Cambiando el mundo con cada bicicleta reparada

Jim quiere que las personas que reciban las bicicletas puedan utilizarlas para recoger alimentos o desplazarse a algún lugar para obtener ingresos. Por Laura Reinhardt.

28 DE JULIO DE 2025 · 14:00

Jim en su taller, arreglando una bicicleta./ World Vision,
Jim en su taller, arreglando una bicicleta./ World Vision

Jim Bishop se jubiló de la oficina de correos en 2019, tras 37 años de servicio. No tenía ni idea de lo que vendría después. “Pero Dios sí lo sabía”, dice Jim.

Al principio, él y su esposa desde hacía 21 años, Peg, pensaron que serían “snowbirds” (personas que pasan el invierno en climas más cálidos), dejando su casa en el área de Pittsburgh y viviendo en su autocaravana en Florida durante la mitad del año.

Pasaron su primer fin de semana en un camping en Florida. Jim dice: “Miré a Peg y le dije: No creo que pueda hacer esto. Me aburro muchísimo. Necesito algo que hacer”.

Así que regresaron a Pittsburgh y se pusieron manos a la obra. En ese momento, Peg se había jubilado tras 17 años en las Girl Scouts y ya era voluntaria en un banco de alimentos cercano. Incluso antes de jubilarse, Peg y Jim habían puesto en marcha, de forma accidental, un servicio de distribución de muebles para personas necesitadas.

 

Un ministerio accidental

El servicio de muebles comenzó cuando un anciano que la pareja conocía a través del banco de alimentos les pidió ayuda con un aire acondicionado. La hermana de Jim respondió inmediatamente diciendo que tenía uno, y Peg y Jim se lo llevaron al día siguiente.

Eso llevó a más y más entregas y finalmente a conseguir un lugar donde la gente pudiera ir a recoger suministros. Llevan haciendo esto durante los últimos 12 años.

Una mujer del banco de alimentos le habló a Peg sobre World Vision y cómo podrían ayudar con donaciones para su servicio de distribución de muebles. Así que Peg comenzó a visitar el almacén de World Vision en Pittsburgh, tanto para hacer trabajo voluntario como para recoger donaciones de muebles y artículos de primera necesidad.

Jim, recién jubilado, comenzó a acompañarla a recoger suministros. Fue entonces cuando se fijó en la gran cantidad de bicicletas que había en el almacén de World Vision y preguntó a un miembro del personal: “¿Qué hacen con todas estas bicicletas?”.

Estaban destinadas a ser reparadas y enviadas a los programas internacionales de World Vision. Otro voluntario acudía una vez al mes para trabajar en las bicicletas y prepararlas para su envío. Y aunque el personal agradecía enormemente su ayuda, todavía quedaba un gran número de bicicletas por reparar y enviar.

Jim preguntó: “¿Confían en mí lo suficiente como para que me lleve esta rueda a casa y la arregle? Aquí no tengo los medios para hacerlo”. El personal confió en él y, desde entonces, Jim se lleva las bicicletas a su taller en casa.

“De verdad creo, con toda mi alma, que Dios me ha encomendado esta tarea, este ministerio. ¿Cómo es posible que vayas allí solo para hacer una cosa y, de repente, te encuentres haciendo esto?”.

Cambiando el mundo con cada bicicleta reparada

Jim y Peg, su esposa, en el taller./ World Vision

Una tienda de bicicletas en el sótano

Las bicicletas llenan la mayor parte de los rincones del sótano de Jim. El remolque que traen puede transportar 15 bicicletas, y él y Peg suelen visitar el almacén de Pittsburgh dos veces por semana.

Durante la pandemia de COVID-19, se llevó hasta 25 bicicletas a casa. “Ahora somos una tienda de bicicletas en toda regla”.

Tiene dos puestos de trabajo, cada uno con un soporte para bicicletas. Las examina; algunas vienen con una etiqueta que explica por qué se devolvieron.

Pero la mayoría de las veces es un acertijo que Jim debe resolver, y él está dispuesto a aceptar el reto. “Soy muy exigente con el estado en que salen estas bicicletas”, afirma. “Creo que las bicicletas deben salir listas para montar. No deben tener ningún defecto”.

 

Poniendo rostro a cada bicicleta

Jim quiere que las personas que reciban las bicicletas puedan utilizarlas para recoger alimentos o desplazarse a algún lugar para obtener ingresos. “Solo espero que mejoren sus vidas”.

De hecho, las bicicletas ayudan a mejorar la vida de las personas al permitir que los trabajadores sanitarios de la comunidad lleguen más rápidamente a los pacientes, que la gente transporte cargas pesadas —lo que antes suponía múltiples viajes— y que las niñas lleguen a la escuela de forma segura y puntual después de recoger agua.

En noviembre de 2024, Jim había reparado más de 3.600 bicicletas. Hasta entonces, nunca había visto a nadie con una de ellas, pero eso estaba a punto de cambiar.

En 2024, Marino Barbabella, coordinador de socios del almacén de World Vision en Pittsburgh, viajó a Zambia. Desde allí, envió fotos de personas que habían recibido bicicletas a través de World Vision.

Cambiando el mundo con cada bicicleta reparada

Algunas de las bicicletas en las que Jim trabajó encontraron un nuevo hogar en Zambia. (Foto cortesía de Marino Barbabella)
 

Jim dice que, antes de ese momento, no podía ponerle cara a las personas a las que ayudaba, pero en ese momento vio sus rostros, y su tarea de repararlas se convirtió en algo personal.

Jim mantiene su tienda de bicicletas a pleno rendimiento, siempre trabajando diligentemente en un nuevo proyecto. “No me canso de arreglarlas”.

Jim y Peg siguen adelante con su gestión de muebles y, recientemente, han comenzado a trabajar como voluntarios en un ministerio que ayuda a personas sin hogar.

Recogen suministros, incluyendo artículos como tiendas de campaña y sacos de dormir.

 

Guiados por Dios

Peg bendice al personal y a los demás voluntarios cada vez que visitan el almacén. “Yo contribuyo horneando galletas, a veces hago hasta 300 galletas en una semana”, dice con una sonrisa.

Esta generosa pareja sigue dejando que su fe y su amor por Dios los guíe.

“Cuando me jubilé en 2019, esto no estaba en el libro”, dice Jim. “No sabía muy bien qué iba a hacer, pero Él si lo sabía”. Peg añade: “El gran hombre de arriba nos dice lo que tenemos que hacer”.

Rápidamente desvían los elogios de ellos mismos hacía World Vision y Peg comenta: “¿Se dan cuenta de a cuántas personas hemos podido ayudar gracias a ustedes?”.

“Para eso estamos aquí; estamos aquí para ayudar a la gente”, añade Jim. “Estamos cambiando el mundo con cada bicicleta que reparamos”.

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Infancia plena - Cambiando el mundo con cada bicicleta reparada