40 datos random sobre la Biblia (1)

Esta es la primera parte de esta lista sin orden ni jerarquía.

26 DE MAYO DE 2024 · 09:20

Imagen de <a target="_blank" href="https://unsplash.com/es/@herrmannstamm">Herrmann Stamm</a>, Unsplash.,
Imagen de Herrmann Stamm, Unsplash.

Esta es la primera parte de esta lista sin orden ni jerarquía: 40 curiosidades sobre el libro más influyente de todos los tiempos:

1. Apocalipsis nunca menciona al “anticristo”. Aunque habla de bestias, un dragón, una prostituta y un falso profeta, el libro de Apocalipsis nunca menciona al “anticristo”. La palabra griega ἀντίχριστος se menciona 4 veces en la Biblia y todas están en las cartas de Juan, que dice: «El Anticristo viene, y ya han surgido muchos anticristos» (1 Jn. 2:18). ¿Y cuál es la señal para reconocerlo? Según Juan hay 2: es el que «dice que Jesús no es el Cristo» (1 Jn. 2:22) y que «no confiesa que Jesucristo ha venido en carne» (1 Jn. 4:3; 2 Jn. 7).

2. “Maranatha” puede significar algo futuro o algo pasado. La palabra Maranatha, que aparece en 1 Corintios 16, es una transliteración griega de una expresión aramea compuesta; y dependiendo de cómo separemos las palabras, se puede leer de dos maneras. La más común es una súplica, Μαρανα θα, o sea: “¡Ven, Señor!”. Pero también se puede leer como una afirmación, Μαραν αθα, o sea: “El Señor ha venido”. De cualquiera manera que se traduzca, ambas expresiones condensan la esperanza cristiana en el Dios «que siempre fue, que es, y que aún está por venir» (Ap. 4:8).

3. “Cristiano” no significa “pequeño Cristo”. Según Hechos, los seguidores de Jesús fueron llamados “cristianos” por primera vez en Antioquía (Hch. 11:26). Seguramente escuchaste alguna vez que usaron ese nombre porque eran tan parecidos a Jesús que eran como pequeños Cristos. Pero la palabra “cristiano” significa “mesianista”; era la descripción de un grupo. Así como los herodianos eran los del grupo de Herodes, los cristianos eran los que creían que el Mesías, el Cristo, ya había venido. De hecho, más que un elogio, era probablemente una palabra despectiva.

4. Decir que Jesús era el “Hijo de Dios” era una provocación al Imperio romano. Cuando César Augusto se convirtió en el primer emperador de Roma se puso el título de divi filius, que en latín significa «hijo de dios». Otros emperadores, como Tiberio, Tito o Domiciano también usaron ese nombre; y de Nerón también se decía que era el «señor de todo el mundo». Por eso, decir que Jesús era el Θεοῦ Υἱὸς y el σωτήρ —o sea: el Hijo de Dios y el salvador— no solo era una declaración religiosa. Los primeros cristianos estaban afirmando que el verdadero hijo de Dios y salvador del mundo no era el emperador, sino Jesús.

5. Cuando Dios creó el mundo, lo hizo como un artista. Cuando Génesis 1 dice que Dios creó el mundo, el verbo hebreo que se usa es בָּרָא, que tiene una connotación similar a tallar o esculpir. Es un verbo que aparece 49 veces en el Antiguo Testamento, de las cuales 20 están en Génesis 1. En esa misma onda, Isaías le diría a Dios: «Nosotros somos el barro y tú, el alfarero. Todos somos formados por tu mano» (Is. 64:8).

6. Pablo cita a 3 escritores griegos. En 1 Corintios 15:33 cita la obra Thais de Menandro cuando dice «las malas compañías corrompen las buenas costumbres». En Hechos 17 cita dos poemas: primero Crética de Epiménides —que decía «en ti vivimos, nos movemos y tenemos nuestro ser»—, y después Fenómenos de Arato, que decía «ciertamente somos linaje suyo». Y en Tito 1:12 cita de nuevo el mismo poema de Epiménides, cuando dice: «Todos los cretenses son mentirosos, animales crueles y glotones perezosos».

7. La historia del pesebre no tiene que ver con rechazo. Se suele decir que Jesús fue rechazado desde su nacimiento, y que nació rodeado de animales porque nadie le dio lugar (Lc. 2:1-7). Hay que decir tres cosas sobre esta historia. Primero, que la hospitalidad era un valor fundamental, y rechazar a una mujer embarazada hubiera sido inimaginable. Segundo, que el pasaje no está hablando de una especie de hotel, sino de una casa de familia. Y tercero, que aunque los hogares israelitas del siglo I a veces tenían una habitación de huéspedes, por lo general eran monoambientes unidos a una pequeña sección donde se guardaban los animales. Ese fue el lugar donde nació Jesús. Por eso, más que un gesto de rechazo, fue un acto de hospitalidad de unos humildes israelitas que ayudaron con lo poco que tenían a José y María.

8. Judas Iscariote traicionó a Jesús por un precio irrisorio: 30 piezas de plata (Mt. 26:15). Es posible que estas monedas fueran siclos tirios, pero es más probable que fueran denarios, el equivalente a un día de trabajo de un jornalero (Mt. 20:2). En otras palabras: la mayor traición de la historia se pagó con lo que ganaba un jornalero en un mes de trabajo.

9. El encarcelamiento de Juan el Bautista fue una maniobra política de Herodes. Juan criticó su matrimonio ilícito con la mujer de su hermano (Mr. 6:14-29); para casarse con ella, Herodes había repudiado a Phasaelis, la princesa de los nabateos. La crítica de Juan el Bautista era peligrosa porque echaba más leña al fuego. Eventualmente, en el año 36 d. C., el rey nabateo Aretas IV le declaró la guerra y lo derrotó; muchos judíos vieron esta derrota de Herodes como un juicio de Dios por haber matado a Juan.

10. A lo largo de la Biblia se mencionan tres grupos de personas particularmente vulnerables: las viudas, los huérfanos y los extranjeros (Deut. 24:19-22). En las sociedades ancestrales del Antiguo Cercano Oriente, estos tres grupos no tenían cómo defenderse. Las viudas no tenían esposo, los huérfanos no tenían padres y los extranjeros no tenían un clan familiar. En ese contexto cultural, simplemente no podían sobrevivir; por eso Dios los cuida especialmente e insiste en que su pueblo los defienda y ayude.

11. Toda la iglesia primitiva del siglo I podría caber en una megaiglesia. El prestigioso historiador Larry Hurtado estima que, para el año 100 d. C. había entre 7 y 10 mil cristianos en todo el planeta. Según este cálculo, todos los cristianos vivos al final de la época de los apóstoles entrarían en una megaiglesia actual. El crecimiento del cristianismo primitivo fue exponencial: para el año 200 d. C., llegaron a ser 200 mil, y para el 300 d. C. ya había 5 o 6 millones de creyentes en todo el mundo.

12. El principal tema del ministerio de Jesús no fue la iglesia. Por mucho tiempo pensé que durante su ministerio Jesús habló una y otra vez de la iglesia, pero según los evangelios, solo la mencionó dos veces (Mt. 16:18 y 18:17); sin embargo, habló unas 120 veces de la βασιλεία τοῦ θεοῦ, el reino de Dios. Si te interesa este tema, aquí te dejo un video recomendado.

13. En la antigüedad, cuando un embajador era enviado por su rey a visitar oficialmente a otro monarca, su discurso comenzaba con estas palabras: «Así dice mi señor», el rey fulanito. Es precisamente esta fórmula la que usan los profetas del Antiguo Testamento; era su manera de decir que no estaban hablando en su propio nombre, sino que eran enviados por Dios.

14. Los apóstoles eran representantes de la autoridad de Cristo. Aunque la palabra griega απόστολος simplemente significaba “mensajero enviado con una misión”, su uso en el Nuevo Testamento probablemente venga del hebreo שָלִיחַ, que representaba a un mensajero con autoridad para firmar contratos. Según la Mishná, «el Shaliach de un hombre es como el hombre mismo» (Beraj 5:5). En otras palabras, los apóstoles eran representantes confiables de Cristo, enviados con autoridad por él mismo.

15. Y seguimos en tema: el término “apóstol” no se limitó a los discípulos originales de Jesús. Con el tiempo, se amplió para incluir a otros líderes de la iglesia primitiva como Pablo (2 Co. 1:1), Bernabé (Hch. 14:14), Santiago (Gá. 1:19), y posiblemente Apolos (1 Co. 4) y Silas (1 Ts. 2:7). Pablo dice incluso que dos de sus colaboradores (Ro. 16:7) tenían una posición destacada entre los apóstoles: Andrónico y Junias. Este último nombre es femenino, Junias fue una mujer, aunque algunos manuscritos tardíos le hayan puesto una tilde a su nombre para convertirlo en Junías, que es un nombre masculino.

16. Las vasijas de barro eran el envase descartable del siglo I. El Monte Testaccio de Roma se formó por la acumulación de unos 53 millones de vasijas, que se habían usado para llevar a Roma bienes desde diferentes partes del Imperio. Aunque eran frágiles, las vasijas eran útiles y económicas. Se usaban a menudo como metáfora para hablar de la fragilidad de la vida humana (Sal. 31:12), pero también para guardar objetos valiosos. Por eso Pablo sugiere que «somos como frágiles vasijas de barro que contienen un gran tesoro» (2 Co. 4:7).

17. Cuando Éxodo 2 dice que los israelitas clamaron para que Dios los liberara del faraón, la frase tiene un doble sentido. La palabra hebrea זָעַק se refiere a un clamor, un grito de dolor, pero también a la presentación formal y oficial de una queja. El pueblo de Israel estaba trayendo a la memoria de Dios su pacto y compromiso con Abraham, Isaac y Jacob.

18. Seguramente escuchaste que Mateo, Marcos, Lucas y Juan tenían en mente a diferentes audiencias al escribir sus Evangelios. Pero te voy a dar un ejemplo clarísimo. Según Marcos, el primer Evangelio escrito, Jesús dijo que el reino de Dios «es como una semilla de mostaza sembrada en la tierra» (Mc. 4:31); la palabra griega que usa Marcos es γῆς, que significa “terreno”. Mateo y Lucas usan a Marcos como base para su Evangelio, pero lo adaptan. Según Mateo, la semilla es sembrada en un «campo» (en griego: ἀγρῷ), mientras que para Lucas, la semilla fue sembrada en un «jardín» (en griego: κῆπον). Mateo está pensando en sus lectores judíos, que sembraban plantas de mostaza en campos, mientras que Lucas tenía en mente a sus lectores griegos de la cuenca del Mediterráneo, que sembraban en jardines.

19. El libro de Hechos compara constantemente a Pedro y Pablo. La acción del libro de Hechos se centra en dos personajes importantes: del capítulo 1 al 12, Pedro, y del 13 al 28, Pablo. Hay un montón de paralelismos que conectan a ambos protagonistas: ambos sanan a un hombre lisiado (Hch. 3:1-10 y 14:8-11); ambos tienen conflictos con un mago (8:18-24 y 13:6-11); ambos resucitan a alguien (9:36-41 y 20:9:12), ambos son milagrosamente liberados de la cárcel (12:6-11 y 16:25-41); etc.

20. Los seres humanos no somos los protagonistas de la Biblia. En la historia bíblica, el protagonista es Dios, que es el Creador de todas las cosas, incluidos los seres humanos. La trama se complejiza cuando aparece en escena la serpiente, que es la antagonista del relato y representa las fuerzas del mal. El resto de la Biblia es nada más y nada menos que el largo camino que recorre Dios, el héroe de la historia, para liberar a su creación de las garras del mal. Si te interesa este tema, aquí te dejo un video recomendado.

La semana que viene, otras 20 curiosidades.

Por un año más
¡Protestante Digital te necesita! Tenemos por delante un gran reto económico. Por eso, hoy te invitamos a ser parte comprometida de esta misión y desafío para asegurar y potenciar la continuidad de Protestante Digital y Evangelical Focus en 2024.

Puedes encontrar más información en apoya.protestantedigital.com.

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Teología Pop - 40 datos random sobre la Biblia (1)