas al cielo.

Y nadie sabía nada.

 

Señor, Tú perdiste a tu Hijo

en la noche mala.

Sabes del dolor sin resquicios

que parte las entrañas.

Por eso, algún día,

Dios mío, algún día dime por qué,

por qué nadie sabía nada.

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Mirad@zul - Ruge ronco, retumba, el barranco