¡Sonríele a la vida!

«Tu tierra está llena de trigo y de mosto; tus cielos destilan rocío. ¡Sonríele a la vida!». (Deuteronomio 33:28-29)

Moisés está a punto de irse con el Señor después de 120 años de vida y una de las últimas frases que le dice al pueblo es: «Sonríele a la vida, ¿quién como tú, pueblo escogido por Dios?». 

Es curioso, porque después de más de cincuenta años asistiendo a centenares de iglesias en todo el mundo, jamás he escuchado una predicación sobre ese versículo. Creo que esa es una de las razones de la tristeza que a veces arrastra el pueblo de Dios. 

Tenemos que sonreírle a la vida. ¿Cuál es la razón? ¿Lo que somos o lo que hacemos? ¿El hecho de que las circunstancias vayan bien? ¡No! La clave es no olvidar nunca que Dios nos creó, que nos ama y que podemos vivir cada momento con él. Su carácter y sus obras son tan extraordinarios que no podemos hacer otra cosa que vivir disfrutando con Él. 

En cierta manera, no nos importan las circunstancias, por muy crueles que parezcan ser. Fuimos diseñados para sonreírle a la vida y para bendecir a todos los que están con nosotros. Somos el pueblo de Dios, así que todos tienen que ver cómo amamos y disfrutamos con nuestro Padre.

Sea lo que sea por lo que estás pasando ahora, sonríele a la vida. Dios está contigo