“La cooperación entre las iglesias locales no solamente es bíblica, sino profundamente necesaria”
Después de prácticamente 25 años, Francisco Portillo deja la secretaría general de FIEIDE por jubilación. En esta entrevista, conversamos con él acerca del trabajo en todos estos años, los retos a afrontar y el futuro de las denominaciones.
L'AMETLLA DEL VALLÉS · 12 DE MARZO DE 2024 · 11:00
Han sido cerca de 25 años los que Francisco Portillo ha ejercido la función de secretario general de FIEIDE (Federación de Iglesias Evangélicas Independientes de España). El próximo 1 de mayo comienza su jubilación y finaliza su etapa al frente de la coordinación de la denominación.
Con una “valoración positiva” de todo este tiempo de ministerio, Portillo ha reflexionado en la entrevista que sigue a continuación sobre el que considera su legado, los retos más urgentes de la denominación y las iglesias en el contexto español y el lugar que pueden ocupar las denominaciones en futuro.
El también secretario general de la Federación Internacional de Iglesias Evangélicas Libres (IFFEC, por sus siglas en inglés) entre 2010-2018, enfatiza sobre todo la necesidad de unidad. “Con los retos que estamos viviendo, la todavía relativamente debilidad en cuanto a número de la iglesia evangélica en España tiene que abrirnos los ojos a ser iglesias mucho más cooperativas”, asegura.
Pregunta: Tras prácticamente un cuarto de siglo como secretario general de FIEIDE, ¿cuál es la valoración general de estos años de trabajo?
Respuesta: La valoración, en general, es muy positiva, y esto lo digo sin ánimo triunfalista. Doy gracias a Dios por lo que han sido estos 25 años en los que, sin duda alguna, ha habido de todo. Luces y sombras, momentos muy agradables y momentos de lucha. Pero la valoración es positiva.
Dentro de esa perspectiva, hay que resaltar el hecho de que se han podido crear y desarrollar distintos departamentos en la federación, sentar unas bases en esos ministerios, como es el Departamento de Evangelización y Misiones, la nueva fase que se ha desarrollado en la Escuela Evangélica de Teología o el ministerio en el departamento de jóvenes, tanto Misión Posible como, en particular, el énfasis en la ayuda a líderes de jóvenes. Y más recientemente, destacar el inicio a nivel nacional de un proyecto de ministerio entre mujeres. Todo esto ha sido un avance, gracias a Dios.
Como parte de todo ello, se ha ido creando un equipo de colaboradores muy amplio, y esto también ha sido una alegría. Hemos visto cómo a cada departamento se han ido uniendo personas que han estado colaborando. Todo ello ha fomentado la cooperación entre las iglesias, en los proyectos de la federación.
P: Tú asumiste la secretaría general de FIEIDE con cuestiones que estaban en un estado embrionario y ha sido durante tu etapa de trabajo que la denominación ha tomado la forma con la que la conocemos en la actualidad.
R: Aprecio y reconozco el trabajo que se hizo en la federación hasta el momento en que yo asumí la secretaría general. La FIEIDE surgió en 1957 y hubo hermanos muy sacrificados y entregados que fueron haciendo un trabajo estupendo. Cuando yo asumí el cargo había nuevos retos y áreas que consideramos que era necesario desarrollar y estructurar. Había un trabajo que se había hecho, por ejemplo, en el ámbito de la evangelización y las misiones, pero creo que con la creación del departamento, y más adelante, con la llegada de su responsable, Pedro Arbalat, se fue adquiriendo una amplitud y un énfasis distinto. También ha ocurrido lo mismo con la Escuela Evangélica de Teología. Existía desde 1963, pero nos propusimos cambiar el modelo y la manera de operar, y también se introdujo un equipo nuevo.
En jóvenes se habían hecho algunos campamentos, pero veíamos la necesidad de impulsar ese ministerio. Así surgió, en el año 2001, Misión Posible, con todo lo que ello supuso. Lo mismo podríamos decir del ministerio de mujeres. Sí que ha habido ministerio en distintas federaciones regionales y en iglesias locales, pero ahora quisiéramos impulsar ese área a nivel nacional por medio de una colaboración intereclesial. Así que algunas cosas estaban ya, aunque otras no, y se trataba de impulsar esas áreas ministeriales que se consideraron básicas.
P: ¿Algún recuerdo que quieras conservar especialmente?
R: Siempre es difícil pensar en un evento en concreto, porque han sido muchos recuerdos. Lo que valoro, sobre todo, son esos momentos desarrollados en el tiempo a nivel personal con muchos pastores y hermanos de iglesias. A veces en situaciones de crisis y momentos difíciles, pudiendo intimar más. A pesar de que también esto también ocurre en momentos complicados, a veces, pero ayuda en esa profundización de las relaciones personales y con las iglesias, pudiendo conocer las situaciones que atraviesan las congregaciones.
“Recuerdo con gratitud al Señor y con emoción cuando se fue desarrollando el proceso de Misión Posible.”
Aprecio mucho la hospitalidad de tantos hermanos que me han recibido en sus casas. También recuerdo con gratitud al Señor y con emoción cuando se fue desarrollando el proceso de Misión Posible. El hecho de ver a gente joven con tanta valía y dones, sirviendo al Señor y con ganas. Eso es un recuerdo muy especial. También haber visto el desarrollo de los diferentes departamentos.A nivel internacional, también resalto los ocho años que serví como secretario general de la IFFEC, lo cual me dio un dimensión internacional de conocer a personas de otras culturas, a hermanos en el liderazgo en contextos muy diferentes al nuestro. De todo ello me llevo un recuerdo muy rico.
P: Han sido años en los que la sociedad ha sufrido profundos y rápidos cambios que, en cierta medida, imagino que también han afectado a la iglesia en España, como parte del contexto. ¿Cómo lo has vivido?
R: Algunos cambios han sido evidentes, pero no deja de ser un reto el saber identificar dichos cambios, porque vamos viviendo el día a día y llega un momento en que nos damos cuenta, sorprendidos, de que las cosas han cambiado. Pienso que ha sido un reto estar alerta para saber identificar los cambios y, sobre todo, discernir los retos que estos cambios han planteado a la iglesia.
El reto de la tecnología y de la comunicación ha abierto la puerta a influencias en el pensamiento de la iglesia a diversas corrientes y nuevos movimientos eclesiales dentro de la propia iglesia evangélica. Sin duda alguna, el hecho de saber discernir cómo todo esto está influyendo en la vida de la iglesia y en su testimonio es algo que me ha dado mucho que pensar.
Otro fenómeno, bien sabido, ha sido el aumento en el porcentaje de inmigrantes en nuestro país. Esto ha traído bendición, también para la iglesia. Pero, al mismo tiempo, el reto de la integración ha estado ahí. Esto se ha visto especialmente en nuestras iglesias en estos 25 últimos años.
El gran reto está, precisamente, en ese análisis. En el hecho de saber distinguir qué cosas deben cambiar y cuáles permanecer para que el mensaje de la iglesia sea fiel a la Palabra de Dios y, al mismo tiempo, aplicado de forma relevante a los tiempos que vivimos. Creo que esa tensión no siempre es fácil. A veces podemos olvidarnos de los principios de la Palabra de Dios, procurando una mayor adaptación a la realidad que vivimos, o puede ocurrir también al contrario. Así que el gran reto que afrontamos es saber discernir los cambios e interpretarlos y analizarlos a la luz de la Palabra de Dios para ver en qué cosas debemos cambiar y cuáles permanecer.
P: ¿Y cuáles son los retos que crees que deberá afrontar FIEIDE próximamente?
R: El reto más inmediato es el de la transición en algunos cargos en la federación. Rubén Miyar asumirá la responsabilidad de secretario general el próximo 1 de mayo, pero también Pedro Arbalat se jubilará en agosto y, por lo tanto, en un departamento tan importante como Evangelización y Misiones supondrá un reto para la persona propuesta que asume esta responsabilidad. Esto se une también al cambio en la secretaría administrativa de la federación, así que deseamos poder hacer en todo una transición adecuada para facilitar el trabajo de las personas que asumen estos cargos.
Creo que hay unas bases establecidas de trabajo en distintas áreas ministeriales en FIEIDE y ahora es el momento de un fuerte impulso en esas áreas. En el área de Evangelización y Misiones hay un gran reto en relanzar la obra evangelizadora y misionera de la federación. Se está trabajando en un plan estratégico de fundación de nuevas iglesias y el reto en los próximos años será impulsar esto.
En el área de la capacitación teológica también hay un gran reto por delante, que es la implementación del nuevo plan superior de estudios en teología. Está previsto que comience en septiembre y el equipo está trabajando a toda marcha para poder iniciarlo. Y, en particular, dentro de lo que son los distintos programas de la Escuela Evangélica de Teología, también destaco el hecho de impulsar el programa dual, de preparación y capacitación de nuevos pastores, que combina estudios teológicos con el ministerio pastoral. Llevamos unos años trabajando en este programa y es algo clave para la federación, así que impulsarlo es un reto.
Y también quiero resaltar el impulso en el área del ministerio de los jóvenes. El reto de llegar a la juventud con el evangelio, de capacitar a aquellos que son creyentes en el ministerio cristiano e integrarles en el ministerio de las iglesias. Creo que en esto todavía vamos un poco por detrás. Sería bueno poder ver a más jóvenes involucrados en el ministerio de la iglesia. Hay algunos en los que ya lo están, como es habitualmente el de alabanza, pero pienso que hay que ver cómo gente más joven asume el relevo en determinados ministerios. Esto es un reto importante.
P: Pensando en esto, ¿qué énfasis crees que se deberían priorizar a la hora de pensar en desarrollar el trabajo?
R: Debemos enfatizar el trabajo en equipo. En general, por nuestra cultura, somos bastante individualistas. También pensando en un federación como es FIEIDE, creo que el concepto de autonomía de la iglesia local no se debe ver reñido con la importancia de formar y trabajar en equipo. Hay que enfatizar mucho esto. En la iglesia local tenemos que aprender a trabajar más y más en equipo, pero también a nivel intereclesial. Estoy convencido de que la cooperación entre las iglesias locales es no solamente bíblica, sino profundamente necesaria en los tiempos que vivimos. Con los retos que estamos viviendo, la todavía relativamente debilidad en cuanto a número de la iglesia evangélica en España, tiene que abrirnos los ojos a ser iglesias mucho más cooperativas. Y en el seno de una federación como es FIEIDE eso tiene que ser intensificado. Siempre pienso que podemos hacer más juntos que separados. Así que hay que seguir enfatizando en el trabajo este aspecto de la cooperación intereclesial.
“Debemos enfatizar el trabajo en equipo. Creo que el concepto de autonomía de la iglesia local no se debe ver reñido con la importancia de formar y trabajar en equipo.”
También me parece muy importante el aspecto de la formación. Tenemos que darnos cuenta de que no solamente es suficiente la buena voluntad, sino que necesitamos formarnos, porque la sociedad en la que vivimos nos plantea enormes retos. Indudablemente estamos hablando, en particular, de la formación de los pastores, de los ancianos, de los diáconos en las iglesias, de los maestros de escuela dominical, del liderazgo de jóvenes, etc. La formación, en general, de todos. No podemos bajar la guardia en la importancia crucial de la enseñanza bíblica, sino que debemos formarnos en las distintas áreas en las que estamos sirviendo. Creo que esto tiene que seguir siendo un énfasis, y grande, en nuestras iglesias.A la hora de desarrollar el trabajo en las iglesias tenemos que ser proactivos en la inclusión de gente joven en esos equipos de trabajo. Será más o menos fácil, pero tenemos que trabajar en un plan estratégico para que los jóvenes vayan asumiendo responsabilidades en los distintos ministerios de las iglesias. Indudablemente, esto incluye también la formación. En resumen, resaltaría estos cuatro aspectos: el trabajo en equipo, la formación, la cooperación intereclesial y la inclusión de gente joven en el ministerio.
P: ¿Cuál es la visión que te gustaría legar después de todo este tiempo de ministerio?
R: Lo que me gustaría que pudiera quedar a la iglesia de legado, en cuanto a mi ministerio, es el énfasis en el hecho de “ser solícitos en guardar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz”. Utilizo las palabras del apóstol Pablo en Efesios 4:3. Es decir, la importancia fundamental de la unidad de la iglesia, como cuerpo de Cristo. Tanto a nivel local como a nivel intereclesial, en lo que ello supone de trabajo conjunto dentro del respeto a la pluralidad y de nuestra fidelidad a lo que entendemos que es la revelación en la Palabra del Señor. En otras palabras, procurar por todos los medios que vivamos en unidad, lo cual se debe traducir en una expresión visible de la koinonia cristiana en lo que somos, en lo que hacemos y en lo que compartimos.
Esto viene marcado por aquellas situaciones en las que he visto divisiones de iglesias en las que me ha tocado mediar y ver cómo tan fácilmente podemos quebrar la unidad de la iglesia. También, se debe a cierta preocupación porque no le damos la importancia que esto tiene. Creo que debemos ser más solícitos, más celosos en guardar la unidad de la iglesia que ha creado el Señor por medio de su Espíritu. Me gustaría dejar como legado, de alguna forma, esa lucha por la unidad de la iglesia y por procurar que trabajemos juntos en armonía.
P: En algunos países se habla de declive de las denominaciones. Por ejemplo, en Estados Unidos, el último Censo de la Religión Nacional señalaba que las iglesias que no se identifican con ninguna denominación han pasado del 5% durante la Guerra Fría al 30% en la actualidad. ¿Tienen futuro las denominaciones? ¿Cuál es?
R: Es una realidad que las lindes denominaciones, en general, van haciéndose cada vez más difusas. Esto lo prueba el hecho, por ejemplo, de que en nuestras iglesias un porcentaje importante de sus miembros no proceden de otras iglesias de FIEIDE, sino que hay personas que vienen de otras congregaciones agrupadas en otras denominaciones. A las personas, en principio, no les preocupa en exceso plantearse de qué denominación es una iglesia u otras. Hay otras cosas que se buscan cuando una persona se una a una iglesia. Siempre dentro de unos ciertos parámetros. Esto, según entiendo, se observa de forma particular en la generación más joven, lo cual apunta a que efectivamente esas lindes son cada vez más difusas.
“Las denominaciones tienen su papel que desarrollar y su utilidad, porque pueden y deben ser redes de cooperación en el trabajo.”
Hay nuevos movimientos y líneas de pensamiento que van llegando en este mundo interconectado que tenemos y todo ello afecta de una forma transversal a todas las denominaciones. Uno quisiera que no fuese necesario que existieran las denominaciones, pensando en el tema de la unidad en la iglesia, sino que todos fuéramos visiblemente un solo grupo. Pero no podemos borrar la historia. Está ahí y existe. No sé cuál es el futuro, pero, siendo honesto, tampoco me preocupa particularmente el futuro de las denominaciones porque el futuro de la iglesia está garantizado por el Señor de la iglesia. Eso es lo importante. No obstante, creo que las denominaciones tienen su papel que desarrollar y su utilidad, porque pueden y deben ser redes de cooperación en el trabajo que debemos desarrollar en el avance de la obra del Señor. En este sentido, es una red natural ya existente que facilita la comunicación, la cooperación, proyectos comunes y la aportación en el aspecto económico para poder desarrollar en esa red existente los proyecto que beneficien el avance de la iglesia del Señor.Como lema, en FIEIDE tenemos el siguiente: “Iglesias que cooperan en el avance de la Iglesia”. Creo que este debería ser el sentir a tener en una denominación. También puede haber un mayor grado de identidad y de cercanía, y es ese círculo más próximo en el que las iglesias pueden cooperar. Esto, por supuesto, no excluye la cooperación interdenominacional Debe existir y, gracias a Dios, existe. Pero las denominaciones tiene, no solo un sentido histórico, sino de identidad y de cooperación más cercanas. Esto es bueno.
Por un año más
Puedes encontrar más información en apoya.protestantedigital.com.
Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - ESPAÑA - “La cooperación entre las iglesias locales no solamente es bíblica, sino profundamente necesaria”