La Iglesia de Inglaterra (la Iglesia Anglicana madre, en Inglaterra) ha perdido una quinta parte de su membresía entre 2019 y 2022, y más del 40% de sus fieles desde el año 2000.

Las estadísticas oficiales más recientes sobre la situación en las 'parroquias' (iglesias locales) en toda Inglaterra después del covid muestran una caída en la asistencia semanal de adultos del 23% entre 2019 y 2022.

El número de niños que asisten a los servicios religiosos dominicales cayó aún más en estos cuatro años, un 28%. También hubo menos confirmaciones (un 19% menos).

La disminución de jóvenes que se forman teológicamente para el ministerio es particularmente dramática: las cifras se han reducido casi a la mitad en los últimos cinco años.

El equipo del servicio de datos de la Iglesia de Inglaterra, autores del informe, habla de una “recuperación pospandemia” porque la asistencia y la actividad de la iglesia han aumentado tras el parón de las restricciones gubernamentales de 2020. Pero muchos, como Ian Paul, un teólogo y miembro del Sínodo General, ven “pocas señales de un repunte post-Covid”. El conocido bloguero especializado en temas anglicanos cree que “el conflicto sobre los temas de sexualidad [matrimonio gay y otros debates] deprime aún más las vocaciones, por lo que el descenso puede empeorar en 2024”.

La caída de la asistencia infantil, una señal “aterradora”

También cree que la Iglesia de Inglaterra está en una situación crítica Jonathan Pryke, ministro principal de la iglesia parroquial de Jesmond, en Newcastle. “El número promedio de niños por iglesia de la Iglesia de Inglaterra es alarmantemente bajo y está colapsando rápidamente”, dice a Evangelical Focus. Hace 120 años, la mitad de todos los niños de Inglaterra asistían a la escuela dominical cada semana, recuerda.

Es cierto que “los años de la pandemia fueron duros”, afirma Pryke. Sin embargo, la crisis sanitaria que estalló en 2020 “simplemente empeoró una tendencia de declive ya de décadas en la Iglesia de Inglaterra”.

El problema subyacente, dice, es “una profunda pérdida de confianza en la Biblia como palabra viva de Dios, en la verdad de la cosmovisión bíblica, en la necesidad de expiación y redención, y en el poder del evangelio apostólico para salvar”.

Las decisiones tomadas por los líderes de la Iglesia de Inglaterra en las últimas décadas no sólo no han logrado aumentar el interés de la gente en la fe cristiana, sino que han tenido el efecto contrario, sostiene Jonathan Pryke.

“Es una terrible ironía que una iglesia que se acomoda a una cultura no cristiana para poder ser escuchada ya no sea escuchada porque no tiene nada diferente que decir. En general, donde las iglesias están creciendo es porque tienen una visión sólida de la autoridad bíblica y enseñan en consecuencia, con un sentido de urgencia sobre el mensaje del evangelio”, dice el reverendo de Newcastle.

El debate interno LGBT

El muy difícil debate sobre la bendición de los matrimonios entre personas del mismo sexo y la inclusión LGBT también ha sido un factor que ha causado una sensación de desencanto entre muchos ex feligreses.

“Ver a la mayoría de la Cámara de Obispos de la Iglesia de Inglaterra llevando a la Iglesia en esta dirección liberal revisionista es angustioso y distrae”, dice Jonathan Pryke.

“El alejamiento de la doctrina bíblica y apostólica y el intento de abandonar la ética sexual apostólica van de la mano”, comenta. “Los debates sobre la ética y la identidad sexual son un factor importante ahora en el continuo declive de nuestra denominación y en la reducción del número de personas que quieren ser ordenadas como ministros”.

Intentar redefinir la comprensión cristiana tradicional del matrimonio no sólo ha causado división con otras iglesias anglicanas a nivel mundial. También en Inglaterra, los cambios doctrinales “obligan a las iglesias que buscan permanecer fieles al evangelio apostólico a cambiar su comunión con el liderazgo o romper la relación con sus obispos”, dice el ministro de la iglesia parroquial de Jesmond en Newcastle.

La crisis de la Iglesia de Inglaterra pone una cuestión sobre la mesa. “¿Cómo pueden las iglesias con una teología ortodoxa es (es decir, histórica) asegurar su futuro en una estructura denominacional que se está alejando de ellas teológica y éticamente?”. El interrogante sigue “sin resolver”, añade. Dar un “lugar autorizado y legítimo a un revisionismo que rechaza la fe y la ética apostólicas será inaceptable para muchos” y las consecuencias en el futuro de la institución anglicana están por verse.

¿Dará frutos el dinero invertido en la misión?

Desde el liderazgo institucional, la Iglesia de Inglaterra busca responder a la crisis. En marzo de 2024, se anunció la inversión de 8,5 millones de libras (casi 10 millones de euros) para construir nuevos espacios adaptados para niños y jóvenes, así como para promover proyectos de revitalización de iglesias, tanto en el norte como en el sur del país.

Algunas de estas iniciativas pueden ser una “bendición y han generado crecimiento local”, ddice Jonathan Pryke. Pero “la Palabra de Dios es la semilla que Dios hace crecer con la fuerza del Espíritu”, concluye. “Cuando esta palabra no se siembra fielmente, la mera inversión financiera es como regar donde no hay semilla y espera que haya cosecha. Y eso no va a suceder”.