La sanguijuela en la Biblia

Entre los proverbios bíblicos que se refieren a las cosas insaciables de la naturaleza, figura la sanguijuela que, sería un animal que nunca tiene bastante alimento.

23 DE DICIEMBRE DE 2021 · 20:10

Se conocen más de 600 especies distintas perfectamente identificadas. Aunque solamente unas quince han sido utilizadas por el hombre con fines medicinales./Antonio Cruz.,
Se conocen más de 600 especies distintas perfectamente identificadas. Aunque solamente unas quince han sido utilizadas por el hombre con fines medicinales./Antonio Cruz.

La sanguijuela tiene dos hijas que dicen: ¡Dame! ¡dame!  (Pr. 30:15)

La palabra hebrea aluqah, עֲלוּקָה, viene de una raíz que significa “chupar” y se refiere a la sanguijuela. Fue traducida al griego en la versión bíblica de la Septuaginta como bdella, βδέλλα y al latín de la Vulgata como sanguisuga, que es sanguijuela.

Únicamente se menciona una vez en la Biblia, en el libro de Proverbios, y probablemente se refiere a la especie conocida vulgarmente como sanguijuela de caballo (Haemopsis sanguisuga), que es de grandes dimensiones  y muy común en Israel así como en otros países del Oriente Medio.

Este nombre genérico (Haemopsis) significa “acción de beber sangre” ya que se trata de una especie realmente insaciable capaz de chupar al ser humano de forma continuada hasta 16 gramos de sangre.

A pesar de llamarse vulgarmente “sanguijuela de caballo”, es completamente inofensiva para este animal y para el resto de los mamíferos ya que el reducido tamaño de sus mandíbulas le impide perforar las gruesas pieles de éstos.

Habitualmente se alimenta de larvas de insectos y pequeños peces, anfibios y caracoles que detecta químicamente por los rastros que dejan en el agua. Presenta una coloración que puede variar de verdosa a marrón oscura o gris pizarra y un tamaño de hasta 15 centímetros.

Las sanguijuelas son gusanos hirudíneos pertenecientes a los anélidos como las lombrices de tierra. Pero se diferencian de ellas por poseer dos ventosas, una en cada extremo del cuerpo. Se conocen más de 600 especies distintas perfectamente identificadas.

Aunque solamente unas quince han sido utilizadas por el hombre con fines medicinales. La especie mejor conocida es la Hirudo medicinalis o sanguijuela medicinal.

Antiguamente fueron muy utilizadas en medicina porque se creía que al extraer sangre del cuerpo humano podían curar ciertas enfermedades. Su uso para fines médicos se conoce desde hace más de tres mil años.

En 1833, Francia importó más de 40 millones de sanguijuelas para tratar dolencias como el delirium tremens, la locura, ciertas afecciones de la piel, tumores, tosferina, gota, obesidad y muchas otras.

Algo que hoy puede hacernos sonreír pero que, en aquellos tiempos en los que se desconocían los antibióticos, los médicos se tomaban muy en serio.

De ahí que no resulte extraño que, en el siglo XIX, a los cirujanos se les llamase precisamente así: ¡sanguijuelas! Todavía en la actualidad, la terapia con sanguijuelas es una práctica recomendada por los amantes de la medicina natural.

La sanguijuela en la Biblia

 El tamaño de las distintas especies de sanguijuelas oscila entre unos pocos milímetros y hasta los 15 cm de la sanguijuela de caballo. / Antonio Cruz.
 

Se usan sobre todo para combatir la artritis y los procesos inflamatorios, tanto en animales como en las personas, entre otras muchas dolencias.

La mayor parte de las especies de sanguijuelas son de agua dulce, aunque también hay especies marinas y terrestres. Nadan mediante ondulaciones de su cuerpo, o bien pueden desplazarse adhiriéndose alternativamente al sustrato con cada ventosa.

Muchas son parásitas de diferentes especies animales, como peces, anfibios o mamíferos, y también hay algunas que pueden atacar al ser humano. Se pegan a la piel y con sus tres afiladas mandíbulas hacen una pequeña incisión en forma de “Y” griega.

Al mismo tiempo, inyectan su saliva que contiene una sustancia anestésica, otra que impide la coagulación de la sangre y una tercera que causa la dilatación de los vasos sanguíneos.

De este modo, algunas especies antes de desprenderse son capaces de succionar una cantidad de sangre equivalente a diez veces su propio peso.

No obstante, el principal peligro que supone la mordedura de la sanguijuela no es la pérdida de un poco de sangre, sino la posible infección bacteriana que puedan producir.

Uno de los inconvenientes de beber agua de fuentes o manantiales naturales no tratados es precisamente el hecho de que se pueda tragar accidentalmente alguno de estos animales.

Pues, si se fijan a las mucosas de la boca, garganta o nariz, al hincharse de sangre pueden provocar asfixia o causar hemorragias internas. En países del Próximo Oriente y en la India, muchos animales domésticos (como vacas, caballos y perros) mueren cada año de esta manera.

Tradicionalmente, a las personas egoístas o ávidas de dinero, que poco a poco van apoderándose de los bienes de otros, se les ha llamado también “sanguijuelas”.

Este es precisamente el sentido que tiene el único versículo de la Biblia -señalado al principio- en que se menciona a tal animal.

En efecto, entre los proverbios que se refieren a las cosas insaciables de la naturaleza, figura la sanguijuela que, según la perspectiva de su autor, sería un animal que nunca tiene bastante alimento. Al parecer, el nombre hebreo para sanguijuela equivale a una insistente petición: “¡dame, dame!”.

La Biblia condena en repetidas ocasiones tanto la avaricia como la usura. En el libro de Levítico, Dios dice: “y cuando tu hermano empobreciere y se acogiere a ti, tú lo ampararás; como forastero y extranjero vivirá contigo. No tomarás de él usura ni ganancia, sino tendrás temor de tu Dios, y tu hermano vivirá contigo. No le darás tu dinero a usura, ni tus víveres a ganancia” (Lv. 25: 35-37).

Y, en Proverbios (28: 8): “El que aumenta sus riquezas con usura y crecido interés, para aquel que se compadece de los pobres las aumenta”. De manera que según la Escritura, la persona justa se distingue del resto de la gente porque no especula, ni trafica con la necesidad ajena. Es decir, porque no actúa como una sanguijuela.

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Zoé - La sanguijuela en la Biblia