150 Años de Metodismo en la ciudad de México (I)

Si bien el metodismo está cumpliendo 150 años en México, el cristianismo protestante/evangélico en el país es más antiguo.

05 DE FEBRERO DE 2023 · 11:40

Templo metodista El mesías en la ciudad de México. / <a target="_blank" href="https://es.wikipedia.org/wiki/Templo_%22El_mes%C3%ADas%22_Balderas#/media/Archivo:ElMesiasChurchDF.JPG">AlejandroLinaresGarcia </a>, Wikipedia.,
Templo metodista El mesías en la ciudad de México. / AlejandroLinaresGarcia , Wikipedia.

Enviados de la Iglesia Metodista Episcopal del Sur y de la del Norte llegaron a la Ciudad de México prácticamente al mismo tiempo. Lo hicieron por separado, ya que los mencionados cuerpos eclesiásticos tenían diferencias respecto al tema de la esclavitud.

Un grupo de iglesias y liderazgos decidió escindirse en 1844 de la Iglesia Metodista Episcopal, ya que consideraron lícita la posesión de esclavos. Al año siguiente conformaron la Iglesia Metodista Episcopal del Sur. Ambas instituciones se reunificaron en 1939.1

El obispo Gilbert Haven, de la Iglesia Metodista Episcopal (del Norte, en adelante IME), desembarcó en Veracruz el 28 de diciembre de 1872 y para el 4 de enero del año siguiente estaba instalado en la capital mexicana, en el Hotel Gillow.2

Haven permaneció en el país tres meses, tras los cuales regresó a los Estados Unidos.

En cuanto al obispo John C. Keener, de la Iglesia Metodista Episcopal del Sur (en adelante IMES), aporto los datos siguientes: Keener nació el 7 de febrero de 1819 en Baltimore, Maryland. Estudió en la Universidad Wesleyana de Texas.

Su elección como obispo tuvo lugar en la Conferencia General de Memphis en 1870.3

En los días finales de 1872, el obispo Keener hizo el viaje de Nueva Orleáns a Veracruz en el “buque Tabasco”.4 Llegó al puerto mexicano el primero de enero de 1873 y a la ciudad de México el día 6 del mismo mes, de acuerdo con una fuente, aunque otra data su arribo al día 21 de enero.5

Por los trabajos iniciales de Keener y el tiempo necesario para consolidarlos, me inclino por su estancia en la Ciudad de México a partir de los primeros días de enero.

Sobre la urbe a la que arribaba escribió: “El estilo de la arquitectura y la solidez de los edificios de la capital de México me asombraron. Al ir en coche de la estación [de ferrocarril] al hotel Iturbide [hoy Centro Cultural Banamex, en la calle Francisco I. Madero, Centro Histórico], me parecía una visión oriental, esa ciudad edificada en el interior del país, me traía a la memoria la ciudad de Florencia y la arquitectura de Miguel Ángel”.6

En el buque Tabasco, Keener conoció a George W. Clarke, editor del semanario en inglés The Two Republics, que publicaba en la capital del país y cuyas oficinas estaban ubicadas en el número 5 de la primera calle de Plateros.7

Clarke puso en contacto a Keener con Christian Amadeus Breme (o Boheme), quien a su vez le presentó a Sóstenes Juárez. Éste personaje estaba vinculado, al menos desde 1864, con la Sociedad de Amigos Cristianos (también llamada Sociedad Evangélica) que se reunía en San José el Real número 21, calle que actualmente lleva por nombre Isabel la Católica, en el Centro Histórico de la capital mexicana.8

Durante su primera visita el obispo John C. Keener dedicó sus esfuerzos a establecer un lugar para las actividades de la IMES entre la población mexicana.

También apoyó a las congregaciones de habla inglesa existentes en la capital. Keener predicó en la recién organizada Iglesia Anglo-Sajona de México, cuyo pastor electo era el reverendo William H. Cooper, y que se reunía en el “salón de San Juan de Letrán”.9

El salón citado era el del número 12, primera sede de la Iglesia de Jesús, que abrió cultos en ese lugar a fines de marzo de 1870.10

En la Iglesia de Jesús tuvo liderazgo desde abril de 1871 el sacerdote dominico Manuel Aguas, quien renunció públicamente a la Iglesia católica.

También Keener encabezó un servicio unido de oración de los distintos grupos protestantes de habla inglesa que fue convocado para efectuarse el 2 de febrero en el “salón de la calle San José el Real, cerca de Cinco de Mayo”.11

El lugar al que acudió Keener habría sido el mismo en que se reunió la Sociedad de Amigos Cristianos/Sociedad Evangélica de Sóstenes Juárez por cinco años, de 1864 a 1869, para después mudar su domicilio al Callejón de Betlemitas (en el tramo que en la actualidad lleva el nombre de Filomeno Mata).

En febrero de 1873 el obispo Keener asistió al salón que estaba en una planta alta de San José el Real 21. En la planta baja del domicilio hubo diversos giros comerciales, como la Librería e Imprenta J. F. Jens, que ocupaba los números 21 y 22 (entonces la numeración era continua en un mismo lado de la calle).12

Una década después de la presencia de Keener en el antiguo lugar donde ministró Sóstenes Juárez, continuaba en los bajos del edificio la Librería e Imprenta J. F. Jens.13 La edificación fue ocupada, al menos a partir de 1888, por el Hotel Colón.14

El obispo Keener no hablaba adecuadamente español y para comunicarse fue importante la ayuda de Sóstenes Juárez, quien dominaba el francés y posiblemente comprendía algo de inglés.

John C. Keener muy pronto tuvo buenos resultados en su búsqueda de comprar una propiedad que fuera destinada a las actividades eclesiásticas metodistas del sur, asunto del que me ocuparé más adelante en la presente serie.

Antes mencioné el arribo del obispo Gilbert Haven, de la IME, a la Ciudad de México el 4 de enero de 1873. Haven se hospedó en el Hotel Gillow, “un hotel nuevo construido en una parte confiscada del convento perteneciente a la Iglesia de la Profesa”.15

El domingo 5 de enero Gilbert Haven recorrió a pie las pocas calles que separaban el Hotel Gillow (que todavía se encuentra en la esquina de Isabel la Católica y Cinco de Mayo) del templo de San Francisco (calle Francisco I. Madero, frente a la Casa de los Azulejos, hoy Sanborns), para estar presente en el servicio de la Iglesia de Jesús, la que inició en el templo de San Francisco servicios protestantes/evangélicos el 3 de diciembre de 1871.16

El visitante observó que las cuatrocientas sillas estaban casi todas ocupadas por los asistentes, prácticamente todos mexicanos, con la excepción de unos diez o quince americanos.

Quedó gratamente impresionado porque los congregantes “cantaban, y cantaban con todas sus fuerzas”. Llamó su atención que de los dos pastores que oficiaban, uno era blanco y el otro indígena.

Haven consideró que era una “buena escena”: “dos hermanos de distinto color asociados en este servicio. ¿Cuándo tendremos establecido formalmente algo así en nuestra más cristiana América?”.17

El 19 de enero de 1873 el primero en inscribirse para recibir clases metodistas por parte del obispo Haven fue Ignacio Ramírez Arellano.18

Al domingo siguiente (26 de enero) tuvo lugar la primera sesión a la que asistieron el mencionado Ramírez, Gabriel Ponce de León, James Evans, John Petherick, la señora Hall y Mary Petherick.19 Estas reuniones fueron los inicios de la que sería la IME en el país.

Ramírez Arellano, al igual que Manuel Aguas, había sido fraile dominico. También renunció al sacerdocio católico romano para formar parte de la Iglesia de Jesús.

En casa de Miguel Pinto, situada en la calle de San José de Gracia, parece que a partir de 1870, Ignacio Ramírez Arellano impartió clases de filosofía retórica, historia y exégesis a un grupo de jóvenes interesados en prepararse para el ministerio evangélico.

Las clases se realizaban por las noches. De acuerdo con uno de los que nunca se ausentaban de los cursos, Arcadio Morales, el pequeño grupo tuvo, entre otros asistentes, a Jesús Medina, Hexiquio (o Hesiquio) Forcada y Arcadio Sánchez.20

Cuando Keener conoció a Sóstenes Juárez, éste, al escuchar “el título de obispo me trató con frialdad, puesto que no era gran admirador de los obispos. Empero, poco a poco, nos fuimos conociendo y llegamos a ser muy buenos amigos. Algún tiempo después ingreso en nuestra Iglesia, de la cual fue un ministro fiel hasta el día de su muerte”.21

La reacción de Juárez mencionada por Keener es comprensible ya que Sóstenes era masón, convencido liberal que combatió tanto a conservadores como a las fuerzas invasoras francesas que llegaron a México en 1862.

Posteriormente también se opuso al Imperio de Maximiliano, y por tal causa fue encarcelado. Alcanzó el grado de mayor en el ejército republicano juarista. Una versión asegura que era primo hermano de Benito Juárez.22 Ejerció la “profesión de maestro de escuela”.23

A Sóstenes Juárez se debe la fundación o consolidación de congregaciones protestantes en diversos lugares del país. Por casi tres décadas —desde sus años de liderazgo en San José el Real, el traslado del grupo al callejón de Betlemitas y su vinculación con la Iglesia Metodista Episcopal del Sur a partir de enero de 1873 y hasta mayo de 1891— él fue un personaje central para los inicios del cristianismo evangélico en, por ejemplo, la capital del país y distintas poblaciones del estado de México, Morelos, Puebla, Oaxaca, Guanajuato y Aguascalientes.24

En el caso de la ciudad de Oaxaca, Sóstenes ocupó en 1881 y 1882 el cargo pastoral (junto con Rafael Solís) del núcleo que se vinculó en julio de 1871 al movimiento de la Iglesia de Jesús encabezado por Manuel Aguas.

Para la tarea fue comisionado por la IMES, la cual se hizo cargo del grupo a partir de 1874. Por distintas circunstancias la obra oaxaqueña transitó en 1887 de estar bajo la responsabilidad de los metodistas del sur a los del norte.

Sóstenes Juárez prosiguió labores en otros lugares hasta que ocurrió su deceso el 25 de marzo (o de mayo) de 1891, en Aguascalientes, donde era pastor.25

Los informes de los obispos Keener (de la IMES) y de Haven (de la IME) acerca de los núcleos ya consolidados que sorpresivamente, para ellos, encontraron al llegar a la Ciudad de México, muestra claramente que si bien el metodismo está cumpliendo 150 años en el país, el cristianismo protestante/evangélico en el país es más antiguo.

 

1 Randall Balmer, Encyclopedia of Evangelicalism, Westminster John Knox Press, Louisville-London, 2002 pp. 375-376; Daniel G. Reid, Robert D. Linder (editores), Dictionary of Christianity in America, InterVarsity Press, Downers Grove, 1990, p. 733.

2 Gustavo A. Velasco, Metodismo mexicano, periodos iniciales, Sociedad de Estudios del Metodismo en México, México, 1974, p. 38; Gilbert Haven, Our Next-Door Neighbor: A Winter in Mexico, Nelson and Phillips, New York, 1875, p. 89.

3 Gustavo A. Velasco, op. cit., pp. 43-44.

4 Carlos Suárez Ruiz, (coordinador), Libro histórico de la Iglesia Metodista “El Mesías”, conmemoración del centenario de su templo actual, Iglesia Metodista de México-Ediciones y Gráficos Eón, México, 2003, p. 18.

5 Carlos Suárez Ruiz, op. cit., p. 18; Gustavo A. Velasco, op. cit., p. 29.

6 Ídem.

7 The Two Republics, 4/I/1873, p. 1.

8 Sobre Sóstenes Juárez, otros personajes y movimientos que rompieron con la Iglesia católica me ocupo en mi libro Albores del protestantismo mexicano en el siglo XIX, CUPSA-Librería Papiro 52, México, 2021.

9 The Two Republics, 1/II/1873, p. 3.

10 La Estrella de Belén, 8/IV/1870, p. 6.

11 The Two Republics, 1/II/1873, p. 3.

12 La Iberia, 1/I/1875, p. 3.

14 El Diario del Hogar, 13/I/1888, p. 3.

15 Gilbert Haven, op. cit., p. 89.

16 El Ferrocarril, 5/XII/1871, p. 3.

17 Ibíd., p. 93.

18 Gonzalo Báez-Camargo, op. cit., p. 112.

19 Ibíd., y J. W. Butler, “Los primeros años de la Iglesia metodista episcopal en México”, El Abogado Cristiano Ilustrado, 25/VII/1918, p. 480.

20 Arcadio Morales, Autobiografía, versión mecanográfica, mayo de 1906, p. 3; y “La Escuela Dominical en México, antecedentes”, El Faro, 15/VIII/1905, p. 122.

21 John C. Keener, “México”, El Evangelista Mexicano Ilustrado, 1/VII/1897, p. 2.

22 Carlos Suárez Ruiz, op. cit., p. 19.

23 La Sociedad, 7/VI/1865, p. 3.

24 El Faro, 1/XI/1893, p. 166; El Abogado Cristiano Ilustrado, 1/VI/1887, p. 87.

25 Kathleen M. McIntyre, Protestantism and State Formation in Postrevolutionary Oaxaca, University of New Mexico Press, Albuquerque, 2019, p. 20; John Wesley Butler, History of the Methodist Episcopal Church in Mexico. Personal Reminiscences, Present Condition and Future Outlook, The Methodist Book Concern, New-York-Cincinnati, 1918, p. 131; El Faro, 1/VII/1891, p. 104; Carlos Suárez Ruiz, op. cit., p. 27; El Evangelista Mexicano, 1/III/1893, p. 20.

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Kairós y Cronos - 150 Años de Metodismo en la ciudad de México (I)