Lo que limpia

Los judíos solían quemar la sosa alacranera y, después, mezclaban sus cenizas con aceite para elaborar una especie de jabón líquido.

07 DE FEBRERO DE 2020 · 06:25

La sosa alacranera es probablemente la planta jabonosa más usada para lavar que empleaban los hebreos de los tiempos bíblicos Aparece ya en el Antiguo Testamento y todavía hoy sigue siendo abundante en Israel. / Antonio Cruz.,
La sosa alacranera es probablemente la planta jabonosa más usada para lavar que empleaban los hebreos de los tiempos bíblicos Aparece ya en el Antiguo Testamento y todavía hoy sigue siendo abundante en Israel. / Antonio Cruz.

La palabra hebrea, borith, que aparece en varios pasajes del Antiguo Testamento (Job 9:30; Jer. 2:22 y Mal. 3:2) y que se ha traducido en las diversas versiones bíblicas por “la limpieza”, “lo que limpia”, “jabón”, “lejía”, etc., no se refiere al concepto actual de jabón (como pastillas o polvos detergentes) sino a un vegetal abundante en Israel que poseía ciertas sustancias (álcalis) capaces de generar espuma y lavar bien los tejidos.

Era una planta común en marismas o zonas pantanosas, por lo que resultaba fácil de conseguir y eficaz para lavar la ropa, así como para el aseo personal.

Son varias las especies susceptibles de generar álcalis jabonosos, pero una de las más abundante en Tierra Santa es la sosa alacranera (Arthrocnemum macrostachyum), que pertenece a la familia de las Amaranthaceae.

Se trata de un arbusto perennifolio muy ramificado capaz de alcanzar el metro y medio de altura. Parece no tener hojas, aunque en realidad sí las tiene, lo que ocurre es que son sésiles y muy pequeñas.

Lo que limpia

La hierba jabonera o sosa alacranera puede formar espesos matorrales, de hasta un metro y medio de altura, junto a las lagunas frecuentadas por aves acuáticas. / Antonio Cruz.
 

Habita en terrenos salados con abundante agua, como las salinas costeras o los lechos arcillosos de ríos y torrentes. Se distribuye por toda la región mediterránea desde el norte de África al Sahara y desde el Atlántico hasta Asia Menor.

Los judíos solían quemar la sosa alacranera y, después, mezclaban sus cenizas con aceite para elaborar una especie de jabón líquido. A esto es a lo que se refieren las expresiones bíblicas “jabón de lavadores” o “lejía de lavanderos” (Mal. 3:2).

A pesar de la maldad propia del ser humano y de su continua rebeldía contra Dios, Él se muestra paciente y misericordioso.

Las promesas del Antiguo Testamento acerca de que enviará a un mensajero, se dirigen hacia el Señor Jesús del Nuevo. Aunque Dios es ante todo un Dios de juicio y castigo, también es misericordioso y tiene prevista una respuesta de purificación y redención final para todo aquél que se arrepiente y se entrega sin reservas a Él. 

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Zoé - Lo que limpia