La religión del ateo

Convertido en religión y con biblia propia, surgen en el ateísmo los doce apóstoles, escritores, filósofos, científicos, artistas, dedicados a predicar mediante la escritura las malas nuevas, la inexistencia de Dios por todos los rincones del mundo.

22 DE ABRIL DE 2021 · 18:00

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Foto de Peter Burdon en Unsplash CC.

El teólogo norteamericano Arthur Gibson publicó en la Editorial Harper, de Nueva York, un libro titulado The Faith of the atheist. Traducido al español por Gregorio Gil y E. Callejones, la Editorial Sal Terrae, de Santander, lo publicó en español en 1971 con el mismo título, La fe del ateo.

Es la edición que manejo.

Gibson opina que el ateo se enzarza intensamente en los submisterios de lo religioso y termina fundando su propia religión, en la que el Dios del cristianismo no tiene cabida. Miguel de Unamuno, que de nada se sorprendía, interroga a Dios: “Señor, Señor, ¿por qué consientes que te nieguen los ateos?”.

El ateísmo utiliza el hecho religioso como forma superior para mantener sus convicciones. Suprime todos los elementos sobrenaturales del cristianismo y constituye su propio credo a base de negaciones. Es la religión de la razón, la negación, pero religión al fin y al cabo.

Que al día de hoy ciertas formas de ateísmo se han convertido en una nueva religión lo afirman especialistas en el tema.

Una religión que ha escrito su propia biblia.

El año 2007 la Editorial Harper–Collins, de Nueva York, publicó un volumen titulado The atheist Bible, con 208 páginas, recopiladas por el escritor ateo Joan Kanner. Esta ‘biblia’ está compuesta por pensamientos, frases y citas de ateos famosos. El éxito alcanzado por el libro fue fulminante. Se sucedieron las ediciones en inglés y fue traducida casi inmediatamente a 15 idiomas. También al español. Al año siguiente, 2008, la Editorial Barral la publicó en Barcelona muy bien traducida por Daniel Royo. La editorial advertía que se trataba de “una ilustre colección de pensamientos irrelevantes”.

Convertido en religión y con biblia propia, surgen en el ateísmo los doce apóstoles, escritores, ensayistas, novelistas, filósofos, científicos, artistas de reconocido prestigio en sus respectivas profesiones dedicadas a predicar mediante la escritura las malas nuevas, la inexistencia de Dios por todos los rincones del mundo. No aceptan la idea de la muerte de Dios, expuesta por Nietzsche en la segunda parte del siglo diecinueve en libros tales como La gaya ciencia, Así habló Zaratrustra, Más allá del bien y del mal, y otros.

Los nuevos apóstoles del ateísmo corrigen a Nietzsche y le dicen que Dios no ha muerto porque nunca estuvo vivo, jamás existió.

Entre los doce líderes del ateísmo mundial, figuran estos.

Uno: Thomas Paine, escritor estadounidense de origen inglés. Escribió un libro considerado como guía del ateísmo, La edad de la razón. Dice en La Biblia del ateo: “De todas las tiranías que afligen a la humanidad, la tiranía de la religión es la peor”.

Dos: Robert Ingersol, orador y abogado norteamericano. Hijo de un predicador, derivó hacia el ateísmo radical, que expone en libros como Por qué soy agnóstico, Los errores de Moisés y otros. En La Biblia del ateo escribe: “La idea de que la fe en Cristo será recompensada es demasiado absurda para refutarla”“Para mí soy un ateo, para Dios la oposición”.

Pero si cree que Dios no existe, ¿cómo puede ser su oposición? ¿Se está oponiendo a la nada?

Tres: François-Marie Voltaire. Filósofo francés. Colaborador de la famosa Enciclopedia iniciada por Diderot y D’Alembert. Expuso sus concepciones ateas en el Diccionario Filosófico de 1764. Dice en La Biblia del ateo: “El ateo conserva la razón, lo que le evita cometer errores, mientras que el fanático está aquejado de una locura continua que agudiza a los suyos”. ¿Quién es aquí el loco? ¿El que cree o el que no cree?

Cuatro: George Santayana, filósofo nacido en Madrid y criado en Estados Unidos. Los cinco tomos La vida de la razón y el libro La idea de Cristo en los Evangelios contienen su visión atea de la vida. En La Biblia del ateo, escribe: “Las religiones son los mayores cuentos de hadas de la conciencia… Mi ateísmo, como el de Spinoza, es auténtica piedad hacia el universo”.

Cinco: Bertrand Rusell, filósofo inglés. Defiende su ateísmo en libros como Por qué no soy cristiano, Religión y ciencia, Satanás en los suburbios y otros. En La Biblia del ateo afirma: “Si hubiera un Dios, creo muy improbable que tuviera la enojosa vanidad de sentirse ofendido porque haya personas que duden de sus creencias… Cuando me muera me pudriré, y nada de mí sobrevivirá”.

Seis: David Hume, filósofo escocés. Su ateísmo está plasmado en libros donde ataca sin misericordia a la religión, como La historia natural de la religión y Tratado de la naturaleza humana, entre otros. El tema lo repite en La Biblia del ateo, donde escribe: “Examinemos los principios religiosos que, de hecho, han prevalecido en el mundo. Es difícil no convencerse de que no son otra cosa que los sueños de unos enfermos”.

Siete: Alphonse–Françóis Donatien, conocido como Marqués de Sade. Se ha dado el nombre de sadismo a la más grave de las anomalías sexuales, que el autor describe en Las 120 journées. Su profesión del ateísmo, que destaca en Diálogo entre un cura y un moribundo, le creó fama de impío. En La Biblia del ateo dice: “La idea de Dios es el único error por el que no puedo perdonar a la humanidad”.

Ocho: Sinclair Lewis, escritor norteamericano, Premio Nobel de Literatura 1930. En su libro Elmer Gantry arremete contra la hipocresía religiosa y afirma su ateísmo. En La Biblia del ateo dice: “Es un error, creo, pensar que la religión es necesaria para hacer que valga la pena vivir… Dios me da la fuerza para no creer en Dios”.

Nueve: John Stuart Mill, filósofo inglés. Se dice de él que a los ocho años había leído muchos clásicos griegos y latinos. Su huida de Dios ha quedado localizada principalmente en dos de sus libros: La libertad y El sistema de lógica. En La Biblia del ateo escribe que “las obras más valiosas fueron producidas por hombres que conocían la fe de los cristianos y la rechazaban. …En sus preceptos, la moral cristiana tiene todos los rasgos de una reacción; predomina excesivamente el no harás tal cosa sobre el harás tal”.

Diez: Friedrich Nietzsche, filósofo alemán, autor de la teoría de la muerte de Dios. Ya mencionado en las primeras páginas de este artículo, después del citado libro La gaya ciencia emprendió un ataque directo contra la religión y la existencia de Dios. En La Biblia del ateo, escribe: “Me parece necesario lavarme las manos después de haber estado en contacto con el creyente”. En otro lugar del mismo libro, añade: “La única excusa de Dios es que Dios no existe”.

Once: Mark Twain, escritor norteamericano, autor del famoso libro Tom Sawyer. Las ideas religiosas de Twain, cargadas de contradicciones, como le ocurría a Unamuno, confundían a sus críticos. Unas veces admitía la existencia de Dios y cien veces la negaba. En La Biblia del ateo dice que la otra Biblia, la verdadera, contiene “ideas execrables, y un cúmulo de obscenidad, y miles de mentiras”. En el mismo libro añade: “Nada existe. Todo es un sueño. Dios, el hombre, el mundo… todo es un sueño. No existe nada excepto el vacío sideral”.

Doce: Ludwing Feuerbach, filósofo alemán. En sus libros La esencia del Cristianismo y Teogonía critica con fuerza ideológica todas formas de religión y niega la existencia de Dios. En La Biblia del ateo dice abiertamente: “Dios no existe. Es tan claro como la luz del sol y tan evidente como el día que Dios no existe y, aún más. Que no puede existir ningún Dios”.

Estos han sido y son los doce apóstoles de la religión atea. No han recorrido el mundo con sus predicaciones irreverentes, pero desde sus tronos de trabajo literario lo han inundado y continúan inundando al ser humano con sus epístolas ateas.

Discípulos de Cristo redactaron en el primer siglo un documento para preservar la unidad doctrinal de las iglesias que hoy conocemos como Credo apostólico o Símbolo de los apóstoles.

La religión del ateísmo, que tiene su biblia y sus apóstoles, también tiene su credo, concretado en diez puntos, a semejanza de los diez mandamientos que Jehová dictó a Moisés.

1. No creemos en la existencia de Dios.

2. No creemos que Dios sea autor del mundo físico, del mundo animal ni del mundo terrestre en concreto.

3. No creemos que Dios creara a la primera pareja humana.

4. No creemos que Jesucristo sea Dios.

5. No creemos en la Trinidad supuestamente formada por el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.

6. No creemos que la Biblia sea Palabra de Dios.

7. No creemos en la existencia del pecado. Cada persona responde al destino para el cual ha nacido.

8. No creemos que haya vida después de la tumba. La muerte es el final de todo.

9. No creemos que haya otra vida en el hipotético más allá junto a supuestos seres celestiales.

10. No creemos que exista el cielo, ni el infierno, no creemos en castigos ni en premios. Morimos y todo se termina definitivamente y para siempre.

Estas son las teorías religiosas del ateísmo. Una religión irracional, ciega, bruta y tiránica, sin acompañamiento para hoy, sin esperanzas para mañana.

Yo les propongo, señores ateos, el cambio y la conversión a la religión verdadera, la que Ernesto Renán, en un momento de juicio, definió como “la más elevada manifestación de la naturaleza humana, la más elevada y atrayente”; la religión de Cristo, el cristianismo del Nuevo Testamento.

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