Quien siembra vientos recoge tempestades

Así que, cogida del brazo de mi abuela y recostada sobre su hombro, me dedicaba a leer, uno por uno, todos aquellos textos bíblicos que -según la costumbre de la época- estaban colgados por las paredes de la capilla. Recuerdo que eran de color corinto, escritas con letras heráldicas en color blanco; había uno que llamaba mi atención de manera muy especial, estaba colocado a la izquierda y hacia adelante y recogía las palabras de la Escritura:”No os engañéis, Dios no puede ser burlado, pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará”. ¡Dios mío!, lo recuerdo con tanta nitidez....que pareciera que fuera ayer mismo; la verdad es que no comprendía demasiado -en aquel entonces- el auténtico significado de aquellas palabras, pero los años y la vida se encargaron de hacérmelo comprender. Hace unos días recibí un power point bellísimo, comenzaba diciendo así: “Ten cuidado con tus pensamientos; que se volverán palabra. Ten cuidado con tus palabras; que se volverán actos. Ten cuidado con tus actos que se volverán costumbres. Cuidado con tus costumbres; que serán tu carácter. Cuida tu carácter, que será el destino de tu vida... La vida es un jardín, lo que siembras en ella, eso te devolverá. Así que elige semillas buenas, riégalas y con seguridad tendrás las flores más hermosas. Cada acto, palabra, sonrisa o mirada, es una simiente: Procura, entonces, que caiga tu simiente en el surco abierto del corazón de los hombres y vigila su futuro...” Hace algún tiempo fui testigo de como la mala acción de una persona trajo resultados desastrosos. Me encanta la frase del famoso estadista Winston Churchill: “Se puede engañar a alguien toda la vida, se puede engañar a algunos durante un tiempo; pero no se puede engañar a todos siempre”. No es la primera vez ni la última que suceden cosas como la que acabo de mencionar en la historia de los hombres; pero, ¿tomamos conciencia de ello?..... Si, yo con mi corta edad no entendía las palabras de aquel texto, pero -como diría Salomón- he andado, he recorrido, he vivido, he rodeado el mundo y he visto que todo lo que el hombre siembra lo recoge; porque Dios nunca puede ser burlado. ¿Qué es lo que estoy sembrando hoy?,¿alegría, amor, sonrisas, sueños, cariño,dulzura...? ¿o tal vez odio, amargura, resentimiento, malas acciones, pensamientos destructivos...? Hemos de tener en cuenta que todo lo que pensamos, hacemos o decimos, volverá a nosotros -inexorablemente- igual que un boomerang. Yo no sé lo que piensas hacer tú, pero yo he decidido sembrar todo lo mejor que pueda dar de mi; porque eso será lo que recoja tarde o temprano. ¡Qué tomes una buena decisión!