El 27 de mayo, la Asamblea Nacional (cámara baja del Parlamento francés) aprobó la primera versión de una ley que permitirá la muerte asistida en el país.

La iniciativa, que lleva años debatiéndose en Francia, recibió 305 votos a favor y 199 en contra.

Al mismo tiempo, la Asamblea Nacional aprobó también un proyecto de ley sobre cuidados paliativos.

El proyecto de ley, una de las principales iniciativas promovidas por el presidente Emmanuel Macron en su programa de bioética, pasará ahora al Senado (la cámara alta, con representantes más conservadores) para su modificación.

Tal y como estaba redactada en mayo de 2025, la ley permitiría a las personas con enfermedades incurables solicitar medicación letal para poner fin a su vida.

El debate social cobra importancia en Francia, donde los sondeos sugieren que actualmente la mayoría apoya el acceso al suicidio asistido. El debate político comenzó en 2022 y se espera que dure hasta 2027, cuando el suicidio asistido sea legal.

Los evangélicos “en contra de administrar la muerte”

Los cristianos evangélicos franceses han expresado su oposición a una ley que, en su opinión, provocaría un “efecto dominó incontrolable” sobre los más vulnerables.

 

 

 

 

Ver esta publicación en Instagram

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Una publicación compartida de CNEF (@cnef_national)

“Nos entristece el voto de los diputados a favor del proyecto de ley sobre los cuidados al final de la vida”, declaró tras la aprobación el Consejo Nacional de Evangélicos de Francia (CNEF por sus siglas en francés).

“Dios nos creó a todos con un valor igual e inalterable, independientemente de nuestras capacidades, edad o salud. Por ello, lamentamos esta ley que permite administrar la muerte”, afirmó la entidad que representa al 70% de las iglesias evangélicas.

Por su parte, el Comité Evangélico Protestante para la Dignidad Humana recordó que el Convenio Europeo de Derechos Humanos, que Francia ha firmado, establece en su artículo 2 que “el derecho de toda persona a la vida estará protegido por la ley. Nadie podrá ser privado de su vida intencionadamente”.

¿ Y ahora qué?

Thierry Le Gall, experto político, explicó a Evangelical Focus cuáles podrían ser los próximos pasos de la ley.

“Es probable que el Senado, que examinará el texto votado por la Asamblea Nacional, intente reformar esta ley incorporando las garantías éticas y jurídicas que se omitieron en la primera lectura”, subrayó.

Hasta ahora, “los debates a los que he asistido en parte desde las tribunas de la Asamblea Nacional muestran visiones del mundo a veces radicalmente opuestas”, dijo Le Gall.

“Si las dos cámaras del Parlamento no llegan a un acuerdo al final del proceso legislativo, el Presidente de la República podría convocar un referéndum nacional”, añadió.

Las organizaciones cristianas de Francia han expresado mayoritariamente su oposición a la legalización de la muerte asistida. Entre los motivos de su oposición citan la vulnerabilidad de las personas mayores e indigentes y la falta de atención médica de calidad.

“El deterioro de los servicios sanitarios, en particular de los servicios médicos de urgencia, alimenta una ansiedad colectiva ante el riesgo de perder la dignidad y el sufrimiento al final de la vida”, señaló Le Gall.

En este momento, se están debatiendo leyes similares en Inglaterra y Gales, y Escocia.

En los Países Bajos, Bélgica, España, Suiza, Portugal, Austria y Luxemburgo son legales distintas versiones de la muerte asistida (incluida la eutanasia).