“Me gustaría que FIEIDE fuera como una familia que crece”

Después de casi 29 años ejerciendo el pastorado en una iglesia local, Rubén Miyar se prepara para asumir la secretaría general de la federación de iglesias independientes este mes de mayo.

Jonatán Soriano

SANT BOI DE LLOBREGAT · 12 DE ABRIL DE 2024 · 10:00

Rubén Miyar toma ahora el relevo en la secretaría general de FIEIDE. / Cedida.,
Rubén Miyar toma ahora el relevo en la secretaría general de FIEIDE. / Cedida.

Ser como una familia, misión y discipulado. Son tres de las ideas con las que Rubén Miyar resume la visión con la que se inicia este mes de mayo en la secretaría general de FIEIDE. Pastor de la iglesia ‘Llibertat’ en Sant Boi de Llobregat desde 1995 y hasta la actualidad, Miyar sustituye en el cargo a Francisco Portillo, a quien Protestante Digital entrevistó en marzo y que se jubila el próximo mes de junio.

Con una estructura denominacional definida y en proyección de crecimiento, Miyar analiza los retos a abordar enfatizando la idea de la familia. Esto, asegura, implica “que las iglesias que pertenecen a FIEIDE puedan sentir que forman parte de una familia, y no tanto un organismo”. 

De hecho, la unidad y el cuidado mutuo que se desprende de la idea de familia es clave en su planteamiento para abordar los retos. “Es un reto que los miembros de nuestras iglesias puedan estar al corriente de las cosas que hacemos como federación para orar y colaborar”. 

A sus 59 años, Miyar asume la responsabilidad de coordinar una federación que agrupa a 77 iglesias y 24 puntos de misión en todo el mapa del territorio español.

 

Pregunta: Tras prácticamente 29 años en el pastorado de una iglesia local, asumes el cargo como secretario general de FIEIDE. ¿Cuál es la valoración general de estos años de trabajo y el proceso de transición?

Respuesta: Me vienen a la mente unas palabras del apóstol Pablo, salvando las diferencias, que dicen: “Doy gracias al que me fortaleció, a Cristo Jesús, porque me tuvo por fiel, poniéndome en el ministerio (1 Timoteo 1:12). Si tengo que decir algo en cuanto a este tiempo es dar gracias a Dios porque nos ha traído hasta este punto para poder ejercer este ministerio, sin merecerlo, sino que es parte de su gracia. 

También mostrar gratitud porque en todos estos años, desde el principio, han habido hermanos al lado. Yo era joven cuando asumí el pastorado de la iglesia, tenía 30 años. Y siempre han habido hermanos de peso cerca, como David Burt, Norman Bowman, Pedro Sanjaime, José Luis López y luego Miguel Juez. También los miembros del consejo de ancianos, como Daniel Gumá y más recientemente Benjamin Martinez e Isaac Ruiz. Tengo que darle gracias a Dios porque tanto la iglesia como yo, en el ministerio, hemos tenido además muchos diáconos y diaconisas, y responsables de ministerio y colaboradores que han trabajado en equipo. 

En cuanto a la valoración, pienso de forma positiva en las áreas que hemos desarrollado para trabajar, formar una estructura y organizar un equipo de responsables, con el objetivo de que la iglesia creciera en misión, en comunión, en edificación, etc. Se han logrado cosas. En cuanto a misión, hemos trabajado desde un principio con una idea de una misión simultánea, a nivel local, regional, nacional y hasta lo último de la tierra. En cuanto a la obra social, somos reconocidos por el Ayuntamiento y somos co-fundadores de la entidad Aliments Solidaris junto con la iglesia Rey de Reyes, Cáritas y los salesianos. Tenemos un proyecto bebé, hemos tenido un ropero y hemos trabajado con migrantes, sobre todo magrebíes. Toda una serie de cosas que son fruto del trabajo a lo largo de esos años y del esfuerzo de los equipos que han participado en ellas.

Toda esta satisfacción general no quita cosas en las que uno siempre piensa para mejorar, como la vida de oración comunitaria, la espiritualidad personal o la cultura de discípulos que hacen discípulos. 

“Me gustaría ver que las iglesias crecen. Ser una familia que crece”.

En cuanto a la transición, como iglesia comenzamos hace un año a trabajar con la comisión de búsqueda de pastor y, realmente, podemos decir que el Señor nos ha sorprendido porque nuestra idea era la de afrontar un proceso largo y que todavía no hubiese nadie cuando yo me fuera. Pero estamos agradecidos a Dios porque en ese proceso, finalmente la comisión ha podido proponer una persona a la iglesia y estamos agradecidos por ello. Ahora estamos trabajando en lo que sería su incorporación, previa decisión final de la iglesia al respecto, y cómo hacer una transición de funciones. 

 

P: Cambios así no son sencillos. ¿Cómo enfocas esta nueva etapa?

R: A nivel personal he experimentado la tristeza por dejar algo en lo que llevo tanto tiempo, y con personas a las que he conocido y quiero. Sant Boi de Llobregat es mi ciudad y he trabajado aquí. Pero la transición hacia el cargo de secretario general de FIEIDE es más fácil de lo habitual porque yo llevo 14 años formando parte de la junta nacional. Primero fui vocal durante seis años, luego presidente durante otros seis, y ahora llevaba dos de vicepresidente. Especialmente durante la presidencia, la comunicación con el hasta ahora secretario general, era muy fluida. Así que conozco bastante el trabajo, a las iglesias y los pastores. 

Eso no quita que tenga que aprender muchas cosas. De hecho, hace unas semanas comenzamos una transición de las funciones y los sistemas de trabajo. 

 

P: ¿Alguna expectativa en cuanto a este nuevo ministerio?

R: Me gustaría que FIEIDE fuera como una familia que crece. En el concepto de familia se definen dos aspectos muy importantes de nuestra federación que creo que se pueden trabajar más. Uno es el carácter de familia, lo cual implica el conocimiento de nuestra federación por parte de todos. Que se conozcan las situaciones y que haya un interés mutuo. Es decir, que las iglesias que pertenecen a FIEIDE puedan sentir que forman parte de una familia, y no tanto un organismo. Por eso me gustaría desarrollar más este aspecto de la familiaridad. Hay cosas muy bonitas que pasan en nuestra federación y que responden a ese carácter de familia. El hecho de que podamos tener a personas liberadas implica que apostamos por ese cuidado familiar. 

El otro aspecto grande que me gustaría ver es que las iglesias crecen. Ser una familia que crece. Me refiero a un crecer en general. Que las iglesias crezcan en membresía por esa cultura del discipulado, y al mismo tiempo que la federación también creciese en membresía. La idea es trabajar aun mas para facilitar, ayudar y promover a que las iglesias desarrollen la capacidad y los recursos para alimentar ese crecimiento a partir de la estrategia del discipulado y la evangelización. En esto, la federación tiene que ser de ayuda a las iglesias. Además, nuestro Departamento de Evangelización y Misiones (DEM) está trabajando en una estrategia de plantación de iglesias, así que la idea es también crecer en obra nueva. 

“La idea de ser familia, estar cerca de iglesias y sus responsables, que nadie se sienta solo, pero también el trabajo en equipo”.

Todo esto son ideas que tenemos que trabajar juntos los diferentes departamentos, los coordinadores respectivos y las propias iglesias. Tenemos que crecer más en esto de ser familia tanto entre las iglesias, puntos de misión y misiones colaboradoras, como entre pastores y misioneros y como en los diferentes departamentos y equipos de colaboradores, lo cual significa que podamos conocernos mas, que podamos tener tiempo de comunión juntos e incluso un objetivo común que va más allá de los objetivos particulares.

 

P: ¿Cuáles son los objetivos que te marcas a corto plazo?

R: Uno de los aspectos a mejorar es una estrategia de comunicación y publicidad que ayude a los miembros de las iglesias a conocer la cantidad de cosas que se están haciendo, con el propósito de orar, colaborar y participar. Se están haciendo ya algunas cosas, pero debemos conseguir que lleguen a todos los miembros. Esta estrategia de comunicación y de publicidad común debe desarrollarse desde el trabajo en equipo con todos los departamentos, coordinadores, juntas regionales y junta nacional. Esto es prioritario.

 

P: ¿Cuál es la visión que te gustaría que definiera tu ministerio en FIEIDE?

R: Como he dicho la idea de ser familia, estar cerca de iglesias y sus responsables, que nadie se sienta solo, pero también el trabajo en equipo. Esto incluye iglesias y pastores, los responsables de los departamentos con sus equipos, y también misiones y misioneros. Queremos que los misioneros que sirven en iglesias de la federación también se sientan acogidos y que pueden trabajar conjuntamente. La idea de hacer lo necesario para ayudar a las iglesias a crecer en membresía.

 

P: ¿Cuáles son los retos que crees que deberá afrontar FIEIDE próximamente? 

R: Es un reto que las iglesias, pero sobre todo sus miembros, puedan estar al corriente de las cosas que hacemos como federación y colaborar. También vencer la tendencia que tenemos como iglesias a pensar más en lo local que en cooperar juntos. 

A nivel de retos, mencionar la implantación del nuevo programa de grado de nuestra Escuela de Teología y el desarrollo del plan dual para pastores en formación, desarrollar la estrategia de plantación de iglesias en la que esta trabajando el DEM y seguir avanzando en el ministerio con los líderes de jóvenes de nuestras iglesias en su formación y en los propios grupos de jóvenes. También en el recién creado departamento de mujeres y la ampliación del hogar de ancianos que tenemos en Reus.

“Debemos ver la manera de estimularnos juntos para la misión.”.

Otro reto es ayudar a las iglesias a vencer la inercia de años en los que muchos creyentes se han conformado con ser creyentes de domingo. Esto se corresponde con el tema de esa cultura de discípulos que hacen discípulos. Como FIEIDE debemos poder ayudar a las iglesias con recursos, temáticas, congresos y todo lo que podamos. La FIEIDE tiene que servir para que, juntos, cumplamos la misión mejor. Debemos ver la manera de estimularnos juntos para la misión. 

 

P: En algunos países de habla de declive de las denominaciones. Por ejemplo, en Estados Unidos, el último Censo de la Religión Nacional señalaba que las iglesias que no se identifican con ninguna denominación han pasado del 5% durante la Guerra Fría al 30% en la actualidad. ¿Tienen futuro las denominaciones? ¿Cuál es?

R: Tiene futuro siempre y cuando el hecho de pertenecer a una denominación haga sentir a la iglesia que forma parte de una familia en la que es cuidada y también cuida. Y también, siempre y cuando, la iglesia observe y comprenda que juntos podemos cumplir mejor la misión. 

La suma de los recursos que tenemos ayuda a una iglesia local a mantenerse, desarrollarse y crecer. En la medida en que la iglesia se sienta familia y cuidada, y en la medida en que la federación pueda contribuir con recursos al crecimiento de la iglesia local, entonces sí vale la pena una denominación. 

Si esa denominación es un ente burocrático, sin corazón, sin alma, incapaz de ayudar a la iglesia local, pierde todo su sentido.

 

 

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