“Un llamado a servir”: Pepe Sánchez releva a Jorge Saguar en la presidencia de los GBU

Tras 20 años como presidente de los Grupos Bíblicos Unidos, Jorge Saguar cede el testigo a Pepe Sánchez, quien asume el cargo con entusiasmo y compromiso. En esta entrevista, ambos comparten su visión sobre este relevo en la presidencia.

Marina Fernández Soto

MADRID · 11 DE ABRIL DE 2025 · 10:30

Jorge Saguar y Pepe Sánchez en la 50ª Asamblea General de los GBU,
Jorge Saguar y Pepe Sánchez en la 50ª Asamblea General de los GBU

En su 50ª Asamblea General, los Grupos Bíblicos Unidos no solamente echaron la vista al pasado, sino que también pusieron su mirada en el futuro anunciando el cambio en la presidencia del comité ejecutivo.

Jorge Saguar, que ha ostentado el cargo durante 20 años, cede el testigo a Pepe Sánchez. En esta entrevista conoceremos un poco más acerca de ellos.

 

Marina Fernández Soto. ¿Cómo empezó vuestro camino con los GBU hasta llegar a este momento?

Jorge Saguar. Nací en Madrid, aunque luego mis padres me llevaron a Valencia. Allí viví hasta los 36 años, más o menos, que regresé a Madrid por razones de trabajo y demás. Menciono el tiempo de Valencia porque ahí me ocurrió casi todo lo importante que le puede ocurrir a una persona —salvo tener hijos, eso me pasó en Madrid—. Pude estar en una iglesia evangélica, sana, con una doctrina muy pegada a la Biblia y con mucho énfasis en la Palabra.

En la iglesia conocí la Biblia, conocí al Señor y el Evangelio, pero no llegué a convertirme ahí. Entregué mi vida al Señor de manera completamente consciente aquí, en Pinos Reales, en un campamento de GBE Nacional al que yo asistí con 14 años. Ahí, en una tienda de campaña, después de un mensaje muy potente del conferenciante de los GBE, entendí que el Evangelio no era algo de familia, no era algo de ser “hijo de” o de ser de una familia evangélica, sino que el Evangelio era para mí. Entendí que yo era pecador y que era realmente yo quien tenía que pedirle perdón al Señor por lo que había hecho yo.

Desde que me entregué al Señor en un campamento de GBE en 1976 hasta ahora, mi vida ha estado pegada a los GB Unidos. En primer lugar, porque, si yo vine a un campamento de GBE, es porque alguien en Valencia (lo que hoy llamaríamos un doulos o voluntario) estaba interesado en que los adolescentes conociéramos la Palabra de cerca, en que estudiáramos la Biblia por nosotros mismos y empezásemos un “GBE” en Valencia. Entonces esa persona, que no tenía nada que ver con los GBE ni con los GBU, se convirtió en una doulos para mí.

Me invitó a ir a su casa junto con otra gente de la iglesia, y allí, con un —lo que diríamos hoy— asesor, teníamos las reuniones. Al final, después del curso, nos invitaron a venir al campamento nacional y ahí sucedió todo.

He pasado por GBE y GBU, en comités estudiantiles. Fui, desde el punto de vista de un joven adolescente que está en sus estudios universitarios —que, por cierto, empezaron siendo de Biología—, convirtiéndome en un estudiante de GBU. 

Pasé por GBU gracias a los asesores y obreros que cuidaban de nosotros (personas muy cercanas, como las que hay ahora, pero en su época), con ese modelo que cuida del liderazgo estudiantil sin entrometerse, sin dirigir, sino apoyando a los estudiantes. En esa etapa estuve como presidente del Comité Estudiantil Nacional y pude aprender muchísimo. Todas aquellas responsabilidades que podía tener han sido mi escuela, con modelos de personas que son mis “hermanos mayores” en el Señor, como Pablo Martínez o David Burt, gente muy conocida en este y otros ámbitos cristianos.

Después de ser graduado, me invitaron a ser consejero y luego a formar parte del comité ejecutivo. En 2005, hace ahora 20 años, el comité ejecutivo decidió proponerme ser presidente del comité —y casi que me empujaron a ello—. Son 20 años que han pasado muy rápido, y ahora llega otra etapa.

Pepe Sánchez. Nací en Tenerife, en La Laguna. Con la edad de 8 años, mis padres me enviaron a Alemania, donde estuve varios años viviendo con mi hermana. Después volví a Tenerife de nuevo, y con 16 años tuve un encuentro personal con el Señor.

Fue un punto de inflexión significativo en mi vida, en cuanto a cómo vivirla, enfocarla… A partir de ahí, animado por gente como Pablo Santana, recuerdo que buscábamos espacios en los recreos para leer la Biblia juntos, con estudiantes de otras iglesias. 

Después fui a Las Palmas con el propósito de estudiar Ingeniería en Tecnologías de la Telecomunicación (TELECO). Allí, poco a poco, me fui involucrando en GBU y en la iglesia local, que es también mi iglesia local ahora mismo. De alguna manera, fui viendo que Dios había puesto dos cargas en mi corazón: la iglesia local y la obra estudiantil (es decir, los jóvenes), y también la manera de integrar las dos. No lo vi nunca como una cosa separada o distinta, sino como poder vivir las dos de una forma unida. 

En aquel entonces se generó el grupo local de GBU en Las Palmas. También tuve el regalo de poder participar a nivel nacional en el Comité Estudiantil Nacional como presidente. Fue toda una enseñanza y una experiencia de gran bendición.

Terminó mi etapa estudiantil, me casé con Patri y, después, en el 2000, me propusieron si quería unirme al equipo de GBU. En ese año empecé como asesor para Gran Canaria y Tenerife, donde estuve durante cincoaños. Después, formé parte de la Coordinación Nacional durante los siguientes cinco años. Parece que está lejos, pero ahora, 14 años después, soy pastor de mi iglesia local y consejero de GB Unidos, vinculado a la parte universitaria.

 

MFS. Si pudierais resumir en 3 palabras vuestra andanza en GB Unidos, ¿cuáles elegiríais?

JS. Gratitud, aprendizaje y servicio.

PS. Aprendizaje, observación y disposición a servir.

 

MFS. Pepe, durante tu etapa en GB Unidos has estado muy vinculado al proyecto de iniciar un movimiento de GBU en Guinea Ecuatorial. ¿Cómo ha sido para ti este proceso?

PS. Desde IFES (International Fellowship of Evangelical Students) se pusieron en contacto con nosotros porque Guinea Ecuatorial, de habla española, estaba incluida en la zona repartida por IFES como de habla inglesa. La estaba visitando un obrero nigeriano, Gideon Para-Mallam, pero tenía el problema del idioma. Por eso, nos pidieron a GBU España si podíamos ayudar y colaborar. 

Aunque creo que inicialmente se iba a proponer a otra persona, finalmente me propusieron a mí, que en ese momento estaba como coordinador nacional de GBU, ir hasta allí. En el 2008 programamos un viaje a Guinea y quedamos con Gideon, para quien era su segundo viaje. Pudimos estar con los estudiantes con los que él había estado anteriormente, visitando también las iglesias y pastores que él conocía y ayudándole en la labor que él estaba haciendo. 

Doy muchísimas gracias a Dios por todo el trabajo de Aida Banyulsque ha hecho una labor preciosa, y la sigue haciendo. Recuerdo un culto de despedida a unos misioneros que se iban por primera vez a Guinea; eran un matrimonio con dos niñas pequeñitas. Una de esas niñas era Aida, ¡sus padres fueron misioneros en Guinea! Nunca imaginé que Aida fuera la asesora que el Señor usara para todo esto. Para mí, es de gran alegría ver todo lo que está pasando en Guinea Ecuatorial y estoy muy agradecido al Señor.

 

MFS. Jorge, ¿cómo han sido para ti estos 20 años como presidente? ¿Alguna anécdota?

JS. No se me ha hecho largo, a pesar de lo que se pueda pensar. Y creo que no se me ha hecho largo porque, cuando David Burt me dio el relevo como presidente, yo estaba bastante convencido de que yo no iba a dar la talla de Burt

Así, los primeros años fueron de mucho estímulo para ver cómo podía, de alguna manera, aprender lo más rápido posible a liderar ese grupo. Al final, era un grupo de personas en el que todos eran mayores que yo; seguramente yo sería el más joven. Pero ellos habían decidido que yo fuera presidente, porque en GBU es el comité ejecutivo quien propone al presidente, y esto se comunica a la Asamblea —que, si no está de acuerdo, no lo vota como miembro del comité ejecutivo—. 

Con toda esa gente tan experimentada y madura, que me había pedido que fuera yo quien presidiera y liderada, los primeros años se me pasaron volando, intentando hacerlo lo mejor posible. No era tanto ejercer un liderazgo en el sentido de “dominarlos”, o de decir lo que había que hacer, sino de intentar sacar lo mejor de todos; un liderazgo que forma un equipo. Por eso, los primeros cinco, seis o siete años se me pasaron muy deprisa, porque yo no tenía prácticamente la sensación de ser presidente.

Luego ya fui tomando un poco más de conciencia. Surgió la necesidad de un relevo en la Secretaría General, un cargo en el que Francisco Mira llevaba 32 años. Empezó otra etapa, también muy agitada, para tratar que el relevo fuera lo más suave posible, y que Francisco pudiera salir con toda la gratitud por parte de GBU, y que además saliera a lo que él quería: servir al Señor en la iglesia local (o donde Dios le llamara). 

Justo cuando Francisco ya había tomado la decisión de dejar su cargo, respaldado por el comité en fe, surgió la posibilidad de que asumiera el pastorado en la iglesia en calle Verdi (Barcelona). Fue una especie de confirmación de que lo que estábamos haciendo, a pesar de que era romper con una dinámica de muchos años de Francisco como secretario general, era lo que había que hacer en ese momento.

La salida de Francisco y la incorporación de Joaquín Hernández como nuevo secretario general hizo que esos siguientes años, especialmente los tres de antes y los tres de después, fueran de mucho ajetreo hasta que todo se fue produciendo.

Luego vino este último periodo en el que hemos renovado una buena parte del Comité Ejecutivo, porque era otros desafíos que teníamos por delante. No era cuestión de sacar a la gente porque fuera mayor, sino porque había que dar paso a gente más joven, que trajera una experiencia distinta a los que habían estado tanto tiempo. Ese proceso terminó hace algunos años, con la reciente incorporación de personas como Pepe, que lleva un par de años en el comité ejecutivo.

Mi actitud y predisposición delante del Señor siempre ha sido: “Estaré mientras Tú me lo muestres”. Llegó un punto en el que, estando en oración, delante del Señor y en comunión con Él, todo parecía apuntar a que era momento de un relevo.

Lo planteé en el comité ejecutivo hace un año y hubo unanimidad en cuanto a quién podía ser el relevo. También eso lo vimos como que era algo que venía de parte del Señor, porque al final estas cosas hay que hacerlas en armonía y, si es posible, pensando en mejorar, no en quedarnos igual. 

Así que bueno, no sé si esto son anécdotas, pero a través de estas dinámicas o puntos de inflexión, me parece que han transcurrido veinte años como si hubiera sido anteayer. Pero sí entendí, hace algo más de un año, que tenía que salir, y que además los números iban encajando: “dentro de poco tiempo me tenían que ratificar, y si coincidiera sería ideal”. Lo planteamos a Pepe y, con su tiempo de reflexión y maduración, tanto él como su esposa lo veían.

Ese ha sido el camino hasta este momento tan emocionante y, mientras no se vea otra cosa en las votaciones, yo continuaré en el comité ejecutivo, pero como un vocal más —que es lo que debería haber sido desde hace tiempo—. 

Seguiré involucrado en GBU, tratando de aportar lo que pueda, porque para mí es una obra de prioridad para los evangélicos en España. Y también para España, como receptora del evangelio, entiendo que la obra de GBU es una obra estratégica. Tiene una capacidad grande de influir, no por ocupar puestos de poder ni nada, sino que tiene una capacidad de influir con el Evangelio en la sociedad española.

Me parece que no hay mejor inversión que, siempre desde la comunión y el servicio en la iglesia local, tratar de ir un paso más allá, colaborando con otras denominaciones e iglesias -algo que enriquece muchísimo también- en una sola cosa: que el Evangelio se extienda por la sociedad y tengamos la capacidad de ser testimonio, de ser luz y sal allí donde estemos.

 

MFS. Pepe, ¿cómo ha sido para ti aceptar esta propuesta?

PS. Creo que las decisiones significativas en la vida no se toman de hoy para mañana, ¿no? Todas llevan un proceso en el que necesitas varios indicadores de saber si debes asumirlo o no. Las primeras reacciones cuando me comentan algo así son “Pero, ¿estás seguro? ¿No ves a otro? ¡Hay más gente!”. De hecho, creo que hay gente dentro del Comité Ejecutivo también muy capaz y válida para poderlo desarrollar.

Pero bueno, también fui viendo la trayectoria que el Señor me ha permitido dar dentro de la propia obra estudiantil. Así llegué a entender que Dios me estaba llamando a poder servir desde otro momento de la vida, desde otro ángulo, en una obra que, como Jorge, coincido en que es estratégica en diferentes ámbitos de la vida de la iglesia. 

Escuchábamos antes los informes anuales en cuanto a la importancia en adolescentes, en la Universidad y en el trabajo. Creo que estamos aportando algo muy importante en todas esas esferasincluyendo Andamio y toda la literatura que está aportando al mundo evangélico.

Entendí que es un llamado a servir y colaborar. A mí no me gustan los cargos ni los títulos, sino que lo veo como una oportunidad de servir y estar en un ministerio al que creo que Dios está llamando a influir. De alguna manera, es un terreno natural donde toda la iglesia coincidimos en hacer una tarea que no podríamos hacer como iglesias individuales. 

Es decir, como pueblo de Dios, estamos llamados por medio de nuestros estudiantes, profesionales y chicos de instituto a compartir el Evangelio de una forma natural y conjunta.

 

MFS. ¿Qué esperas de esta nueva etapa?

PS. Espero que el Señor me use; no ser piedra de tropiezo para nadie, poder servir y ser de bendición. Creo que se está haciendo un buen trabajo. Hemos escuchado en la Asamblea que el Señor está permitiendo un crecimiento tanto en instituto, universidad, profesionales y literatura. Doy gracias a Dios por poder aportar un grano de arena, donde el Señor me permita, en esta tarea que se está haciendo

 

MFS. Jorge, ¿tienes algún consejo para Pepe?

JS. Como suelen decir, “consejos vendo, que para mí no tengo”; si se me pide sí, pero no soy de dar muchos consejos. Aunque una cosa que sí que compartimos fue la necesidad de cuidar mucho de Joaquín, el secretario general. Hay que estar muy cerca de él y de mostrarle el respaldo y el apoyo, no solo del presidente, sino de todo el comité ejecutivo. Como hemos mencionado durante la Asamblea, Joaquín es un regalo del Señor, y los regalos valiosos hay que cuidarlos.

 

MFS. ¿Algo que queráis añadir para acabar?

JS. Me he dejado antes una cosa por decir cuando he empezado a hablar de que todo lo importante me pasó en Valencia, salvo tener hijos. Me casé con Marité y, cuando nos mudamos a Madrid, nos liberamos un poco de todos los ministerios que habíamos adquirido en Valencia y que, de alguna forma, nos hacían ser una familia un poco “atípica”. 

Después de 10 años casados, nacieron Ander e Irene. Hoy por hoy, ellos están en el Señor, y es algo que también entiendo que se debe, en parte, a nuestra vinculación con los GBU. Por supuesto, también al testimonio que les hemos dado como padres, pero entendemos que, tanto Irene como Ander, han conocido mucho de la Palabra de Dios por medio de GBE y los campamentos de GBU. Es algo que también me parece importante decir.

PS. Yo quiero dar las gracias al Señor por su cuidado, por su dirección y su guía en todo. Y, entre todas esas cosas, quiero dar gracias a Dios por la vida de Jorge. Para mí es un ejemplo de esfuerzo, sacrificio, servicio, templanza y tranquilidad. Igual por dentro puede ser a veces otra cosa, pero en lo que compartes y reflejas, para mí es así.

Doy muchas gracias a Dios por ti, porque he visto claramente el enorme esfuerzo, sacrificio y el servicio en estos 20 años. Así que gracias, Jorge, creo que es un trabajo muy cansado y te has dejado usar. ¡Y todavía queda! Tenemos que seguir compartiendo más viajes al aeropuerto…

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - ESPAÑA - “Un llamado a servir”: Pepe Sánchez releva a Jorge Saguar en la presidencia de los GBU