1782: la Biblia puede ser leída en México
La Biblia que distribuyó J. Thomson en México (III)
Alonso de Montufar, nombrado en 1554 segundo arzobispo de la Nueva España, tiene como una de sus primeras medidas la prohibición de libros que, según su percepción, difundieran ideas erasmistas. Por otra parte, entre 1539 y 1585 se imprimen en la Nueva España catecismos en cantidades muy importantes.
25 DE SEPTIEMBRE DE 2010 · 22:00
Por ser como son, pozos públicos y fuentes perpetuas de ponzoña y raíces profundas de veneno con los herejes antiguos, especialmente los de estos tiempos, secuaces del malvado heresiarca Lutero [ordeno] que ninguna iglesia ni monasterio, colegio ni universidad, ni persona en particular de cualquier estado, condición o preeminencia que sean, sea osado de tener ni leer ni vender ninguna de las biblias o nuevos testamentos de cualquier impresión y año que sean… de aquí en adelante, ningún librero ni mercader de libros ni otra persona alguna sea osado de traer a estas partes, biblias o testamentos nuevos de las susodichas impresiones depravadas o de otras que contengan algunos errores, aunque los traigan borrados en la forma que ahora se mandan borrar los errores de las biblias y nuevos testamentos.El comentario que hace Alejandro de Antuñano Maurer al documento del Inquisidor es certero, porque señala el daño cultural que la acción prohibicionista tiene en su momento y, me parece a mí, sus nefastas consecuencias hasta el día de hoy: “… el Edicto de Moya de Contreras condenaba al inmovilismo intelectual a todo aquel que quisiera ensanchar su vida cultural. Al mismo tiempo, afectaba profundamente al reducido ámbito de pioneros en el comercio del libro, que se arriesgaban en una actividad incierta”.(2) La Inquisición española mantiene la prohibición de leer la Biblia en el idioma del pueblo hasta 1782, cuando el inquisidor Felipe Beltrán considera que las razones para la censura “han cesado ya por la variedad de los tiempos”. La derogación hace factible que la Biblia pudiera llegar al Nuevo Mundo, aunque con restricciones en cuanto a la versión factible de ser promovida públicamente. Después de siglos de ser literatura perseguida, clandestina, la Biblia llega al antiguo Imperio azteca, a la Nueva España, a México-Tenochtitlan, y es distribuida como nunca antes por el enviado de la Sociedad Bíblica Británica y Extranjera (SBBE), James Thomson.
1) Carlos Herrerón, 2000: 190. 2) 1986: 52.
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