Los ibis y el dios egipcio Thoth

El ibis sagrado era venerado en Egipto, pero las prescripciones del Levítico lo consideraba inmundo.

03 DE ABRIL DE 2020 · 21:20

El ibis sagrado tiene el cuello, la cabeza y el pico de color negro intenso, así como las patas y los extremos de las alas. / Antonio Cruz.,
El ibis sagrado tiene el cuello, la cabeza y el pico de color negro intenso, así como las patas y los extremos de las alas. / Antonio Cruz.

(…) el búho, el somormujo, el ibis, (Lv. 11:17)

El término “ibis” es el nombre común que se le da a unas 30 especies distintas de aves zancudas, con el cuello largo y el pico curvado hacia abajo, pertenecientes a la familia Threskiornithidae, que incluye también cigüeñas, garzas y espátulas.

La palabra hebrea yanshuph, que aparece en el Antiguo Testamento (Lv 11:17; Dt. 14:16), probablemente se refiere a alguna de tales especies, que eran conocidas por los hebreos, ya que estaban presentes en Egipto y en Tierra Santa, como el ibis sagrado (Threskiornis aethiopicus) o el morito común (Plegadis falcinellus).

El ibis sagrado era venerado en Egipto ya que se creía que era una encarnación del dios Thot, quien supuestamente llevaba el historial de cada persona.Esta divinidad aparece en pinturas, relieves y esculturas, siempre con cuerpo humano y cabeza de ibis.

Los ibis sagrados y otras zancudas deambulaban libremente por los templos ya que entre los muchos animales que consumían, estaban las serpientes, que eran así eliminadas de los habitáculos humanos.

También momificaban ibis y los sepultaban en las tumbas de los faraones para que registraran su viaje final a la vida futura.

En la ciudad de Hermópolis, que estaba dedicada a su culto, se han encontrado numerosas momias de esta ave, así como también en Tebas, Menfis y otros lugares.

Como los ibis sagrados aparecían en Egipto en la época de la crecida anual del Nilo, para alimentarse de la abundancia de peces, moluscos y crustáceos en las zonas inundadas, así como para criar a su pollos, y desaparecían después cuando las aguas volvían a su cauce habitual, los egipcios los relacionaban con el origen de la vida.

Sin embargo, el punto de vista de los hebreos acerca de estas aves era muy distinto, las prescripciones del Levítico las consideraban inmundas. Probablemente esta consideración ritual no sólo se debía a sus hábitos alimenticios sino también a las connotaciones paganas que tenían.

El ibis sagrado es oriundo de Asia y África, sin embargo actualmente no suele reproducirse en Egipto y sólo se le encuentra en estado natural al sur del desierto del Sahara y al sureste de Irak.

No obstante, ha sido introducido por el hombre en Francia, Italia, España, Taiwan y los Estados Unidos, lo cual ha generado problemas ambientales.

Vive a orillas de los ríos y lagos asociándose fácilmente con otras especies de aves acuáticas, como cigüeñas, moritos, marabúes, etc.

Debido a su capacidad para colonizar y adaptarse a otros territorios, constituye una amenaza para especies autóctonas como la garcilla bueyera y la garceta común ya que devastan sus colonias de cría.

En España, por ejemplo, se incluyó en el Catálogo de Especies Exóticas Invasoras, en al año 2013, ya que fueron vistos algunos ejemplares en libertad que probablemente escaparon de parque zoológicos europeos, por lo que, desde entonces, está prohibida su introducción en el medio natural, así como su posesión, transporte o comercio.

Otra especie de ibis presente en Tierra Santa es el morito común (Plegadis falcinellus) ya que es propia de Eurasia, África, Australasia, el Caribe y la costa atlántica norteamericana. Su coloración es casi negra, aunque de cerca muestra reflejos de color bronce y rojo cobrizo oscuro.

Los ibis y el dios egipcio Thoth

Ejemplar de morito común buscando pequeños invertebrados acuáticos a orillas del Jordán. Es el único que aparece también de forma natural en el sur de Europa. / Antonio Cruz. 
 

En inglés se le llama vulgarmente “ibis lustroso” (glossy ibis) ya que sus plumas brillan cuando les da el sol. El pico es largo, fino y curvado hacia abajo como en todas las especies de ibis.

Su silueta oscura es inconfundible mientras vadea y busca alimento en la orilla del agua del cauce del Jordán o de los humedales de Israel, donde reside durante todo el año.

Cuando vuelan en bandadas suelen hacerlo siguiendo líneas onduladas. Pueden alcanzar una envergadura alar de 105 cm y son muy silenciosos.

Otra especie de ibis que probablemente pudieron conocer los hebreos de los tiempos bíblicos es el ibis eremita (Geronticus eremita) ya que era propia de Europa, Oriente próximo y África.

Sin embargo, actualmente está en peligro crítico de extinción pues sólo cuenta con pequeñas poblaciones al suroeste de Marruecos (cerca de Agadir), en el desierto de Palmira (Siria) y en Turquía (Birecik).

Hay planes para criarlo en cautividad o semicautividad y ha sido reintroducido en Andalucía y Austria. Su plumaje es negro con reflejos metálicos verdes y púrpura.

Los adultos tienen la cabeza sin plumas y de color rojo como el pico. De la nuca le salen unas largas plumas colgantes. Son algo más grandes que el morito común.

El ibis eremita (Geronticus eremita) aparece en repetidas ocasiones en los jeroglíficos del antiguo imperio egipcio. Era uno de los animales más sagrados y se consideraba la encarnación del dios Thoth, una divinidad benefactora cuya benevolencia hacia los humanos supuestamente quedaba demostrada por la afición de esta ave a devorar serpientes venenosas.

Los ibis y el dios egipcio Thoth

El ibis eremita es una especie que en tiempos bíblicos era frecuente en el Creciente Fértil. Actualmente está el peligro crítico de extinción. El ejemplar de la imagen fue fotografiado en la Reserva de Fauna Africana de Sigean (Francia), donde se intenta su reproducción. / Antonio Cruz.
 

Sin embargo, tales creencias politeístas de Egipto repugnaban a los hebreos esclavizados en dicho país. Ellos eran conscientes de tener un Dios celoso que exigía exclusividad.

De ahí que en el libro de Deuteronomio se diga: “A Jehová tu Dios temerás, y a él solo servirás, y por su nombre jurarás. No andaréis en pos de dioses ajenos, de los dioses de los pueblos que están en vuestros contornos; porque el Dios celoso, Jehová tu Dios, en medio de ti está; para que no se inflame el furor de Jehová tu Dios contra ti, y te destruya de sobre la tierra.” (Dt. 6:13-15).

De la misma manera, el Señor Jesús en el Nuevo Testamento le dijo al diablo: “Al Señor tu Dios adorarás, y a él solo servirás” (Mt. 4:10). Adorar a Dios es servirle de todo corazón y con exclusividad.

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