El desnudo de la medianoche

Meditando sobre enriquecimiento espiritual a través de un personaje poco conocido: el joven que huyó desnudo allí en Getsemaní.

12 DE MARZO DE 2021 · 18:45

,

Por Isaías y Lautaro Silva

Uno de los pasajes más llamativos y escasamente citados en las Escrituras es el del "discípulo desnudo". ¿Cómo es eso? ¡Sí, así como lo lees! En el contexto del arresto nocturno a Jesucristo en el Getsemaní, Marcos nos cuenta que todos los discípulos abandonaron a su Maestro prendido. No obstante, uno fue el que permaneció más tiempo.

A través de este personaje, desprenderemos algunas lecciones sobre nuestro discipulado. Pero antes, vamos a recordar este episodio: "Entonces todos los discípulos, dejándole, huyeron. Pero cierto joven le seguía, cubierto el cuerpo con una sábana; y le prendieron; mas él, dejando la sábana, huyó desnudo" (Marcos 14:50-52).

Debemos reconocer que mucho se ha supuesto sobre la identidad de este joven. Algunos argumentan que fue el mismo autor (Marcos) dejando su sello literario modesto de su participación en la detención de Jesús. Otros opinan que fue Juan, mientras que muchos otros se animan a pensar que se trataba de una alegoría del autor para representar lo que iba a pasar con Cristo. De todas maneras, nunca podremos estar seguros de quien se trataba. Pero lo que sí nos importa es extraer tres lecciones útiles sobre nuestra vida cristiana. Arranquemos...

 

Discípulos desnudos

El texto no nos aclara la razón por la cual este hombre estaba semidesnudo. Pero podríamos inferir que tal vez se encontraba descansando y, al escuchar el alboroto de la multitud en medio de la noche, inmediatamente fue y se acercó a Jesús sin importar como estaba exteriormente o la vergüenza que podría pasar frente a todos. Admirable. Ahora bien, trasladándolo a nuestros tiempos, también se nos pide lo mismo: Buscar a Jesús tal cual somos.

Necesitamos despojarnos de nuestras ropas de orgullo, porque en la vida cristiana, la muerte al yo no es una opción sino una necesidad. Además, existe una falsa creencia que sostiene que por más jerarquía eclesiástica o experiencia religiosa tengamos, más podríamos acercarnos a Jesús. ¡Mentira! Puedes seguirlo tal cual eres, teniendo solo una sábana, e incluso nada. El reto es abrirle tu corazón y reconocerte ante Él, sin autoengaños ni orgullo. ¿Cómo te encuentras hoy? Para construir un verdadero discipulado, primero hace falta una evaluación espiritual diaria y progresiva.

 

Discípulos nocturnos

En el versículo 51 leemos que este joven siguió a Jesús. Tal vez este sea el verbo más fuerte y con una carga especial en el relato. A fin de cuentas, esto lo terminaría transformando en un "discípulo"[1]. Es una clara comparación con los otros discípulos que lo dejaron, lo abandonaron. Un detalle para atender es que a este joven no le importó el clima ni la noche (el texto mismo nos da estos detalles)[2]. Él lo siguió. Esto permite reflexionar que nuestra vida está cargada muchas veces de noches. Pero es ahí donde tenemos que aferrarnos más a Jesús. No solo en el triunfo; también en los problemas. El discipulado no es disfrutar solamente los milagros que Dios hace en tu vida y en la de los demás. También cuando podríamos sufrir persecución o desavenencias.

Pero, ¿sabes algo? Lamentablemente no podríamos tomar el 100% del testimonio de este “joven desnudo" para nuestra espiritualidad. Porque si bien marcó una diferencia sobre los otros al estar unos instantes más junto a su Maestro, terminó huyendo como los demás discípulos al ser prendido y señalado. Qué triste. Todo lo bello y constructivo que nos dejó este muchacho se terminó derrumbando en solo una palabra, un verbo. "Huyó". ¡Qué sabor amargo deja esa palabra!

 

Conclusión

Por desgracia, hoy cuesta más ser un discípulo "full time". Muchos son cristianos de unos instantes más. Pero pocos permanecen con Jesús firmes. Por eso es imprescindible plantearse si verdaderamente estamos con Jesús toda la noche. O si somos como los primeros discípulos que lo abandonaron a la primera, o como el desnudo que no aguantó ser prendido y menospreciado por otros.

Dios no necesita solamente nuestra sábana, que también podría significar lo que tenemos materialmente para darle. Él nos necesita a nosotros. Renunciemos a un cristianismo frío y materialista y acerquémonos confiados, pero para permanecer por siempre. Podríamos finalizar con las siguientes palabras de Elena de White:

"El Señor requiere de nosotros que cumplamos los deberes de hoy, y soportemos sus pruebas. Hemos de velar hoy para no ofender ni en palabras ni en hechos. Debemos alabar y honrar a Dios hoy. Por el ejercicio de una fe viva hoy, hemos de vencer al enemigo. Debemos buscar a Dios hoy, y estar resueltos a no permanecer satisfechos sin su presencia. Debemos velar, obrar y orar como si éste fuera el último día que se nos concede".[3]

 

Isaías y Lautaro Silva – Escritores freelance – Argentina

 

¿Quieres escribir en Tu Blog? Infórmate aquí.

 

 

 

[1] El verbo en griego para seguir es “akoloutheō” y es usado frecuentemente para indicar la acción propia de un discípulo.

[2] Mr. 14:30, 54; Mr. 15:1.

[3] Elena de White, Joyas de los Testimonios, tomo 2 (Buenos Aires: ACES, 1979) 59, 60.

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Tu blog - El desnudo de la medianoche