Tañer las cuerdas del alma
Amo la música, no concibo mi vida sin ella, me sería realmente difícil tener que vivir sometida al silencio.
26 DE FEBRERO DE 2024 · 14:01

Golpeadas por el viento se preñan las velas de mi barca con mil notas musicales, que cual instruido amante, acaricia suavemente los contornos de mi alma. Dejo que los sones bien emitidos desnuden la apatía y derramen un bálsamo sobre mi pesar, tejiendo risas que harán resurgir la ausente alegría. Es la música ese refugio al que a veces acudimos para no sentirnos tan solos… Atrapamos con los oídos ecos, murmullos, tintineos que reposan en la cabeza y que entonamos al corazón cuando tristemente se aflige.
Cada vida posee su propia melodía de fondo y ceñida a acordes muy diversos cada ser emite un sonido diferente, único y especial. La música ejerce un poder raramente observado en otras artes. Es bien cierto ese dicho que afirma que la música amansa a las fieras, pues constituyen los sonidos musicales ese placentero ungüento que calma diferentes ofuscaciones; nos acompañan a todas partes, y como un buen amigo, narra con emoción las tareas que acontecen en derredor nuestro.
Amo la música, no concibo mi vida sin ella, me sería realmente difícil tener que vivir sometida al silencio. Todo momento estelar, importante en mí, tiene su canción, porta una melodía que hace diferente un momento de otro.
En el área espiritual permito que la batuta del director más sublime sea la que imprima en mí ese inigualable sello de serenidad y bajo su dirección logre sonsacar la mejor de las melodías, haciéndome experimentar un sentimiento sorprendente, como si durante toda la vida me hubiese dedicado a la tarea de enarbolar acordes. Es sencillo extraer hermosos ritmos del corazón cuando se siguen las instrucciones del mejor de los músicos. Un Maestro que nos enseña a tañer las cuerdas del alma para poder difundir una canción de victoria.
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