Verte feliz

Algunas veces abrirás tu ventana sólo por placer y tus amigos quedarán asombrados de verte reír mirando al cielo. (El principito)

Ser benefactor es tan simple como, dejar a un lado tu yo y prestar atención a los demás. Abnegarte y sentir que esa abnegación es parte de tu maduración.

Sacrificas un poco de ti y descubres que alguien es feliz gracias a ese pequeño sacrificio.

Abres ventanas y comienzas a dejarte ver. Abres una puerta y milagrosamente todo se llena de luz.

Ayudar está al alcance de todos.

Si nos lo proponemos en el día de hoy, seguro que se nos presentará la oportunidad de hacer algún bien que deporte briznas de complacencia.

La alegría se puede compartir, contagiar, regalar, y a veces, hasta representar, con tal de hacer que cualquier otra persona sea un poco más feliz en su vida. No cuesta nada ser afable, cariñoso, aplicando con dulzura un toque de entusiasmo al corazón entristecido.

La satisfacción se puede compartir al dejar de lado nuestros problemas y atender la necesidad de otro.

Aunque la felicidad en sí es un concepto abstracto, la alegría, el gozo, la complacencia, la satisfacción, son sentimientos deseables que todos podemos sentir o hacer que otros sientan poniendo un poco de esfuerzo e interés.

La verdadera dicha comienza cuando eres consciente de que todo esto pasará, que somos peregrinos en esta tierra y que la eternidad nos aguarda.