“Debemos insistir en una expresión pública de la fe que sea a la vez humilde y segura”
Los retos para el discipulado en un mundo acelerado, la presión del secularismo o la visión de una fe relevante son algunos de los temas que abordamos con el conferenciante y escritor inglés, que tendrá a su cargo las plenarias en Fórum GBU.
ESPAÑA · 01 DE DICIEMBRE DE 2025 · 16:00
Paul S. Williams es una voz relevante a nivel mundial en la reflexión sobre el discipulado en la vida pública y la misión en el ámbito de trabajo y la cultura secular. Es director de la British and Foreign Bible Society y ha desarrollado una larga trayectoria académica en Regent College (Vancouver) como profesor e investigador en teología para el discipulado, espiritualidad en el trabajo y misión en el espacio público. Su enfoque integra economía, filosofía política y teología, campos que conoce bien tras haber ejercido como economista y asesor en organismos internacionales.
Esta experiencia en el ámbito profesional, académico y ministerial ha inspirado proyectos innovadores como ReFrame e Integra, iniciativas que buscan ayudar a los cristianos a conectar la fe con toda la vida y a responder misionalmente a los desafíos de la cultura contemporánea.
Como autor, destaca el libro ‘Exiliados con una misión’ (publicado en España por Andamio), donde Williams ofrece herramientas para que los cristianos puedan florecer en un entorno crecientemente secularizado. Casado con Sarah y padre de dos hijas, continúa impulsando una visión de discipulado integral que dialogue con los retos del siglo XXI.
Williams tendrá a cargo las ponencias principales de Fórum GBU, el encuentro que organiza Grupos Bíblicos Unidos estos próximos días en Alicante, donde se contará con la participación de más de 700 personas de toda España. Antes del encuentro, Williams respondió a algunas preguntas de Protestante Digital.
Pregunta. Uno de los aspectos clave de tu trabajo es el discipulado. ¿Cómo entiendes el llamado a ser discípulos en el contexto actual de Europa occidental?
Respuesta. Los discípulos se caracterizan por ser aprendices y la primera lección que todos debemos aprender es la de seguir a Jesús. Seguir a Jesús es imitarlo, confiar en él y obedecerlo en el contexto en el que nos encontramos. Como todos los contextos, nuestro contexto actual en Europa occidental presenta desafíos para estas cosas. Nuestra sociedad celebra la reputación, la imagen y el control del individuo, en lugar de la humildad, el sacrificio por los demás y la vulnerabilidad. Confía en la riqueza, la tecnología y el poder político, y no en la dependencia de Dios y la sabiduría del Espíritu Santo. Así, estas cosas, combinadas con las distracciones del entretenimiento y la tecnología digital, se unen para inhibir nuestra obediencia. El mayor desafío para cambiar todo esto es nuestra ajetreada vida y, quizás, la mayor oportunidad para un discipulado radical es insistir sin descanso en ralentizar nuestras vidas y aferrarnos a la soledad para orar y permitir que nuestra imaginación se purifique, de modo que podamos ver como Dios ve, oír lo que Dios dice y responder a ello.
P. En el mundo occidental, la tendencia de avance del secularismo parece empujar la fe a los márgenes de la esfera pública. ¿Cuáles crees que son los retos más importantes para los cristianos en este entorno?
R. Este empuje de la fe hacia los márgenes puede tentarnos de varias maneras, especialmente si sentimos que “deberíamos” estar en el centro (como lo estábamos en el pasado). En este caso, nos sentimos enfadados y avergonzados por haber perdido nuestro nivel de influencia anterior. Esto nos hace sentir que “no pertenecemos” y nos resulta incómodo. Por lo tanto, podríamos retirarnos al ámbito personal y privado y mantener viva nuestra “cultura cristiana” en nuestra propia comunidad, tal vez expresando ocasionalmente críticas a la cultura secular en un tono airado desde los márgenes. Por otro lado, podríamos estar tan desesperados por encajar que comprometamos nuestra fe pública para evitar ser marginados, silenciados o criticados. El reto consiste en reconocer que no tenemos ningún derecho intrínseco a influir en nada: nuestra identidad consiste precisamente en ser testigos de otro reino y otro poder. Jesús nos dijo que esperáramos persecución. Es posible que a menudo se nos malinterprete por completo. Pero debemos insistir en una expresión pública de fe que sea a la vez humilde y segura, independientemente de cómo se nos trate o se nos perciba. El evangelio no puede limitarse al ámbito personal y privado. Se dirige a todas las personas y a todas las naciones.
P. En los últimos meses, parece haber una especie de “despertar” —o al menos algo nuevo— entre las generaciones más jóvenes en diferentes partes de Europa. ¿Percibes que esta nueva generación está más abierta a explorar la espiritualidad que las anteriores? Si es así, ¿qué oportunidades presenta esto para los evangélicos?
R. Toda la evidencia sugiere que las generaciones más jóvenes están más abiertas a explorar las verdades espirituales, especialmente el cristianismo, y que muchas de ellas están buscando activamente en este momento. Gran parte de esto se debe al fracaso del secularismo a la hora de proporcionar respuestas satisfactorias a las preguntas y necesidades más profundas de la vida humana. En algunas partes de Europa, la búsqueda de respuestas más profundas y mejores para la vida y la sociedad humana está encontrando una presencia inesperada y poderosa del Espíritu Santo: hay muchos relatos de personas que han tenido sueños sobre Jesús, o que han leído la Biblia por su cuenta y se han encontrado con Jesús a través de las Escrituras, o que han pedido a amigos y familiares cristianos que los llevaran a la iglesia y luego han llegado a la fe. Por lo tanto, estos son tiempos muy emocionantes y hay grandes oportunidades, porque estos buscadores quieren lo auténtico: el “cristianismo puro”, no una versión diluida. Pero también debemos reconocer que estas generaciones más jóvenes están casi completamente alejadas de la iglesia. Su conocimiento de la Biblia es casi nulo. Sus preguntas son muchas y muy diferentes a las que podríamos esperar. Por lo tanto, debemos aprender a tener una actitud abierta hacia estas personas que buscan y una humildad para aprender a confiar en el Espíritu Santo y en las Escrituras cuando no estemos seguros o no estemos acostumbrados al tipo de preguntas que quieren hacer.
P. ¿De qué manera la identidad personal moldea la forma en que vivimos una fe cristiana auténtica?
R. La identidad es increíblemente importante para la fe cristiana. El cambio de identidad es el núcleo del evangelio: debemos nacer de nuevo, como dice Jesús. Nos convertimos en una nueva creación. Se produce un cambio vital, pasando de ser “no pueblo” y “rechazados” a ser “pueblo de Dios” y “aceptados”. Estábamos lejos, pero ahora somos “adoptados en la familia de Dios”. Nos convertimos en herederos y ciudadanos del reino. Todas estas y otras metáforas utilizadas en las Escrituras son formas de resaltar lo importante que es nuestra identidad personal para nuestra salvación y redención. La naturaleza pecaminosa que todos tenemos está alienada de Dios. Vivir según ella —lo que hacemos por defecto— no puede conducir a una vida cercana a Dios, íntima con Dios, en la que fluya la vida y el poder de Dios, o que agrade a Dios. Más bien conduce a una miseria esclavizante. Todo esto cambia cuando nos encontramos con Jesús y somos llamados por él a su reino, fuera de la oscuridad y hacia la luz, y recibimos el Espíritu, que trae nueva vida a nuestro espíritu para que cobremos vida para Dios. Por encima de todo, cuando nos encontramos con Jesús, él nos llama a sí mismo para que podamos conocer al Padre, es decir, para que podamos conocer a Dios no solo como el Creador del cielo y de la tierra (que lo es), sino como Aquel que se preocupa por mí, personalmente y de manera particular. Conocer el amor de Dios personalmente cambia completamente la vida. Es imposible vivir realmente la vida cristiana sin la experiencia de conocer el amor del Padre por nosotros. Este es el corazón del evangelio: la vida eterna es conocer el amor del Padre según la oración de Jesús en Juan 17. En cierto modo, el discipulado es un proceso que dura toda la vida para comprender y experimentar esta verdad cada vez más profundamente, y ser transformados cada vez más profundamente y liberados para amar a cambio. Cada vez me doy más cuenta de que no me definen fundamentalmente mis habilidades, mi belleza (¡o mi falta de ella!), mi productividad, ni siquiera lo que he hecho por Dios. Más bien, mi identidad es que, a pesar de todos mis pecados, soy amado por Dios. Soy su amado. Y nada puede separarme de ese amor. Esto me da una libertad, una confianza y un deseo extraordinarios de vivir para complacerlo.
P. Esta semana se celebra el Fórum GBU, con más de 700 asistentes confirmados de toda España, donde estás invitado como ponente. ¿Qué expectativas tienes?
R. No estoy muy seguro de qué esperar, pero estoy emocionado por la oportunidad. Sarah y yo tenemos un conocimiento y una experiencia muy limitados de España y de la iglesia española. Es una reunión impresionante y me siento profundamente honrado de haber sido invitado a hablar. Me siento más emocionado por lo que Dios está haciendo en este momento que en cualquier otro momento de mi vida y tengo confianza para hablar de ello, para compartir lo que veo y siento de la obra del Espíritu y, por supuesto, estar entre otros creyentes que comparten ese mismo deseo y anhelo por Dios y su reino es una perspectiva muy estimulante.
Fórum GBU se celebra del 5 al 8 de diciembre. Protestante Digital estará presente en el evento realizando cobertura informativa. Recibe el contenido de Protestante Digital directamente en tu WhatsApp. Haz clic aquí para unirte.
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