“Si de algo seguro estoy,
que del cielo me enviaron
esa hija que soñé…”

Esas son las primeras líneas de la canción de Miguel Ángel Guerra, “Besos de mariposa”. Muchos padres se reconciliaron con sus hijas después de escucharla; la canción recorre la vida de una hija, el cariño de su padre por ella, y los sentimientos encontrados cuando ella se casa y tiene que dejar el hogar."/>

A propósito de Henry

“Si de algo seguro estoy,
que del cielo me enviaron
esa hija que soñé…”

Esas son las primeras líneas de la canción de Miguel Ángel Guerra, “Besos de mariposa”. Muchos padres se reconciliaron con sus hijas después de escucharla; la canción recorre la vida de una hija, el cariño de su padre por ella, y los sentimientos encontrados cuando ella se casa y tiene que dejar el hogar.

11 DE OCTUBRE DE 2007 · 22:00

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Miguel Ángel, que fue vencedor de una de las ediciones del Festival de la OTI, dijo un día en una entrevista: “El poder que puede tener una canción es impresionante” Las relaciones entre padres e hijos es una de las sorpresas que nos descubre la película “A propósito de Henry” protagonizada por Harrison Ford. El argumento principal del film es lo que le sucede a un hombre muy famoso, abogado emprendedor y con un carácter más bien difícil, cuando le pegan un tiro en un atraco, y eso le afecta al cerebro. Tiene que volver a aprender a hacer todo, desde lo más sencillo, y en el proceso se convierte en una persona diferente, familiar, amable, que se preocupa por los otros y toma la vida de una manera diferente. Cuando descubre algunos sucesos de su pasado, le dice a su cuidador “No me gusta el tipo de persona que yo era” Al final de la película va a recoger a su hija que tiene en un internado para llevarla a casa y verla crecer. Cuando le dicen que eso va a alterar mucho sus planes para el futuro, él contesta: “Ya he perdido once años de la vida de mi hija, y no quiero perderla más tiempo”. No hay nada más importante que dedicar tiempo a nuestra familia y a nuestros niños. Todo pasa y poco a poco va perdiendo su trascendencia, pero las horas que pasamos con los nuestros permanecen para siempre. Las sonrisas y los juegos jamás están de sobra. Los abrazos son eternos. Las caricias llegan hasta el fondo el alma. Las palabras bien dichas nos dan fuerza para el futuro, nos ayudan a soñar y llegar mucho más allá de lo que pensamos. Si estamos dedicando tiempo a todo menos a nuestra familia, quizás no somos el tipo de persona que debemos ser. Tarde o temprano vamos a arrepentirnos de los días que pasaron. Hoy es el día de abrazar, de escuchar, de acariciar, de mirar a los ojos de los que queremos, de brindarles nuestra ayuda y sonreírles de todo corazón. Hoy es un día que no podemos perder. Este es el momento de dejar muchas cosas a un lado y ocupar nuestra vida con aquellos a quienes amamos. Y si tu familia está lejos, intenta llamarlos, escribirles, hacerles llegar de alguna manera tu cariño y tu abrazo. No pierdas más tiempo.

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Con otro ritmo - A propósito de Henry