El insomnio

Aquella noche se le fue el sueño al rey Asuero.

Y ya era la tercera que pasaba en las mismas condiciones, sin poder pegar ojo.

Asistido por los médicos del reino fue advertido que sin dormir no se puede vivir.

Sin tardanza le proporcionaron unos brebajes que resultaron insuficientes.

Buscando cómo pasar las horas nocturnas en vela, dijo que le trajesen el libro de las memorias y crónicas, y que las leyeran en su presencia.

Entonces hallaron escrito que Mardoqueo había denunciado el complot de Bigtán y de Teres, dos eunucos del rey, de la guardia de la puerta, que habían procurado poner mano en el rey Asuero.

Y dijo el rey: ¿Qué honra o qué distinción se hizo a Mardoqueo por esto? Y respondieron los servidores del rey, sus oficiales: Nada se ha hecho con él.

El resto de la historia está relatada en el libro de Ester, de cómo se libró Mardoqueo de la horca preparada por Amán y cómo fueron invalidadas las consecuencias del edicto que era contrario al pueblo judío.

Gracias a aquella noche de insomnio del rey Asuero, miles de judíos fueron librados de la muerte.

Se dice que Dios en ocasiones habla a través de los sueños, pero en esta historia también se contempla que Dios nos pueda hablar en las noches de insomnio, no lo desestimemos.