Se calcula que hoy en el mundo hay 230 millones de mujeres que han sufrido alguna forma de mutilación genital, la gran mayoría de ellas (144 millones) viven en África, pero también en Asia (80 millones) y en Oriente Medio (6 millones).

Son datos de UNICEF que, además, advierte de que cada año 4,5 millones de niñas corren el riesgo de sufrir mutilación genital femenina (MGF).

La MGF, también conocida como ablación, es la extirpación parcial o total intencionada de los genitales externos femeninos u otras lesiones de los órganos genitales femeninos por razones no médicas.

Acción liderada por Masáis

En Tanzania, la MGF es tolerada como hecho cultural, a pesar de estar tipificada como delito desde 1998; y el 35% de las mutilaciones se hacen antes de cumplir el primer año de vida.

Según el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), en las comunidades étnicas la tasa de MGF está entre 40-60%, y la cifra sobrepasa ampliamente el 60% entre las mujeres y las niñas Másai, ya que en esta cultura se ve como el paso previo para que la niña sea reconocida como “casable”.

En medio de esta realidad, el pastor Marko fundó hace 15 años el ministerio Esipata Eselenkei, que en Másai significa “Los derechos de una niña”.

Al principio, rescataba a niñas de su entorno en la región tanzana de Arusha, zona de extrema pobreza, donde la MGF llega a índices del 90%.

Hoy en día, atienden anualmente a unas 300 niñas en el Centro de Rescate, al que acuden para evitar la violación de sus derechos más fundamentales.

Colaboración internacional

Fuera de Tanzania, el ministerio opera bajo el nombre de Maasai Rescue Ministries, representado internacionalmente por Brenda Anderson, una misionera americana con más de 40 años de servicio en España con la organización European Christian Mission International.

Brenda conoció el ministerio por un viaje a Tanzania acompañando a su marido Ron. Allí, Brenda, tuvo la oportunidad de hablar con el pastor Marko y “sentí que el Señor me ponía una carga por ayudarle, y llevamos siete años colaborando”, contó recientemente en un podcast del ministerio Terminando con la Trata.

En España, es Alianza Solidaria quien está apoyando este proyecto

“Conocimos Maasai Rescue Ministries a través de Brenda cuando estaban preparando su vuelta a EEUU. Brenda llevaba años dando a conocer el proyecto entre amigos y conocidos, y llegado el momento de partir buscaba un lugar dónde anidar el proyecto para asegurar la continuidad del apoyo desde España”, recuerda Francisca Capa, presidenta de Alianza Solidaria.

“Cuando nos lo presentó, nos cautivó enseguida. Valoramos, entre otras cosas, la coincidencia en visión del mismo con la visión de nuestra entidad, y decidimos acogerlo como un proyecto más de Alianza Solidaria al que dar apoyo. Su nombre en España es Rescate Masái, y en nuestra web hay información extensa tanto sobre el proyecto como sobre el tema de la mutilación genital femenina (MGF)”, añade.

Transformar a través del evangelio

El proyecto Rescate Masai, busca “transformar comunidades a través del Evangelio, el amor y la educación, mostrando a hombres, madres, abuelas y líderes que hay un camino mejor en Cristo”, explicó Anderson en un artículo de Protestante Digital.

Para conseguirlo, tenemos que tomar conciencia de que “el mayor desafío es trabajar en una situación muy peligrosa. Los másai piensan que una mujer no puede quedarse embarazada si no está mutilada, y los que van contra la mutilación sufren la enemistad con los lideres paganos. Incluso están amenazados de muerte y algunos han sufrido atentados contra su vida”, dijo en el podcast.

A pesar de ello, “la iglesia está creciendo en las áreas donde trabaja proyecto Rescate Maasai. Actualmente hay 5 iglesias, que tienen unos 150 miembros cada una”, añadió Brenda.

Rescate y formación

Las niñas que están en riesgo de sufrir la MGF o ser dadas en un matrimonio forzoso, pueden acudir al Centro de Rescate donde, además de acogerlas, se les enseñan todo lo que implica la MGF y sus consecuencias, para que puedan hablar con respeto a sus padres en su decisión de rehusar esta práctica.

La mutilación suele tener lugar durante los llamados “meses negros” que coinciden con las vacaciones de junio-julio y diciembre-enero, cuando juntan a grupos de hasta unas 100 niñas a las que una de las mujeres mayores de la tribu, que es la cortadora, les realiza la mutilación.

Gracias al Centro de Rescate, muchas niñas saben que pueden acudir a la policía, a una iglesia, o al profesor del colegio para pedir ayuda, y así el equipo del proyecto identifica a las posibles víctimas.

Cuando son rescatadas, la policía tiene que certificar que a partir de ese momento están bajo la tutela del pastor Marko por su propia voluntad. En algunos casos en los que es imposible el retorno con la familia, las niñas quedan permanentemente a cargo de la entidad quien debe proveer escolarización en internados durante el curso escolar.

Además, “hay que trabajar con toda la familia, para hacerles conscientes de los peligros de la mutilación, porque todas las madres y las abuelas han sido mutiladas, y los padres, como muchos tienen más de una mujer, no se preocupan mucho por lo que les pase a las niñas”, afirmó Brenda.

¿Cómo ayudar?

Coincidiendo con la celebración de la iniciativa solidaria #GivingTuesday este martes 2 de diciembre, desde Alianza Solidaria animan a colaborar con este proyecto.

Brenda pidió a todos los cristianos que oren “por el ministerio; por las niñas y las mujeres, y por los jefes de las tribus, porque necesitamos que los 10 jefes de tribu de más alto rango entiendan que la MGF no es necesaria y que luego se lo enseñen a quienes están bajo su mandato”.

Además, “todo cuesta mucho: rescatar las niñas, darles una educación, formar a la comunidad en la que viven, necesitan de todo, porque viven en pobreza extrema”, dijo Brenda.

Por eso, Alianza Solidaria recalca que “tu ayuda marca la diferencia” con muy poco, porque:

• 15€ al mes cubren la acogida de una niña durante los meses más difíciles del Rescate

• 50 € al mes, permiten costear la manutención, educación, ropa y seguro médico de una niña en acogida permanente.

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