Una mujer especial, Ella Fitzgerald

Siempre me sorprendo de que cuando busco e indago en la vida de alguien especial para mí, inexorablemente me encuentro a Dios en la historia de esa persona.

23 DE ENERO DE 2021 · 12:00

Ella Fitzgerald, en noviembre de 1946. / William P. Gottlieb, Wikimedia Commons,
Ella Fitzgerald, en noviembre de 1946. / William P. Gottlieb, Wikimedia Commons

¿Has conocido en alguna ocasión a una de esas mujeres que parecen brillar con una luz extraordinaria? ¿qué cuando llegan a un lugar lo inundan de paz, gozo,   ganas de vivir, alegría… ? no estoy hablando de belleza exterior, maquillaje exagerado o ropa ultra lujosa; tampoco estoy hablando de sonrisas forzadas y practicadas por horas ante el espejo; simplemente se trata de esa belleza que refleja la paz de un corazón perdonado y enamorado del Dios de su vida.

Permitid que os deje unas cuantas frases favoritas para mí de mujeres tremendamente especiales por diferentes motivos…

“Vivir es como avanzar por un museo: es luego cuando empiezas a entender lo que has visto”. Audrey Hepburn

“Nunca tomes decisiones basadas en el miedo; toma decisiones basadas en la esperanza y la posibilidad”. Michelle Obama 

“La mejor vida no es la más duradera, sino más bien aquella que está repleta de buenas acciones”. Marie Curie

“Quienes no se mueven no notan sus cadenas”. Rosa Luxemburgo

 “La comprensión es una calle de doble sentido”. Eleanor Roosevelt

“No se le puede dar la mano a quien permanece con el puño cerrado”. Indira Gandhi

“La ceguera nos separa de las cosas que nos rodea, pero la sordera nos separa de las personas”. Helen Keller

“Lo más revolucionario que una persona puede hacer es decir siempre en voz alta lo que realmente está ocurriendo”. Rosa Luxemburgo

“La belleza es cómo te sientes en tu interior, y se refleja en tu mirada”. Sophia Loren

“Cuando no podemos seguir soñando, morimos”. Emma Goldman

Hoy quisiera repasar a vuestro lado la historia de una de esas mujeres más que especiales para mí, una reina de la canción… Ella Fitzgerald, cada vez que puedo pasar un rato con detenimiento escuchando su increíble voz y la pasión que pone al cantar, simplemente, me estremezco. 

Tras pasar su infancia en un orfanato de Nueva York, inició su carrera con sólo dieciséis años, cuando ganó en 1934 un concurso para voces noveles en el Apolo Harlem de Nueva York. Entre los asistentes a la gala se encontraba Chick Webb, que quedó fascinado por su voz y la contrató para su orquesta; posteriormente se casaría con ella. De 1935 data su primera grabación, Love & Kisses. Entre 1934 y 1939, Ella Fitzgerald cantó con la Chick Webb Band, grupo que dirigió tras la muerte de Webb (1939) durante dos años.

Empezó entonces su trayectoria como solista y grabó su primer álbum, My Wubba Dolly. Su cálida voz tenía un aire distinguido, llegando incluso a veces a parecer ingenua, algo que jamás fue, pero era una voz que aun ahora, lo que es a mí me sigue enamorando.

Tras colaborar en grabaciones con un sinfín de personajes del mundo de la música negra (Louis Armstrong entre ellos), en el año 1946 se incorporó a una gira por Estados Unidos que la dio a conocer por todo el país. Trabajó con el productor discográfico estadounidense Norman Granz y recorrió Europa y Asia interviniendo en las jornadas musicales Jazz at the Philharmonic, organizadas por Granz. Ya en la década de los cincuenta fueron frecuentes sus trabajos junto a nombres ilustres del jazz, como Cole Porter y Duke Ellington, en la que fue una de sus mejores etapas como vocalista. Realizó incluso una primera aparición en el celuloide, en el filme Pete Kelly's Blues (1955).

Ese mismo año se despidió de Decca, su sello discográfico hasta esa fecha, donde había orientado su carrera artística hacia las baladas pop; su fichaje por el sello Verve, en 1956, la acercó más al jazz, e inició una fructífera etapa durante la que, hasta mediados de la década de los sesenta, grabó más de 250 canciones con los mejores compositores del momento, como los ya mencionados Porter o Ellington, o figuras de la magnitud de Richard Rogers, George Gershwin o Jerome Kern, entre otros.

Sus grabaciones con orquestas están consideradas entre las mejores de la historia del jazz. Una de las realizadas para este sello fue Ella & Basie, donde colaboró con Count Basie y un joven Quincy Jones como artista invitado. Con Basie volvería a editar otro excelente disco, A Classy Pair, en 1979. Para los aficionados al jazz, posiblemente su mejor trabajo es Ella Fitzgerald sings the Cole Porter songbook (1956), álbum que incluye la versión definitiva de Every time we say goodbye, uno de sus mayores éxitos; aunque también hay que destacar grabaciones como Lady be good (1946) o A Tisket A Tasket (1968).

Entre 1957 y 1958 interpretó con la colaboración, una vez más, de Louis Armstrong, la ópera de George Gershwin Porgy and Bess, en una excelente versión jazz de la misma. En 1958 actuó junto a Duke Ellington en el Carnegie Hall de Nueva York. En Europa ofrecería numerosos recitales con el trío de Oscar Peterson. En el año 1960 organizó un concierto en la Deutschlandhalle de Berlín, donde Adolf Hitler había pronunciado un discurso condenando a dos grandes intelectuales alemanes como fueron Kurt Weill y Bertolt Brecht, hecho que la cantante conmemoró en un homenaje a los mismos intelectuales y que terminó en un apoteósico Mack The Knife (Weill-Brecht). Este simbólico acto acentuó aún más la leyenda mundial de esta diva del jazz.

Una grave enfermedad la mantuvo apartada de la escena musical desde mediados de los sesenta, pero recobró la actividad en los setenta, grabando y volviendo a actuar con regularidad. Entre sus últimas apariciones destaca el concierto que ofreció en 1985, con motivo del Kool Jazz Festival, en el Carnegie Hall. En 1986 fue operada a corazón abierto, y sólo el afán de superación le ayudó a conseguir superar la crisis y volvió a los escenarios un año después.

Sus últimos trabajos, editados en 1991 y grabados con el saxofonista Benny Carter, o Misty Blue, del mismo año, demuestran la fuerza interpretativa que mantuvo prácticamente hasta su fallecimiento.

Puede que algunos os parezca que estoy escribiendo de algo que poco tiene que ver con la Biblia o algo relacionado con las cosas de Dios, ¡no es así queridos! Siempre me sorprendo que cuando busco e indago en la vida de alguien especial para mí….. siempre ¡inexorablemente! me encuentro a Dios en la historia de esa persona…

Esta increíble mujer para mí, nació en Virginia y creció en Nueva York, en una situación de pobreza permanente. Su padre, William Fitzgerald, conductor de tren, abandonó a su madre Temperance (Tempie) Fitzgerald, lavandera, cuando Ella era aún muy pequeña.

En 1932, la madre de Ella murió tras un grave accidente de coche. Después de un breve período, su tía Virginia se hizo cargo de ella, y tras muchas cosas duras que ocurrieron en su vida, terminó en un orfanato. 

Este ambiente dramático condicionó el comportamiento de Ella, que tuvo frecuentes problemas con el absentismo escolar e incluso con la policía, lo que la llevó a ser internada en un reformatorio, de donde trató de escapar varias veces, así como de su casa, con el deseo primero de ser bailarina.

Ya de pequeña le gustaba bailar y cantar en un club escolar y en el coro de la Bethany African Methodist Episcopal Church; aprendió a tocar el piano, escuchaba atentamente la radio y estudiaba todas las grabaciones que salían de Louis Armstrong y The Boswell Sisters.

¡Si! Habéis leído bien estos dolorosos detalles de su infancia y lo de…. Bethany African Methodist Episcopal Church…. Desconozco la relación real que tuvo esta mujer con el Señor, pero este dato y de su edad temprana, es muy revelador para mí.

¡Qué Dios nos ayude a mirar con mucho amor a los niños! Y aunque sea en el coro de una iglesia, o de una Escuela dominical, como tantos otros, será una marca indeleble en sus vidas. Tal vez por eso pudo cantar… la bellísima canción que os dejé al principio…

 

Yo te necesito a cada hora, a cada instante de tu gracia mi Señor;

ninguna voz tan tierna cual la tuya, ni otra paz que llene el corazón.

 

Yo te necesito a cada hora, a cada instante junto a mi,

y allí las tentaciones pierden todo su poder, cerca de ti

 

¡Te necesito, oh te necesito! Cada hora yo te necesito.

Yo te necesito, te necesito, te necesito a cada hora

 

Yo te necesito a cada hora en la alegría o el dolor,

Ven pronto o cuidar de la vida es en vano.

¡Yo te necesito, oh yo te necesito, cada hora te necesito!

Yo te necesito, te necesito, te necesito cada hora,

Yo te necesito, te necesito, te necesito cada hora.

 

¡Oh, ahora bendíceme mi Salvador! Yo vengo a  ti.

¡Oh, ahora bendíceme mi Salvador! yo vengo a ti.

Yo te necesito a cada hora, enséñame tu voluntad

y tú, rico en promesas me cumplirás.

 

¡Yo te necesito, oh yo te necesito!

¡Oh,  te necesito a cada hora,

Yo te necesito, te necesito, te necesito cada hora

Yo te necesito, te necesito, te necesito cada hora

 

¡Oh, ahora bendíceme mi Salvador, yo vengo a ti!

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