¡Estoy más vivo que nunca!

Jesús ha dicho y es verdad:  "El que en mí cree tiene vida eterna"; y yo creí en Él y tengo vida eterna, y la empecé a disfrutar desde que le conocí.

28 DE NOVIEMBRE DE 2020 · 22:30

Imagen de <a target="_blank" href="https://unsplash.com/@dre0316?utm_source=unsplash&utm_medium=referral&utm_content=creditCopyText">Andre Hunter</a> en Unsplash.,
Imagen de Andre Hunter en Unsplash.

¡Estoy realmente emocionado porque estoy vivo, más vivo que nunca!

Reconozco que este poderoso sentimiento de gratitud y de esperanza se lo debo a mi Dios que me ha permitido descubrirme a mí mismo y saber quién soy, de dónde vengo y a dónde voy, y esto, aunque es mucho decir, es absolutamente cierto.

Hace casi cincuenta años que nací de nuevo y, a partir de ese momento, me apercibí de lo maravilloso que es vivir; no tanto por nuestra corta vida aquí en la tierra, sino por sentirme tan agraciado de haber recibido el impagable don de la vida eterna sin merecerlo en absoluto.

Cuando las palabras de Jesús penetraron en mi alma, siendo aún muy joven, cambiaron mi mundo y también, mi triste vida. Jesús ha dicho y es verdad:  "El que en mí cree tiene vida eterna"; y yo creí en Él y tengo vida eterna, y la empecé a disfrutar desde que le conocí. Esta es una vida que se prolonga hasta el infinito, es un volver al diseño original de Dios porque, en realidad, fuimos creados para vivir eternamente. Tal como dicen las Escrituras que solo en parte conocemos algunos vislumbres del mundo venidero, también sabemos que estaremos para siempre con el Señor y disfrutaremos de los propósitos eternos de Dios que todavía desconocemos en profundidad. ¡¿No es realmente emocionante?!

Muchas veces pienso que si yo no fuese quien soy y si no hubiese tenido la oportunidad de nacer y de vivir en esta vida, no habría podido conocer a mi Creador, al Todopoderoso. Aunque reconozco que desde nuestro embrión todos estamos contaminados por el efecto viral del pecado, también considero que esta bendición de nacer me ha brindado la gran oportunidad de reconocer que sin Él estoy completamente perdido y que, al reconciliarme con Dios mi Salvador, estoy recibiendo la impagable bendición de la vida eterna y esta vida está en su Hijo Jesucristo.

Lo único que estoy tratando de hacer ahora, es explicarme para que cualquier persona pueda entenderme acerca de lo que estoy diciendo respecto de la vida eterna. ¡Sí, me estoy refiriendo a una vida interminable, a la vida sin fin! Desde luego soy consciente que, para seres finitos y tan temporalizados como nosotros por causa de nuestras transgresiones y la consiguiente expulsión del Edén, es casi imposible pensar en clave de eternidad. Sin embargo, hoy descansaré con un sentimiento de inmensa gratitud porque tengo identidad propia, soy singularmente único y tengo conciencia de ser quien soy, además disfruto de la dicha eterna de haber conocido a Jesús el Autor de la Vida como redentor y restaurador de mi alma y de todo mi ser.

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - El Tren de la Vida - ¡Estoy más vivo que nunca!