La moscarda
Me atacó una furiosa moscarda dirigiéndose en picado contra mi ojo izquierdo.
21 DE MAYO DE 2020 · 23:20

Nada más recibir la bronca de un vecino al que le produje unas humedades en el techo, lo despedí y al dirigirme hacia la cocina empecé a tambalearme con un extraño mareo de procedencia dudosa.
Entonces me atacó una furiosa moscarda dirigiéndose en picado contra mi ojo izquierdo del que había tenido molestias. Pero, ¿qué le hecho yo a esa mosca?
Fue entonces cuando recordé de mi infancia a mi madre emprender carreras contra las moscardas que amenazaban con dejar sus cagadas sobre los alimentos.
Intenté atraparla. Cogí el matamoscas eléctrico y airado quise acertarle de lleno. Pero lo que alcancé fue la radio a la que escacharré la antena. Quedó torcida e inservible. Pero pasó lo siguiente.
Socorriendo la radio, dejé el matamoscas sobre la mesa y al girarme vi que la moscarda reposaba tranquila sobre él como condenada lista para la ejecución. Apretar el botón habría bastado para determinar su final por electrocución, pero prefería algo más pasional y directo, me empleé de lleno y le di un manotazo dejándola aplastada.
Murió aquel espíritu negruzco y adverso. Murió la moscarda. ¡Vencí, vencí de nuevo!
Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Cuentos - La moscarda