Silencio: el peor enemigo y el mejor aliado
Saber distinguir cuándo hablar y cuándo callar, todo un reto.
02 DE NOVIEMBRE DE 2014 · 06:10

La palabra tiene mucho de Aritmética:
Duele, cuando se utiliza como navaja para lesionar.
Resta, cuando se usa con ligereza para censurar.
Suma, cuando se emplea para dialogar.
Multiplica, cuando se da con generosidad para servir.
Carlos Siller
Tengo una de esas amigas buenas, del alma, de aquellas que sabes que te quiere de verdad y con la que siempre puedes contar... Tiene el enorme privilegio de ser una de esas, no demasiadas personas, que vive disfrutando a tope de su trabajo que también es su profesión, es una excelente enfermera de quirófano.
Mi amiga es una mujer de no demasiadas palabras, va… un poco como de puntillas por la vida, pero cuando tiene algo importante que decir, os aseguro que lo hace, con prudencia y educación, pero dice todo lo que tiene que decir.
En una ocasión me dijo, si tú supieras las cosas que yo he tenido que ver… En una mesa de operaciones, cuando las personas están en circunstancias extremas, es cuando se muestra lo que verdaderamente hay adentro… Cuando me ocurre algo así y sé que la persona que está encima de la camilla me conoce; aunque, en muchas ocasiones ni me reconoce, me subo la mascarilla lo más alto que puedo, ocupo mi lugar lo más discretamente posible y procuro no tener que decir ni la mínima palabra, al menos mientras el paciente está despierto.
Un vez me contó algo qué no olvidé jamás y he procurado aprender de ello. El Dr Director del Hospital en el que trabaja, una bellísima persona, después de algo que ocurrió le dijo: “Eres una persona silenciosa, de pocas palabras….”…ella respondió: “lo procuro”….entonces aquel hombre le contestó, “Haces muy bien, no olvides nunca que el silencio puede llegar a ser el peor de los enemigos a la vez que el mejor de los aliados”. Una frase poco conocida, no es cierto??...pero a mi se me grabó muy adentro, la desmenucé, la examiné, la “diseccioné” y me la guardé. Hace unos días me ha vuelto brutalmente a la memoria por alguna razón y comencé a pensar de nuevo en ella.
El silencio!!! Hay personas a las que les cuesta muy poco no abrir la boca, es su santo y seña, no hablar…. no definirse… no decir abiertamente lo que piensan… no te pillan en nada… pasas por la vida… ni sé como… porque, lo que es a mi, me cuesta mucho; aunque en un momento os diré lo que pienso al respecto. Pero lo cierto es que la frase tiene su enjundia y su razón.
Hay ocasiones en las que sabemos algo importante y por la razón que sea… nos pide el alma a gritos no callar, defendernos, entrar al trapo o cosas parecidas, si tan sólo dijéramos una sola palabra… Y nos cuesta, a qué si???... Pero si somos capaces de guardar nuestras palabras, no decir nada y dejar que Dios hable en Su momento por nosotros, sé demasiado bien lo que cuesta, lo sé!!... Pero también sé que si lo conseguimos, eso será la mejor baza que podamos tener, la mejor. “El silencio puede llegar a convertirse en el peor de los enemigos y también en el mejor de nuestros aliados”.
No soporto a ese tipo de personas que se pasan todo el rato hablando, en ocasiones con normalidad, tranquilidad, pero las más de las veces….porque sí!!….presumiendo, diciendo toda clase de tonterías, altanerías, vanalidades……..juntando “las churras con las merinas”….eso es para la mayoría de la gente con la cabeza en su sitio, simplemente insoportable.
El otro extremo es el tipo de persona a la que aludía antes, nunca abre la boca, siempre procura pasar inadvertida por alguna razón sicológica que desconozco, lo utiliza como una especie de escudo y protección….como cuando los niños pequeños se tapan la cara y dicen…cu-cu!!.....y como ellos no ven, piensan que los demás no los ven a ellos. Difícil cuestión esa de cuando callar y cuando hablar, verdad??
Es tremendo el poder que reside en la lengua, como nos recuerda el Apóstol Santiago; un miembro tan pequeño, pero que puede comenzar incendios inmensos, en ocasiones muy difíciles de apagar. A veces, simplemente imposible.
Por otro lado, cuánto bien se puede hacer con una simple palabra!!! una palabra de aliento al cansado, de cariño hacia el que sufre, de comprensión al que se equivoca, de cariño a quien se siente triste o solo……si!!!!..pero, qué poder de destrucción pueden albergar también las palabras; dice el libro bíblico de Proverbios, “Hay hombres cuyas palabras son como golpes de espada”…qué gran verdad!! existen personas que en aras de la verdad o, muchas veces en aras de su propia verdad, pueden hacer tantísimo daño!...tanto!!!!
Volviendo a la frase del jefe de mi querida amiga, el silencio es muy bueno y en ocasiones, creo que en la mayoría de ellas, se convierte en el peor de los enemigos y en el mayor de nuestros aliados,. Pero tengamos cuidado y, cuando tengamos que hablar, decir o incluso gritar a voces…hagámoslo!!!!!..........porque si nosotros callamos las verdades de Dios, por ejemplo, dice la Escritura que tendrán que hablar las piedras.
Y ni que decir tiene el gritar a voces o actuar del modo que sea para defender al indefenso, al que sufre injusticias o cualquier clase de dolor.
Creo que os dejo mucho para pensar!!..qué Dios nos de la capacidad de decir lo correcto, en el momento adecuado y hacer de nuestras palabras y de nuestros silencios, una auténtica bendición.
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