“Venga tu reino”: el festival de IFES Europa reunió a 500 jóvenes evangélicos
Universitarios europeos participaron de la Conferencia Estudiantil de Evangelización, coincidiendo con el año del 40 aniversario de la primera conferencia. Una crónica desde Jelgava (Letonia).
JELGAVA (LETONIA) · 01 DE OCTUBRE DE 2025 · 11:00

Aunque la Comunidad Internacional de Estudiantes Evangélicos (IFES, por sus siglas en inglés) colaboró en la organización de “Revive Europe” en las ediciones de 2019 y 2022, hacía más de ocho años que este ministerio no celebraba su propia conferencia estudiantil de evangelización. “Al escuchar a los estudiantes y al personal de todo el continente, me di cuenta del fuerte deseo de celebrar una conferencia de IFES Europa que reflejara nuestros valores compartidos”, comenta Christian Pichler, director del evento, cuyo testimonio al completo se encuentra recogido al final de este artículo.
Tras una larga espera, cerca de 500 estudiantes, voluntarios y trabajadores de IFES Europa nos reunimos en agosto para reflexionar sobre la misión en el ámbito estudiantil. Ahora, más de un mes después, compartimos lo que fue el evento y su impacto entre los asistentes y movimientos nacionales que se vieron representados, entre los que se encuentran los Grupos Bíblicos Universitarios de España.
El European Student Festival (ESF) tuvo lugar entre el 16 y el 21 de agosto en la ciudad letona de Jelgava. Allí, los participantes pudimos disfrutar de un evento articulado en torno a un tema principal, sintetizado en el lema “Venga tu reino”. En el proceso de organización, el equipo estudió el Evangelio de Mateo durante más de dos meses juntos, “dejando que su estructura diera forma al programa del festival”, nos revela Pichler.
42 nacionalidades estaban representadas entre el público, siendo Alemania el país con más asistentes, seguido de cerca por Hungría y Austria. Pero desde las más numerosas hasta las que menos lo eran, todas recibieron una cálida bienvenida en su lengua materna por parte de los presentadores de la primera noche: Ulvis Kravalis, secretario general de LKSB (IFES Letonia), y Klēra Maldute, estudiante universitaria en Jelgava, localidad anfitriona. Además, nos acercaron a la cultura de la nación que nos recibía por medio de su música y danzas tradicionales, culminando con la escucha de su himno nacional y una oración por el territorio.
La diversidad y riqueza cultural era palpable en cada rincón del festival. Aunque la lengua vehicular era el inglés, los tiempos de alabanza incluyeron fragmentos —o incluso canciones enteras— en varios idiomas: filipino, búlgaro, español, lituano y, por supuesto, letón. Estoy segura de que más de uno tendremos en nuestro top de canciones más escuchadas temas como Lai Tava Valstība nāk (“Que venga tu reino”) o Tavo meilė tarsi upė (“Tu amor es como un río”), compuesta por Viktorija Miškinytė, asesora en LKSB (IFES Lituania). “Adorar en varios idiomas, unidos en Cristo, fue como saborear el cielo”, destacaba el director del encuentro.
Grupos pequeños, seminarios y talleres fueron espacios clave de formación y diálogo para los presentes en el encuentro. Como se puede intuir, no fue tarea fácil dividir a 500 personas en grupos lo suficientemente pequeños como para generar espacios seguros y cómodos de intercambio de opiniones. Sin embargo, el ESF superó con creces el desafío, y aunque no podamos recoger la experiencia de cada asistente, dejamos aquí un vídeo-resumen del festival:
Las sesiones de la mañana
Jared Michelson y Laura Gallacher fueron los principales expositores bíblicos. Michelson es un académico especializado en cuestiones teológicas que trabaja para la prestigiosa Universidad escocesa de Saint Andrews, con responsabilidades tanto educativas como ministeriales. Por su parte, Gallacher lidera junto a su marido la iglesia de Saint Thomas en la localidad galesa de Swansea, además de ser cofundadora y directora de la iniciativa Prisca, que busca equipar a los predicadores y expositores de las islas británicas para comunicar el Evangelio “de una manera atractiva y eficaz en el contexto cultural actual”.
Laura compartió en la primera de las sesiones matutinas. Bajo el título de “El Hijo de David”, explicó que en Mateo se nos presenta a Jesús como el heredero del trono de David, que anuncia la llegada del reino de Dios. Al analizar el famoso Sermón del Monte, la predicadora destacó tres puntos principales sobre ese reino: es un lugar de sanación para los quebrantados, que proporciona ayuda real y que nos otorga el propósito claro de ser sal y luz.
La mañana siguiente, Jared puso el foco en la autoridad y el poder de Jesús en una exposición titulada “El Mesías” que ahondó en el pasaje de Mateo 8:23-34. Planteando preguntas y respuesta acerca del mal y el sufrimiento en el mundo, concluyó reflexionando sobre cómo Jesús es ese Mesías que trae la esperanza de que todo mejorará.
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“El Maestro” fue el nombre de la charla del martes, en la que Gallacher subrayó la labor de Jesús al llamar, equipar y enviar a sus discípulos a compartir el Evangelio. En esa misma línea, la expositora destacó la necesidad de descansar en Jesús y llevar su yugo, pues él es “El Pastor” que nos cuida y provee.
Jared cerró el ciclo de sesiones de la mañana con una reflexión en torno al “El Rey Salvador”. Cristo es el cumplimiento del Antiguo Testamento, y su sacrificio abre la puerta a la reconciliación de la humanidad con Dios. “En la cruz, Dios rechaza nuestro auto-rechazo”, apuntaba el teólogo. Pero, ¿estamos dispuestos a aceptar ese amor?
Jared Michelson y Laura Gallacher durante las exposiciones bíblicas. / Imagen: Markuss Kutumovs
El Día de Impacto
El martes 19 de agosto salimos a impactar Jelgava con el amor de Jesús. Repartidos por diferentes puntos estratégicos de la ciudad, tuvimos sesiones de alabanza al aire libre, exposiciones de arte con obras realizadas durante el festival y juegos veraniegos en equipo. A quienes se acercaban les ofrecíamos café, té o zumo gratis, con unas preguntas escritas en los vasos que invitaban a reflexionar y, si lo deseaban, establecer una conversación interesante.
Una tropa de jóvenes de todas partes de Europa, uniformada con portatarjetas y bolsas de tela invadió la ciudad. “¿Por qué vendrían de turismo expresamente aquí?”, resonaría en la cabeza de quien se cruzó con nosotros. Hubo quienes directamente rechazaron cualquier bebida, conversación o música posible. Pero hubo muchos otros que sí quisieron saciar su curiosidad y ver qué estaba pasando.
Los testimonios acerca de este día son impresionantes. Joel Buschmann (SMD, IFES Alemania) nos comparte una historia emocionante:
“Antes de ese día, oré para que Dios me guiara durante el tiempo de evangelismo. Le pedí que me diera la oportunidad en la playa de conectar con la gente a través del deporte y de compartir el evangelio con alguien, al menos con una persona. Dios hizo exactamente eso. Al principio, Pedro Cerqueira (GBU Portugal) y yo mantuvimos una conversamos y debatimos durante de tres horas con uno de los vigilantes de la playa. La segunda parte de la oración se cumplió cuando pude jugar al voleibol con tres chicos letones. Ellos no hablaban inglés, y yo no hablo letón, así que nos divertimos jugando y comunicándonos con gestos y emociones durante aproximadamente una hora. No hablamos de Jesús, pero esa no era mi petición en la oración, sino conectar a través del deporte. Y eso es exactamente lo que sucedió.”
Grupos de personas en Jelgava durante el día de evangelismo. / Imagen: Markuss Kutumovs
Yo misma tuve el privilegio de observar lo que —a mi juicio— fue uno de los momentos más bonitos del día. Nos encontrábamos evangelizando en una zona del parque, y solamente faltaba hablar con un grupo de señoras mayores que conversaban en ruso, un idioma que ninguno de nosotros conocía. Mientras el resto del grupo se dirigió a otra zona, una chica ucraniana se quedó observándolas desde la distancia. Ella era la única que podía comunicarse en ruso, pero noté que se debatía entre si acercarse o no, y seguro que mil cosas se pasaron por su mente. Finalmente fue hacia ellas y, aunque no fue una conversación muy larga, para mí —y espero que para ellas también— fue una de las mayores muestras del amor y el perdón transformador de Dios que he visto nunca.
Un ‘Experimento Marcos’ diferente
Otra experiencia inolvidable fue poder ver una representación de “Experimento Marcos”, una obra de teatro representada por 15 personas durante 90 minutos, cuyo guión está basado en el evangelio de Marcos. Quien la ha visto alguna vez sabe que está llena de peculiaridades: no hay vestuario de época, ni microfonía, ni escenario. El público se convierte en una parte más dentro de la obra, ya que la disposición de las sillas en círculo permite que los actores se muevan entre los asistentes.
Pero, quien conoce de cerca este teatro también sabe que los intérpretes disponen únicamente de tres días para ensayar, previos a la primera actuación. Y no es hasta el primer ensayo que conocen el papel que representarán.
Si ya de por sí parece imposible sacar adelante este experimento, en esta ocasión se le sumaba una dificultad añadida: hacerlo durante el festival. “Sinceramente, no sé cómo nos las arreglamos para poder ensayar”, confiesa Silas Walter, asesor en BCSU (IFES Bulgaria) y director de la obra. Practicar durante los tiempos libres y a la vez participar en el resto de las actividades del encuentro se sumó al reto de un equipo de actores internacionales. Para muchos de ellos, era su primera vez actuando en la obra, o al menos haciéndolo en un idioma que no era su lengua materna.
Representación del Experimento Marcos. / Imagen: Markuss Kutumovs
“El balance entre Experimento Marcos y el festival fue complicado”, explica la estudiante búlgara Dani Ivanova, “pero creo que esta experiencia compartida también nos unió como grupo de amigos”. Al final, “Experimento Marcos fue el ejemplo de que Dios puede hacer grandes cosas a través de nosotros, pero no por nuestras propias fuerzas, sino por Él y por Su Espíritu”, subraya.
Las sesiones de la noche
Por otro lado, las sesiones de por la noche —o, mejor dicho, lo que en Europa llaman noche pero que para nosotros aún sería una hora decente para merendar— buscaban, en su mayoría, conectar con las diversas iniciativas y compromisos dentro del ministerio de IFES. La noche del domingo recordó el compromiso con las Escrituras de la organización. Así pues, el tiempo de exposición de la Palabra fue más bien un Estudio Bíblico Inductivo, guiado en cada una de sus fases (observación, interpretación y aplicación) por una persona diferente: Eva Petržílková, Jonathan Clark y Simon Cowell.
El lunes, la noche se centró en la proclamación del Reino de Dios. Pudimos escuchar varias historias personales que nos presentaron tres modelos de evangelización: Amanda Otero (GBU España) y el evangelismo personal, Marina Gnatyshyna y Solomia Sapsay (CCX Ucrania) y el evangelismo en grupos pequeños y Michael Ots y la proclamación pública. Para cerrar, Gnatyshyna meditó en la historia del eunuco en Hechos 8: 26-40. “La proclamación pública del evangelio comienza con Dios, no con planes humano”, afirmó Marina. “No es tan solo público, sino que también es personalmente atractivo y centrado en Jesús y en la Biblia; y además, exige una respuesta”, concluyó.
Las iniciativas de Conectar con la Universidad, Buenas Noticias para la Universidad e Impacto de los graduados tuvieron un papel protagonista durante la velada del martes. Gracias a la primera, IFES, como ministerio hecho por y para estudiantes, pone a su disposición recursos para que entender el lugar donde Dios les ha enviado a hacer misión en ese momento de su vida. De igual modo, en la segunda iniciativa se pretende conectar cada campo de estudio con el Evangelio y contactar con los académicos evangélicos que deseen contribuir a ello. La tercera incide en seguir impactando la sociedad más allá de nuestro tiempo como estudiantes, correspondiéndose con la labor de los Grupos Bíblicos Graduados en España. Cabe mencionar que a lo largo de esta velada contamos con la participación de la española Emma Díezque fue, junto a Christel Lamère Ngnambi, una de las expositoras bíblicas de la noche.
El público durante el European Student Festival. / Imagen: Markuss Kutumovs
Algo diferente fue la noche del miércoles giró en torno a diferentes interrogantes e inquietudes del corazón humano que muestran lo rota que está la humanidad, como quizá algunos pudimos observar a lo largo del Día de Impacto. Igors Rautmanis usó su propio testimonio como punto de partida para hablar sobre la depresión y la salud mental. Por su parte, Jared Michelson volvió a coger el micro para esta vez tratar el tema de la sexualidad. Francina de Pater concluyó la velada recordando importancia del autocuidado y la renovación a través de descansar en Jesús.
El famoso pasaje de “Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra. Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones” se leyó en 19 idiomas diferentes la última noche de la conferencia. Remi Tobler guió una reflexión que conectaba este texto bíblico con el Ministerio de Estudiantes Internacionales de IFES, conectada con otros testimonios compartidos a lo largo de la noche. David Montgomery, secretario general de IFES Europa, cerró el evento hablando y retando directamente al corazón de cada asistente a participar en la misión de Dios.
El impacto del European Student Festival
Para algunos, el ESF supuso dar un paso más en su relación y compromiso con Dios, como el testimonio de una estudiante que a raíz del encuentro tomó la decisión de bautizarse. Para otros, como Eli Piperkova (BSCU, IFES Bulgaria), el encuentro fue una oportunidad para “aprender nuevas perspectivas sobre cómo Dios se mueve y obra en la vida de otras personas”.
Clara Cerqueira (GBU Portugal) nos explica que acudir al festival fue para ella un recordatorio del papel que desempañamos en nuestros lugares de estudio. “A través de los talleres, Dios me mostró que no hay ninguna comunidad que Él no haya llamado suya, así que no debemos tener miedo de compartir el Evangelio con nadie”, destaca. Esta motivación es la misma que sintieron los estudiantes de Hungría, que la semana pasada celebraron sus Jornadas evangelísticas.
Para mí, ir a este encuentro fue muy especial. Tuve la oportunidad de servir en el equipo de oración, lo que me permitió disfrutar del privilegio de ver cómo las enseñanzas transmitidas estaban impactando en la vida de quienes las escuchaban. También fui testigo de cómo Dios trabajaba conmigo y a través de mí a lo largo del festival, respondiendo a muchas de mis oraciones. Y, además, viví momentos inolvidables junto a viejos y nuevos amigos internacionales que se han ganado un lugar especial en mi corazón.
Ojalá poder profundizar en cada una de las 500 historias y experiencias vividas en el European Student Festival, pero lo cierto es que sería inviable. En la web e Instagram de IFES Europa se han recogido algunas de ellas, que todavía se siguen actualizando.
Representación de GBU España en el ESF. / Imagen propia
Para acabar, ofrecemos el testimonio de Christian Pichler, director del ESF:
Pregunta. ¿Cómo fue el proceso? ¿Hubo algún reto?
Respuesta. Formo parte del equipo directivo de IFES Europa y, durante los últimos doce años, he disfrutado de innumerables eventos de IFES. Me encantan las reuniones interculturales y la riqueza que aportan. Con “Venga tu reino”, IFES Europa quería retomar la tradición de la Conferencia Europea de Evangelización Estudiantil, celebrada por primera vez en 1985 en los Países Bajos.
Ya había participado en la planificación de la undécima conferencia, “Revive”, en diciembre de 2019, la más grande hasta la fecha, con más de 3000 participantes. Sin embargo, Revive se convirtió en una organización independiente, con un enfoque y un ADN diferentes a los de IFES Europa. Al escuchar a los estudiantes y al personal de todo el continente, me di cuenta de lo fuerte que era el deseo de una conferencia de IFES Europa que reflejara nuestros valores compartidos. Cuando mi supervisor me preguntó si consideraría dirigir este nuevo evento, oré al respecto. Dios me dio una confirmación muy clara y dije que sí.
Organizar algo así nunca es sencillo. Cuarenta países también significan cuarenta opiniones diferentes. El primer gran reto fue decidir la fecha y el lugar. Dos países se ofrecieron a acogernos y elegimos Letonia, con la esperanza de que tuviera un impacto espiritual en toda la región del Báltico. A partir de ahí, la lista de retos era larga: formar un equipo de planificación que representara bien a Europa, encontrar a alguien para la logística sobre el terreno, elegir el lugar adecuado, el tema y los ponentes. Y no debemos olvidar que estamos en una guerra espiritual. Tenemos un enemigo que trabaja en contra de una bendición tan grande. Seis meses antes del evento, la escuela de al lado canceló nuestro acuerdo. Dependíamos de ella para los seminarios y el alojamiento. Dos meses antes, nuestro proveedor de catering se retiró.
Nuestra primera reunión de planificación tuvo lugar en enero de 2024 en Riga. La formación de equipos era crucial para once personas de diez culturas diferentes. Después de la reunión, todos debían estar en sintonía y compartir una visión común. Finalmente decidimos el tema y la dirección del festival. Destacaron dos cosas: la belleza del evangelio y la llamada al discipulado. Durante más de dos meses estudiamos juntos el Evangelio de Mateo, dejando que su estructura diera forma al programa del festival. Tras este proceso inicial, nos dividimos en tres equipos principales que se centraron en su área durante el resto del tiempo de planificación: plenarias, actividades fuera de las plenarias, aprendizaje y discipulado.
La comunicación fue otro gran reto. ¿Cómo entusiasmar a los estudiantes de todo un continente? Las redes sociales parecían la opción obvia, pero en realidad dependíamos en gran medida de los movimientos nacionales para transmitir la información, y eso no siempre funcionaba bien. Para complicar aún más las cosas, nuestro «equipo» de comunicación estaba formado por una sola persona que dedicaba diez horas a la semana a esta tarea y era nueva en el puesto. Por eso, contar con 500 participantes de 30 movimientos nacionales y 42 nacionalidades nos pareció un milagro.
P. ¿Qué fue lo más destacado para ti?
R. Después de dos años y medio de planificación, la noche de inauguración fue inolvidable. Ver por fin cómo todo encajaba —la sala llena de estudiantes de toda Europa, su emoción, su alegría— fue abrumador. En ese momento, toda la presión, los contratiempos y la incertidumbre desaparecieron. Adorar en muchos idiomas, unidos en Cristo, fue como saborear el cielo.
Pero, sinceramente, todo el festival fue lo más destacado para mí. Nuestro coordinador de logística hizo un trabajo increíble, los ponentes fueron inspiradores y todo el programa, tanto el plenario como el extraplenario, se desarrolló tal y como lo había imaginado.
P. ¿Hay algo más que te gustaría compartir?
Para mí, el Festival Europeo de Estudiantes fue un profundo viaje de discipulado. Cuando sentí por primera vez que Dios me llamaba a liderar, le dije: Si me das un equipo de planificación, una persona encargada de la logística, un líder de adoración y un país dispuesto a acogernos, entonces sabré que estás conmigo. En cuestión de semanas, todas esas oraciones fueron respondidas. Esa clara confirmación me dio fuerza y esperanza durante todo el camino, incluso en los momentos más difíciles.
Mirando atrás, el festival es un testimonio de que Dios puede hacer cosas extraordinarias a través de alguien que simplemente dice: «Aquí estoy, envíame».
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