Atrapado todo el tiempo

Nosotros decidimos si vamos a estar toda la vida atrapados en el fango o si aprendemos a volar por encima de las circunstancias. 

29 DE JULIO DE 2024 · 08:00

Imagen de <a target="_blank" href="https://unsplash.com/es/fotos/reloj-de-pared-redondo-blanco-y-marron-cUz6Nfi6tBY#:~:text=Foto%20de-,Srikanta%20H.%20U,-en%20Unsplash">Srikanta H. U.</a>, Unsplash.,
Imagen de Srikanta H. U., Unsplash.

La película Atrapado en el tiempo (Groundhog day), fue dirigida por Harold Ramis y protagonizada por Bill Murray y Andie MacDowell. Trata sobre un periodista que va a cubrir la fiesta de la marmota, y todos las mañanas se despierta en el mismo día. No tiene manera de seguir adelante: un día se enfada, otro intenta ganar dinero para su provecho, en el siguiente controlar a las personas para satisfacer sus deseos, etc. pero todo sigue igual. Incluso se quita la vida en varias ocasiones, pero a la mañana siguiente vuelve a encontrarse en el mismo día. Por fin, decide disfrutar cada día y hacer el bien a todos… ¡y entonces ocurre el milagro! la chica por la que había luchado tanto (incluso queriendo ganarla por medio de engaños), se enamora de él y al día siguiente es libre de esa maldición. El tiempo vuelve a transcurrir normalmente.

En cierta manera es como una parábola de nuestra vida. Si cada vez que nos levantamos (sea el día que sea), pensamos en nuestro propio provecho, en lo que irá mejor para nuestros intereses, y en engañar, si hace falta, a quién sea para conseguir nuestros objetivos, viviremos atrapados siempre. Cuando decidimos bendecir a los que nos rodean como si fuera el último día de nuestra vida, nos sentimos inmensamente libres y comenzamos a disfrutar de la vida. 

Hay personas que parecen estar buscando siempre un motivo para pelear, para expresar su ira, para dejar claro que tienen razón. Lo podemos comprobar nada más salir de nuestra casa en la cantidad de discusiones que vemos (¡o incluso en las que nos metemos nosotros!) por cualquier situación. El mismo tráfico nos lleva a enfrentarnos a todos: no hace mucho leía el caso de un hombre que acuchilló a un desconocido hasta matarlo, en una ciudad española, simplemente porque comenzaron a discutir sobre quién tenía la prioridad de paso con su coche. Podríamos hablar de cientos de situaciones así, en el trabajo, en la familia, en la ciudad, etc.

Todos tenemos que decidir cómo vamos a vivir: por una parte, podemos estar atrapados en una vida sin sentido; repitiendo el mismo “día” porque las cosas que hacemos son siempre iguales y queremos hacer valer nuestros derechos caiga quién caiga, sin importarnos pasar por encima de los demás para sacar provecho en todas las situaciones. O, al contrario, podemos comenzar a bendecir a todos. Despertarnos pensando que, de la misma manera que Dios nos ama a nosotros, vamos a expresar nuestro amor a quién lo necesite. Puede que a algunos les suene algo incluso cursi, pero nosotros decidimos si vamos a estar toda la vida atrapados en el fango o si aprendemos a volar por encima de las circunstancias. 

El desafío que Dios nos deja es muy claro: “Procuremos ayudarnos unos a otros a tener más amor y hacer el bien”(Hebreos 10:24). Si tomáramos la decisión de comenzar así cada día, el mundo sería muy diferente… Y nuestra vida también porque, en primer lugar, dejaríamos de vivir atrapados.

 

 

Por un año más
¡Protestante Digital te necesita! Tenemos por delante un gran reto económico. Por eso, hoy te invitamos a ser parte comprometida de esta misión y desafío para asegurar y potenciar la continuidad de Protestante Digital y Evangelical Focus en 2024.

Puedes encontrar más información en apoya.protestantedigital.com.

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Con otro ritmo - Atrapado todo el tiempo