500 años del anabautismo, un movimiento marcado por “la profunda convicción de seguir las enseñanzas de Jesús”

El 21 de enero de 1525 se produjeron los primeros bautismos de adultos en Zurich, iniciando un movimiento espiritual que se extiende hasta hoy. Conversamos con Carlos Martínez García sobre su historia, principios y legado.

Daniel Hofkamp

ESPAÑA · 20 DE ENERO DE 2025 · 14:00

Anabaptistas reunidos en secreto en la barca de Peter Piersz. Ilustración de Jan Luyken, Wikipedia,
Anabaptistas reunidos en secreto en la barca de Peter Piersz. Ilustración de Jan Luyken, Wikipedia

El anabautismo celebra su quinto centenario en este 2025, siendo la fecha del 21 de enero el momento señalado como el inicio de este movimiento de Reforma que tuvo lugar en la Europa del siglo XVI.

Hace cinco siglos, un grupo de creyentes en Zurich dio el paso de bautizarse como adultos y con la firme convicción de poner en práctica los principios del evangelio y seguir a Jesús. A pesar de la violenta persecución que se desplegó hacia aquellas primeras comunidades de fe, pudieron sobrevivir hasta el día de hoy, dejando una herencia que ahora es apreciada desde el cristianismo global.

Carlos Martínez García es periodista mexicano, colaborador habitual en Protestante Digital en su columna semanal ‘Kairós y Cronos’. Allí ha escrito ampliamente sobre la historia del anabautismo y sus investigaciones al respecto. En esta entrevista nos ofrece una perspectiva general sobre la historia del anabautismo, sus principios e impacto.

Pregunta. ¿Cómo comenzó el movimiento anabautista?

Respuesta. El 21 de enero de 1525, en Zúrich, Suiza, un grupo de antiguos discípulos del reformador de esa ciudad, Ulrico Zuinglio, decidió llevar a la práctica lo que habían entendido en su estudio y lectura del Nuevo Testamento. Desde unos dos o tres años antes, ellos habían estado estudiando directamente el Nuevo Testamento en griego, con una rica reflexión. Llegaron a la conclusión, tras su lectura y descubrimiento, de que el bautismo debía ser realizado a creyentes conscientes, es decir, personas que entendieran el acto que estaban llevando a cabo. Además, ese acto debía reflejar al menos dos acciones importantes:

1. La decisión de seguir a Jesús después de haber experimentado una conversión, a la que llamaban “nuevo nacimiento”, “cambio de ropaje” o con otras expresiones del Nuevo Testamento.

2. Dar testimonio público de esa conversión mediante el bautismo y, además, integrarse a una comunidad de creyentes que confesaran y practicaran los mismos principios.

Es decir, no solo se trataba de bautizarse como creyentes conscientes, sino también de conformar una comunidad que buscara poner en práctica los principios del Evangelio y el seguimiento de Jesús.

“No solo se trataba de bautizarse, sino también de conformar una comunidad que buscara poner en práctica los principios del Evangelio”

En este grupo, formado por unas 20 o 23 personas, sobresalían nombres como Félix Manz, Conrado Grebel y Jorge Blaurock, entre otros. Ellos decidieron, un sábado 21 de enero de 1525 por la tarde, casi al anochecer, llevar a cabo esta práctica que entendían como esencial para manifestar lo que significaba ser cristianos. En esa ocasión, Jorge Blaurock pidió a Conrado Grebel que lo bautizara en casa de la madre de Félix Manz. Después de esto, ellos mismos se bautizaron unos a otros.

Este acontecimiento tuvo lugar impulsado, en parte, por las decisiones del Consejo de la ciudad de Zúrich, que había decretado la prohibición de este tipo de reuniones y debates públicos sobre el bautismo de creyentes. Se estipulaban penas para quienes continuaran realizando estas prácticas: encarcelamiento para los ciudadanos de Zúrich y destierro para quienes no lo eran.

Así, ese 21 de enero marca el momento en que este grupo llevó a cabo una convicción que habían estado considerando durante mucho tiempo. A pesar de ser conscientes de las posibles consecuencias de su desobediencia, decidieron bautizarse, consolidando sus creencias y prácticas en ese acto. Este día es considerado el momento en que se concretó su compromiso de vivir según las convicciones previamente asumidas.

500 años del anabautismo, un movimiento marcado por “la profunda convicción de seguir las enseñanzas de Jesús”

Debate sobre el bautismo en Zúrich en 1525. Al fondo a la izquierda los dos anabautistas (Felix Manz y Georg Blaurock), en el centro los dos alcaldes; a la derecha Ulrico Zwinglio y Leo Jud. Dibujo de Heinrich Thomann, Wikipedia

P. Nos has hablado de lo que ocurrió aquel día en Zurich. ¿Se trató de un fenómeno local, o es algo que se extendió a otros lugares?

R. Este movimiento se extendió rápidamente por varios factores. Uno de ellos fue que quienes llevaron a cabo esta acción estaban profundamente convencidos de la importancia de comunicar su descubrimiento a otros lugares. Este impulso, podríamos llamarlo una combinación de convicción interna y pasión por compartir, fue determinante.

Además, en los alrededores de Zúrich, particularmente entre la gente común como campesinos, zapateros, sastres y otros oficios, ya se llevaban a cabo estudios bíblicos en casas de distintas personas, incluyendo hombres, mujeres y niños. En una población cercana a Zúrich, conocida como Zollikon, ya se había consolidado un grupo con estas mismas convicciones. En estas comunidades, incluso algunos feligreses de la iglesia oficial se habían negado a bautizar a sus hijos pequeños, lo que llevó a las autoridades a presionar para que el bautismo infantil se llevara a cabo. Sin embargo, estas personas persistieron en su negativa.

“La combinación de convicción interna y pasión por compartir fue determinante para la expansión del movimiento”

Por un lado, estaban aquellos con un mayor nivel de preparación escolar y bíblica, quienes participaron en el evento del 21 de enero. Por otro lado, la base popular ya estaba desobedeciendo los decretos oficiales del Consejo de la ciudad. Es en Zollikon, a unos kilómetros de Zúrich (hoy fácilmente accesible), donde el 22 de enero se empieza a poner en práctica esta nueva convicción por parte de creyentes de esa comunidad. Las autoridades locales, siguiendo los decretos de la ciudad, actuaron rápidamente contra quienes desobedecían, imponiendo cárcel o destierro.

Aun así, muchos de estos creyentes, impulsados tanto por el deseo de escapar de las sanciones como por su convicción interna de compartir este mensaje, comenzaron a difundir su práctica prácticamente al día siguiente.

Por otro lado, en distintas partes de Europa ya existían pequeños grupos o individuos que habían llegado, más o menos, a las mismas convicciones de manera independiente. Esto creó un terreno previamente fertilizado para recibir la propuesta de estos nuevos creyentes. En varios lugares, tanto en territorios católicos como en iglesias territoriales protestantes, encontraron apertura y aceptación a esta práctica, lo que contribuyó aún más a su rápida expansión.

 

P. ¿Qué diferencias encontramos entre la reforma anabautista y la reforma protestante (luterana) que había comenzado unos pocos años antes?

R. De esta primera generación de lo que se conoce en la historia como los reformadores magisteriales —es decir, aquellos apoyados por los magistrados (de ahí proviene el término magisterial)—, podemos mencionar figuras como Lutero, Melanchthon y Zuinglio en Suiza. Curiosamente, varios de los que después serían anabautistas fueron inicialmente seguidores o al menos coincidieron con estos reformadores magisteriales. Coincidieron en puntos como que la fe era el vehículo para encontrar la reconciliación con Dios, que esta reconciliación era solo posible por Cristo, en la centralidad de la Escritura, y en otras creencias fundamentales de lo que se conoce como la Reforma Protestante.

“Concluyeron que la iglesia debía ser libre, de asociación voluntaria, y que debían practicar los principios éticos enseñados por Jesús”

Sin embargo, el anabautismo, junto con otras vertientes de la Reforma Radical, llegó a la conclusión de que la Biblia enseñaba más allá de lo que sostenían los reformadores magisteriales. Por ejemplo, en el caso de los anabautistas, enfatizaron la importancia de la conversión personal y el “nuevo nacimiento”, usando frecuentemente la figura bíblica del encuentro de Jesús con Nicodemo y la enseñanza de “nacer de nuevo”. También creían que la comunidad de creyentes debía ser voluntaria, lo que los llevó a cuestionar el principio de las iglesias oficiales o territoriales. Estas iglesias, sostenidas por las autoridades estatales, imponían una confesión única en un determinado territorio, excluyendo otras.

Los anabautistas llegaron a la conclusión de que la iglesia debía ser libre, de asociación voluntaria, y que en ella se debían practicar los principios éticos enseñados por Jesús. De hecho, una vertiente importante del anabautismo desarrolló una teología de la reconciliación y la paz. Sin embargo, es importante recordar que la Reforma Radical incluye más que solo la vertiente anabautista. Por ejemplo, también está la figura de Tomás Müntzer, quien inicialmente coincidió con Lutero, pero después rompió con él. Müntzer creía y practicaba que la Biblia enseñaba la necesidad de transformar las estructuras injustas de la sociedad, incluso mediante la insurrección. Fue un defensor de la idea de “llegar al cielo por asalto”, algo evidente en su apoyo a la Guerra de los Campesinos.

En 1524, cuando se da la confluencia de estos movimientos, Müntzer apoya la insurrección de los campesinos y los “Doce Artículos”, mientras que Lutero critica ese movimiento y ambos recurren a la fuerza de las armas para defender sus posturas. Por otro lado, los anabautistas, o quienes estaban en camino de serlo, en enero de 1525 ya habían dado a conocer su postura mediante cartas dirigidas a Müntzer. En estas misivas, afirmaban estar de acuerdo en que la Biblia hablaba de una transformación personal y social, pero criticaban a Lutero por hacer causa común con las autoridades y desaprobar lo que querían los líderes campesinos.

Más adelante, en 1525, la confrontación se intensifica. En estas cartas, los futuros anabautistas muestran una postura distinta: coinciden en algunos puntos con Lutero y en otros con Müntzer, pero también abren un camino propio. Aseguran que, si se trata de seguir las enseñanzas de Jesús, estas no dejan lugar al uso de la espada. Así lo expresan claramente.

Es muy interesante ver cómo los anabautistas y la Reforma Radical, en un sentido, se convirtieron en “productos indeseados” de la Reforma Magisterial, o clásica, protestante. Los reformadores magisteriales promovieron la lectura de la Escritura, y cuando el pueblo la leyó, encontró similitudes con sus propuestas, pero también profundas diferencias. Estas diferencias los llevaron a formar movimientos distintos de la Reforma Protestante original.

 

“Las acusaciones contra los anabautistas se dieron en ambos contextos: no solo se les acusaba de herejía, sino también de traición al territorio”

P. Releyendo tus artículos en Protestante Digital, aprendemos sobre esta etapa y algo que sorprende es ver la persecución a la que fueron sometidos los anabautistas. ¿Por qué fueron perseguidos?

R. En efecto, así pasó. Es importante comprender lo que estaba sucediendo en el siglo XVI. Por un lado, la Reforma Magisterial y los reformadores clásicos protestantes marcaron una clara distancia respecto a las enseñanzas de la Iglesia Católica. Hubo una confrontación, una ruptura y un camino nuevo. Sin embargo, por otro lado, mantuvieron un principio fundamental: el de las iglesias territoriales. Es decir, que en un territorio determinado había una creencia oficial, sin lugar para ninguna otra expresión. Esto implicaba la continuidad del régimen de cristiandad, caracterizado por la simbiosis entre las creencias de una confesión religiosa —ya fuera católica, luterana, zwingliana o, posteriormente, calvinista— y las autoridades del territorio. En este régimen, lo religioso era público, y lo público era religioso.

Cuando los anabautistas rompieron inicialmente con este principio, se convirtieron en disidentes confesionales o religiosos dentro del régimen de cristiandad, que era un sistema integral. Esto los llevó inevitablemente a ser vistos también como disidentes políticos. De hecho, se les acusaba de disolver la unidad territorial, lo que, según las autoridades, debilitaba innecesariamente al territorio y lo hacía vulnerable no solo en términos religiosos, sino también en su estabilidad política y social.

Es importante destacar que los anabautistas y las anabautistas no buscaron intencionalmente ser disidentes políticos. Sin embargo, su postura de disidencia en cuestiones de fe y creencias los llevó necesariamente a confrontar el modelo gobernante. Este régimen de cristiandad, tanto en territorios católicos como protestantes, no toleraba desviaciones. Así, las acusaciones contra los anabautistas fueron las mismas en ambos contextos: no solo se les acusaba de herejía, sino también de traición al territorio, bajo la sospecha de estar sirviendo a intereses políticos externos.

Por estas razones, fueron perseguidos: primero encarcelados y, en muchos casos —miles de ellos—, ejecutados. Esta persecución no distinguió entre hombres y mujeres; muchas mujeres también fueron víctimas, algo que es importante resaltar.

Además, es relevante mencionar la percepción de legitimidad que existía en esa época sobre el uso de la espada por parte de las autoridades para extirpar la herejía. Los estudios actuales, a cinco siglos del origen del movimiento anabautista, muestran que, si bien es cierto que en territorios tanto católicos como protestantes se impusieron penas como destierro, cárcel o muerte, la mayoría de las ejecuciones ocurrieron en territorios católicos. Sin embargo, también se registraron suficientes casos en territorios protestantes como para evidenciar niveles significativos de intolerancia. En general, se sufrió más severamente en territorios católicos, pero las persecuciones no fueron exclusivas de estos.

500 años del anabautismo, un movimiento marcado por “la profunda convicción de seguir las enseñanzas de Jesús”

Ejecución en Ámsterdam, 1571. Queman a la anabautista neerlandesaa Anneken Hendriks. Grabado de Jan Luyken, Wikipedia

P. ¿Existen referentes históricos, doctrinales, en el anabautismo, como pueden ser Lutero o Calvino?

R. Sí y no. Sí, porque hubo quienes se destacaron en poner por escrito sus entendimientos sobre la fe cristiana. Pero no en el sentido de que haya surgido una figura de gran renombre, como las que mencionaste, que aún hoy día dan nombre a movimientos, como las iglesias luteranas o calvinistas. En el caso de la primera generación de los anabautistas, el único que tuvo un doctorado en teología fue Baltasar Hubmaier, quien, como varios de ellos, había sido sacerdote católico. Él escribió abundantemente, y algunos de sus trabajos lograron ser impresos en esos primeros años, entre 1525 y 1526. Sin embargo, muy pronto en territorios católicos y protestantes, se prohibió la impresión de materiales de autores anabautistas. Por ello, muchos de estos escritos circularon únicamente en copias hechas a mano. Baltasar Hubmaier fue quien más escribió en esa primera generación, dejando claras las enseñanzas centrales del movimiento, entre ellas el bautismo de creyentes.

“En territorios católicos y protestantes se prohibió muy pronto la impresión de materiales de autores anabautistas”

Otros escribieron de forma más limitada, principalmente cartas dirigidas a las comunidades de creyentes, explicándoles por qué se conducían de la manera en que lo hacían. Por ejemplo, los que participaron en los bautismos del 21 de enero de 1525, como Félix Manz y Conrado Grebel, dejaron cartas al respecto. También están las memorias de Jorge Blaurock, donde narra lo sucedido esa noche. Además, conocemos parte de las creencias de los anabautistas gracias a las actas de los juicios a los que fueron sometidos. Cuando eran interrogados, sus respuestas quedaban registradas en las minutas de los procesos, lo que permite entender sus pensamientos y convicciones.

Esta primera generación enfrentó persecución severa. Por ejemplo, Conrado Grebel, quien bautizó a Jorge Blaurock, murió de peste. Por su parte, tanto Jorge Blaurock como Félix Manz y otros participantes de esa noche fueron condenados a muerte. Félix Manz, apenas dos años después de los bautismos en Zúrich, fue ahogado en esa misma ciudad, en cumplimiento de un decreto de las autoridades, con el apoyo del reformador suizo Ulrico Zuinglio.

500 años del anabautismo, un movimiento marcado por “la profunda convicción de seguir las enseñanzas de Jesús”

Confesión de Schleitheim impresa en 1550, exhibida en la Sala Anabautista del Museo de Historia Local en Schleitheim, Suiza. Grabado de Jan Luyken, Wikipedia

Hoy conocemos los escritos de esa primera generación gracias a investigaciones que han rescatado cartas, actas de juicios e incluso los textos donde reformadores como Zuinglio explicaban por qué consideraban erradas las enseñanzas Anabautistas, reproduciendo parte de sus argumentos. Algo similar ocurrió en España, donde las actas inquisitoriales documentaban las creencias de los procesados.

En la segunda generación, una figura destacada fue Menno Simons, quien escribió abundantemente, especialmente en los Países Bajos, bajo constante persecución. Sus obras completas han sido publicadas en varios idiomas, como holandés, alemán e inglés, pero en castellano solo una mínima parte ha sido traducida. Aunque Menno Simons no quería que sus seguidores se llamaran “menonitas,” su influencia consolidó esta vertiente del anabautismo, que se extendió por muchas regiones.

En resumen, hay una abundancia de literatura producida por los anabautistas, pero esta se encuentra dispersa en diversas formas, como escritos, cartas, folletos y actas de juicio. Gracias a investigadores dedicados, estos textos están disponibles hoy en día, aunque en su mayoría en idiomas distintos al castellano.

 

P. ¿Cómo fue que sobrevivió el anabautismo a la persecución? 

R. La persecución contra los anabautistas fue particularmente cruenta. Miles de personas sufrieron encarcelamientos, torturas e incluso la muerte. Por esta razón, el movimiento tuvo que desarrollarse en la clandestinidad. Por ejemplo, Menno Simons, quien también había sido sacerdote católico antes de abrazar el anabautismo, vivió todo su ministerio —que duró unos 25 años— bajo persecución constante. Es sorprendente cómo logró evadir la captura, especialmente cuando incluso el emperador Carlos V puso precio a su cabeza.

Algunas personas que le dieron refugio durante sus desplazamientos por diversas regiones fueron severamente castigadas al ser descubiertas. En muchos casos, estas acciones les costaron la vida, ya que las autoridades eran implacables con quienes ayudaban a los perseguidos. Esto nos permite imaginar lo que implicaba vivir en el clandestinaje: el riesgo de albergar a alguien buscado era extremo. Sin embargo, existían redes que, a pesar de ser frágiles y carecer de poder económico, político o social, lograron proteger a quienes huían. Estas redes lograron mantener la comunicación mediante cartas, avisos y tácticas ingeniosas que hoy son objeto de estudio, demostrando una resistencia admirable frente a los poderes católicos y protestantes.

500 años del anabautismo, un movimiento marcado por “la profunda convicción de seguir las enseñanzas de Jesús”

Una placa en la orilla del río Limmat recuerda a los anabautistas ejecutados: “Aquí, Felix Manz y otros cinco anabautistas fueron arrastrados a una plataforma de pesca en medio del río Limmat durante la Reforma de 1527-1532. Hans Landis fue el último anabautista ejecutado (1614)”. Roland zh, CC BY-SA 3.0, Wikipedia

La clave de esta resistencia parece estar en el profundo compromiso de los anabautistas con sus creencias y su convicción de seguir las enseñanzas de Jesús. Este compromiso se reflejaba en su disposición para enfrentar lo que llamaban los “tres bautismos”: el bautismo de agua, el bautismo del Espíritu y el bautismo de sangre. Este último representaba la posibilidad de ser martirizados por su fe. Sin embargo, es importante aclarar que ellos no buscaban el martirio; no era un objetivo deseado, sino una posibilidad que aceptaban como parte de su seguimiento de Jesús.

“La clave de esta resistencia está en el profundo compromiso de los anabautistas con sus creencias y su convicción de seguir las enseñanzas de Jesús”

La supervivencia del movimiento también se debió a que, en ciertos momentos y lugares, experimentaron tolerancia. Por ejemplo, hacia finales de la década de 1520 y principios de los años 1530, fueron aceptados en Estrasburgo. Esto hizo que muchos anabautistas de distintas regiones se trasladaran allí. Más adelante, cuando supieron que en Moravia podían ser admitidos, migraron en gran número hacia esa región. Sin embargo, estas situaciones de tolerancia rara vez duraban mucho tiempo, lo que los obligaba a continuar su éxodo, moviéndose constantemente o permaneciendo de manera subrepticia en los lugares donde se asentaban.

Esta constante migración y la clandestinidad hicieron de los anabautistas un “pueblo creyente en éxodo,” un grupo que logró preservar su fe y tradiciones no solo durante ese siglo, sino hasta nuestros días. Hoy, comunidades descendientes de esta rama de la Reforma Radical aún existen y practican sus enseñanzas.

Es fascinante leer los documentos que relatan cómo se organizaban: las instrucciones que se daban sobre qué caminos tomar, los peligros de ciertos territorios, y las estrategias para evitar la captura. Estas tácticas de supervivencia son un testimonio de su ingenio, determinación y compromiso con sus creencias, que los sostuvieron frente a adversidades aparentemente insuperables.

 

“No buscaban el martirio, pero era una posibilidad que aceptaban como parte de su seguimiento de Jesús”

P. Esto que comentabas me recuerda la persecución a los reformadores españoles. Recuerdo que también Casiodoro de Reina buscó refugio en Estrasburgo.

R. Un inciso: Casiodoro de Reina simpatizó y mantuvo amistad con varios reformadores radicales. Esta inclinación, posiblemente, fue influida por su experiencia de persecución en España.

Casiodoro de Reina mostró afinidad hacia los perseguidos que conoció durante su estancia en Inglaterra, donde tuvo contacto con reformadores radicales de diversas vertientes, diferentes a la Reforma Magisterial. Durante su tiempo en Londres, coincidió con algunos de ellos y, posteriormente, al huir de la ciudad en septiembre de 1563 y regresar al continente europeo, tuvo nuevas oportunidades de conocer estas expresiones de la Reforma Radical.

Su experiencia personal con la persecución, tanto en España como en sus años de exilio, parece haberlo llevado a una postura abierta en cuanto a la tolerancia religiosa. Casiodoro de Reina no estaba de acuerdo con las actitudes persecutorias que él mismo había sufrido, especialmente en España, donde la intolerancia era extrema. Por ello, abogaba por un espacio en el que pudieran coexistir distintas expresiones de fe, un enfoque que reflejaba tanto su experiencia personal como su comprensión de la libertad religiosa.

 

P. Hoy el anabautismo sigue vivo, y me gustaría que nos contaras de qué forma se fue desarrollando en los sucesivos siglos.

R. Desde el siglo XVI y en adelante, los grupos anabautistas continuaron huyendo hasta encontrar lugares donde se les ofreció tolerancia. Entre estos grupos destacan los menonitas, seguidores de Menno Simons, quienes buscaron refugio en diversos territorios. Inicialmente, encontraron asentamientos en Moravia y más tarde en regiones como Prusia, Ucrania y otras partes del este de Europa. Sin embargo, a menudo estas comunidades tuvieron que aceptar condiciones estrictas, como no divulgar sus creencias.

En el caso de Rusia, los menonitas fueron tolerados y se les otorgaron tierras, pero con el compromiso de mantenerse neutrales políticamente. Su firme postura pacifista, basada en las enseñanzas de Jesús, les impedía tomar las armas, participar en conflictos militares o jurar lealtad a cualquier régimen político. Estas convicciones, aunque les dieron una identidad distintiva como constructores de paz, también complicaron su permanencia en ciertos territorios, especialmente tras la Revolución Bolchevique.

La llegada de este movimiento revolucionario marcó un punto de inflexión. La experiencia histórica de los menonitas les hizo prever que su negativa a obedecer órdenes gubernamentales relacionadas con el servicio militar o la guerra podría desencadenar nuevamente persecuciones. Por ello, buscaron nuevas opciones y comenzaron a emigrar hacia América.

Inicialmente, pequeños grupos se trasladaron a los Estados Unidos, particularmente al estado de Pensilvania, donde encontraron un ambiente de mayor tolerancia religiosa. Sin embargo, la emigración masiva de menonitas hacia América se produjo a principios del siglo XX, especialmente después de la Revolución Bolchevique. Las principales corrientes migratorias los llevaron a Canadá y Estados Unidos.

En Canadá, aunque inicialmente fueron bienvenidos, las exigencias del servicio militar obligatorio llevaron a algunos grupos menonitas a buscar nuevos territorios. Así, en 1922, llegaron a México bajo el régimen de la Revolución Mexicana, liderado entonces por el presidente Álvaro Obregón. A pesar del contexto violento que marcó la Revolución, el gobierno mexicano respetó las creencias de los menonitas y les otorgó tierras en el estado de Chihuahua, en áreas despobladas cercanas a Ciudad Cuauhtémoc y Álvaro Obregón. Allí, lograron establecerse como una comunidad próspera que persiste hasta el día de hoy.

Posteriormente, los menonitas continuaron emigrando a otros países como Paraguay y diversas regiones de América Latina, consolidándose como una comunidad que, a pesar de siglos de persecución, ha logrado preservar sus principios de fe y convivencia pacífica.

 

P. ¿Qué impacto ha tenido el movimiento anabautista en el cristianismo global?

R. Los anabautistas forman parte de un movimiento que, quizá podríamos decir, tiene su origen a partir del siglo XVI con las iglesias de creyentes. Es decir, no basta con tener una experiencia de conversión, sino unirse a una comunidad de creyentes y poner en práctica los principios del seguimiento de Jesús y del Evangelio. Otros grupos a lo largo de la historia han tenido este mismo descubrimiento, pero no necesariamente con una continuidad histórica con los anabautistas del sur de Europa o de otras partes. Por ejemplo, también hubo grupos anabautistas en distintos puntos de Alemania, en los Países Bajos, y en varias otras regiones de Europa.

Lo que los anabautistas hacen es, por sus convicciones bíblico-teológicas, llegar a conclusiones que van más allá de las mencionadas anteriormente, y que explican el nombre que se les dio: “anabautistas”. Es importante señalar que este nombre no fue escogido por ellos mismos, sino que fue impuesto desde afuera, por aquellos que los llamaban “cata-bautistas”, es decir, los que se vuelven a bautizar. Para una sociedad de cristiandad, donde todos los niños eran bautizados, cuando estos practicaban el bautismo de creyentes bajo confesión de fe, esto parecía como un “segundo bautismo”. Sin embargo, los anabautistas no creían que estaban practicando un segundo bautismo, sino el bautismo ordenado por Jesús.

“Los anabautistas fueron precursores de la separación entre las comunidades de creyentes y el Estado”

Además de este aspecto, los anabautistas fueron precursores de la idea de la separación entre las comunidades de creyentes y el Estado, un concepto que ellos describieron en sus escritos como la “perfección de Cristo”. Para ellos, en Cristo no tiene cabida el uso de la espada, y la imposición de creencias a otros debe ser un acto voluntario. Este principio quedó reflejado, por ejemplo, en un documento que un grupo de anabautistas de Estrasburgo escribió en 1530, donde explicaban por qué las autoridades de la ciudad debían respetar sus creencias y cómo el ámbito de la jurisdicción política no debía interferir en la conciencia individual. Aunque no era un tratado de ciencia política, es una propuesta en la que se describe cómo, desde la fe, se lee el orden público, y se plantea la distinción entre las esferas de la comunidad de creyentes y las del Estado.

Es importante reivindicar este principio, ya que cuando se habla de libertad de conciencia, muchas veces se omite la influencia de los anabautistas. Aunque otros movimientos de la historia han sido mencionados como precursores de este concepto, los anabautistas fueron, en realidad, los primeros en proponerlo de manera explícita en el siglo XVI.

El movimiento anabautista se desplazó por toda Europa, incluyendo Inglaterra, e influyó en muchos lugares, aunque no siempre de manera directa. Por ejemplo, los no conformistas en Inglaterra, quienes se oponían a la iglesia oficial anglicana, no necesariamente conocían las propuestas de los anabautistas. En cuanto al movimiento bautista, no tiene una continuidad automática con los anabautistas, aunque sí existen coincidencias en ciertas vertientes. Lo cierto es que los anabautistas lograron filtrar sus enseñanzas por diversas regiones, influyendo en otros movimientos que redescubrieron sus principios.

El querido Samuel Escobar señala que el cristianismo evangélico en América Latina, y podría decirse también en España, en sus orígenes tiene un carácter anabautista. Este enfoque se enfrenta a iglesias territoriales, a la simbiosis entre iglesia y Estado, y, al confrontar esta realidad, adopta una postura similar a la de los anabautistas: la iglesia debe ser de creyentes, y debe ser vivida según los principios que estos defendían.

Por tanto, aunque hubo una diseminación de las ideas anabautistas, no siempre fue la causa directa de los movimientos de iglesias de creyentes en varias partes del mundo. A veces, estas comunidades llegaron a sus propias conclusiones, coincidiendo con los postulados teológicos de los anabautistas.

 

P. ¿Qué tienen que ver los Amish con el movimiento anabautista?

R. Los Amish son una vertiente del anabautismo, pero no son menonitas. La vertiente más conocida del anabautismo, que tiene continuidad hasta hoy y que se remonta al siglo XVI, es la de los menonitas, por ejemplo, aunque aquellos que se bautizaron originalmente en Zúrich el 21 de enero de 1525, como Grebel, Manz y otros, no tienen iglesias que lleven su nombre. Sin embargo, el grupo liderado por Menno Simons sí logró perdurar, principalmente debido a varios factores, entre ellos la organización y la continuidad de la comunidad original del siglo XVI, que se dispersó por varias partes.

Los Amish constituyen otra vertiente del anabautismo. Es importante destacar que dentro del mismo movimiento anabautista, debido a la persecución y otros factores, algunas comunidades desarrollaron enfoques distintos y subrayaron determinadas enseñanzas. Así, los Amish tienen una estructura más radical en algunos aspectos, como el colectivismo o el unitarismo, en comparación con las comunidades menonitas, aunque también existen grupos menonitas con enfoques más colectivistas. No obstante, es un error considerar sinónimos el anabautismo y los menonitas, ya que el anabautismo es como un árbol frondoso con varias ramas, y la rama más grande o más conocida, quizás, es la menonita.

En el caso de los Amish y otras comunidades, como los Brotherhood, que también son anabautistas, hay coincidencias con los postulados de Menno Simons, pero también diferencias. Por ejemplo, los Amish tienen un enfoque más radical en su organización colectivista que el de muchas comunidades menonitas, aunque algunas también tienen estructuras colectivistas fuertes.

Es importante señalar que el anabautismo actual, que tiene presencia global, ya no se limita a las comunidades de las colonias menonitas, Amish, Hutteritas y otras, que inicialmente surgieron en Europa. Hoy día, muchas personas pueden rastrear su linaje hasta el siglo XVI en Zúrich, pero el anabautismo predominante en la actualidad es muy diferente al de esas primeras comunidades. El Congreso Mundial Menonita agrupa a iglesias anabautistas, menonitas y hermanos en Cristo, entre otras expresiones del anabautismo. Este congreso cuenta con más de 2 millones de creyentes, aunque no representa a todas las iglesias anabautistas, sino solo a aquellas que desean ser parte de este congreso.

500 años del anabautismo, un movimiento marcado por “la profunda convicción de seguir las enseñanzas de Jesús”

Varias comunidades menonitas en India, América y África./Mennonite World Conference, Flickr

“Hoy la mayoría de las iglesias anabautistas menonitas no se encuentran en Europa, Canadá ni Estados Unidos, sino en África”

Curiosamente, hoy la mayoría de las iglesias anabautistas menonitas no se encuentran en Europa, Canadá ni Estados Unidos, sino en África, específicamente en Kenia y Etiopía, donde se encuentran algunas de las iglesias más grandes afiliadas al Congreso Mundial Menonita. Esta expansión de la fe anabautista también ha llegado a otros lugares como Asia, y hace tres años se celebró una importante Asamblea Mundial. Hoy día, el movimiento anabautista y menonita es predominantemente del sur global, y ya no está asociado a las comunidades étnicas y blancas como lo fue durante muchos siglos. Esta revolución es significativa, ya que el cristianismo mundial ya no se concentra en las potencias protestantes u originalmente protestantes, sino en otras regiones donde las iglesias han adoptado un enfoque de “iglesias de creyentes”. En este sentido, el modelo anabautista es el predominante, caracterizado por iglesias de creyentes y un enfoque multicultural.

Esto es muy interesante, especialmente al observar la composición del Congreso Mundial Menonita, donde las comisiones y autoridades son sumamente horizontales. El cuerpo que dirige el congreso está conformado por personas de todas las lenguas, tribus y naciones, lo que refleja la visión de unidad global expresada en el lenguaje del Apocalipsis.

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P. ¿Cuáles son tus expectativas respecto a este quinto centenario?

R. El Congreso Mundial Menonita está en transición para cambiar su nombre, probablemente a Congreso Mundial Anabautista Menonita, ya que, como mencioné antes, no todos los anabautistas son menonitas. Existen diversas actividades tanto a nivel global como local. En el caso de México, se llevarán a cabo durante todo el año actividades de difusión, especialmente porque, como tú mencionaste, esta vertiente del anabautismo es muy desconocida. No solo en México, sino en muchas partes del mundo, la reforma radical del anabautismo es poco conocida.

Entre las actividades que se realizarán se incluyen simposios, conferencias, publicaciones de libros y encuentros globales. Uno de los eventos más destacados será la culminación de una serie de encuentros en Alemania y Suiza, del 21 al 29 de mayo, con una reunión final el 29 de mayo para conmemorar este acontecimiento. Además, siempre se han preparado libros especiales, tanto devocionales como también una Biblia anabautista, que incluirá comentarios y ayudas de diverso tipo. Esta Biblia se denominará “Biblia Anabautista” y contendrá, por ejemplo, citas de los anabautistas del siglo XVI.

Personalmente, estoy terminando un libro sobre el movimiento anabautista del siglo XVI, que espero esté circulando en los próximos meses, antes de mayo. En América Latina, por ejemplo, coincidiendo con el 21 de enero, se llevará a cabo una reunión latinoamericana en Cusco, Perú. Aquellos que sigan las redes sociales o tengan acceso a ellas podrán participar en algunas de estas actividades, que estarán disponibles de manera gratuita en línea.

Hay muchas iniciativas en marcha. En el caso de los que nos consideramos herederos de esta vertiente del anabautismo en el mundo hispanohablante, tenemos la tarea de dar a conocer la literatura de los anabautistas del siglo XVI. Estamos comprometidos con este esfuerzo y trabajando activamente en ello.

 

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