Israel se acostumbra a vivir en crisis política: prepara sus quintas elecciones en 3 años
El gobierno de coalición pierde su ajustada mayoría parlamentaria por la ‘deserción’ de varios diputados y convoca nuevos comicios para noviembre.
JERUSALÉN · 13 DE JULIO DE 2022 · 17:55
Ni siquiera la gran coalición política que hace apenas un año sellaron ocho partidos diferentes, tan distintos y distantes como la Nueva Derecha y la Liga Árabe Unidad de Ra’am, ha podido traer estabilidad política a Israel. Ante la pérdida de su ajustada mayoría parlamentaria por la ‘deserción’, el hasta ahora primer ministro, Naftali Bennett, y el que le sucedería en el turno en 2023, Yair Lapid, han disuelto la Knéset (el Parlamento israelí) y han convocado nuevas elecciones para el 1 de noviembre.
Serán los quintos comicios en los tres últimos años. Un ritmo electoral que no tiene precedentes en la historia moderna de la democracia hebrea. “No es un momento fácil, pero entendemos que hemos tomado la decisión correcta para Israel”, ha explicado Bennett.
Por su parte, el líder de la oposición, Benjamin Netanyahu, que fracasó en los tres intentos de gobierno anteriores, ha calificado al actual ejecutivo como “el peor gobierno de Israel” y ha reclamado la mayoría en los próximos comicios para formar un gabinete “fuerte y nacional”.
Diferentes voces del ámbito evangélico a nivel internacional felicitaron al gobierno de coalición en junio de 2021, cuando se anunció su formación. Un año después, la limitada mayoría parlamentaria de la que disponían, de solo un voto, y la pérdida de diputados han provocado la situación de un gobierno en minoría, y de ahí la decisión de convocar nuevas elecciones.
Netanyahu, otra vez
Que Benjamin Netanyahu es una figura clave para comprende la historia política de la última década en Israel, no es un secreto. No obstante, tras un año liderando la oposición, después de haber permanecido otros 12 como primer ministro, ahora ‘Bibi’ vuelve al centro de la disputa política nacional y centra de nuevo el debate sobre si puede o no formar un gabinete.
“El gobierno ha caído otra vez por la simple razón de que la nación está dividida”, explican desde la Alianza Evangélica de Israel. “No tanto a nivel ideológico, sino en la cuestión de si Benjamin Netanyahu puede o no ser primer ministro. El país está dividido casi por la mitad en este tema y ninguna de las partes es capaz de formar una mayoría estable en la Knéset. Cualquiera de los grupos puede gobernar por un corto periodo de tiempo, pero como es suficiente que un diputado o dos deserten, el gobierno se desmorona rápidamente”, añaden.
Para Arie Kacowicz, profesor del Departamento de Relaciones Internacionales de la Universidad Hebrea de Jerusalén, Netanyahu marca un forzado carácter plebiscitario a cualquier elección en la actualidad. “Lamentablemente no hay esperanza de gobernabilidad política mientras Netanyahu siga siendo un actor clave en el sistema político israelí”, considera. “El gran error del gobierno que ha caído es el de no haber pasado una ley prohibiendo la candidatura a primer ministro de un diputado que tiene abierto un juicio criminal, como es el caso de Netanyahu”, añade.
¿Resolverán algo las nuevas elecciones?
Israel ha vuelto a sumirse ya en el ambiente de campaña electoral, si es que en algún momento se había desprendido de ello. Los primeros en anunciar una alianza han sido los líderes del centro-derecha de Azul y Blanco, Benny Gantz, y Nueva Esperanza, Gideon Sa’ar, ambos miembros del actual gobierno en funciones.
Por otro lado, analistas israelíes sí perciben una pugna por el cargo de primer ministro, sobre todo, entre el propio Netanyahu y Yair Lapid, el actual primer ministro en funciones, de quién se espera que aproveche estos meses para ganar popularidad.
Entre el escepticismo y la resignación, el profesor Kacowicz espera “resultados no demasiado diferentes de los actuales, y un parlamento fragmentado”, dice. “A menos que haya una unión de partidos en la izquierda, el centro y la derecha, en el bloque contra Netanyahu, incluyendo también la reunión de los dos partidos árabes”, que quedaron divididos en la última composición parlamentaria.
La vía judicial contra Netanyahu
Para muchos, lo único que puede retirar a Netanyahu es la vía judicial, en referencia al caso que la Fiscalía General tiene abierto contra el ex-primer ministro por cargos de soborno, fraude y abuso de poder. “Si fuera acusado de uno o más cargos de corrupción en su contra, los partidos de derecha fácilmente podrían formar una coalición con una amplia mayoría”, opinan desde la Alianza. “Hasta que eso suceda, es difícil ver cómo habrá un gobierno estable en un futuro cercano”, añaden.
El ex-primer ministro lleva meses negociando con la Fiscalía israelí un acuerdo que le libre de una condena formal. Recientemente, un asistente de un contacto cercano de Netanyahu ha declarado que éste recibió regalos lujosos como joyas, champán y puros.
“Esto afecta a la normalidad del país”
Afrontando las que serán sus quintas elecciones en apenas tres años, la gran pregunta es cómo se resentirá la participación popular. En los últimos comicios, el 23 de marzo de 2021, ya cayó 4 puntos respecto a las anteriores, del 2 de marzo de 2020.
La reiteración de elecciones, considera el profesor Kacowicz, “afecta a la normalidad del país, respecto al paso de leyes y el funcionamiento de la burocracia estatal, y es muy lamentable”.
Desde la Alianza también consideran que “la inestabilidad es mala para el país”. “No permite llevar a cabo mucha planificación o estrategia a largo plazo sobre ninguno de los problemas críticos que se afrontan”, añaden.
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