Zarzas

Aquel pobre hombre tenía una familia muy religiosa, cumplidora de todos los preceptos cristianos de las diferentes confesiones, sin desmerecer ninguno.

Dando ya por perdido el cuerpo, por haber abusado del alcohol, el tabaco y de disfrutes más allá de sus posibilidades, la familia se entregó de lleno para asegurar el buen destino eterno de su alma.

Para ese fin entraron en contacto con el pastor más hábil en estos menesteres, encargado de conducir a los moribundos a puerto seguro en el más allá.

Todos expectantes rodeaban la cama del desahuciado, mientras el digno pastor acercó su cabeza al oído del agonizante.

Susurró el sabio unas palabras, tras lo cual los pechos de los familiares suspiraron aliviados.

Agradecidos lo despidieron ofreciéndole, café, pastitas y quizá alguna compensación económica.

El digno siervo de Dios lo desestimó todo y salió de aquella casa por piernas, como quien escapa de un campo entre zarzas.

Dejándole ya libre para estirar la pata, le hicieron un último examen.

— ¿Has hecho caso al pastor?

— Sí, me ha dicho que ore por él.

P.S. Versión sobre una escena de Un amigo extraordinario interpretada por Tom Hanks, película que recomiendo.

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