Carnaval de Torrevieja: niñas como objetos sexuales
Erotizar las niñas es raíz de inmensas secuelas para la sociedad y la propia mujer. Detallo 7 de ellas.
19 DE FEBRERO DE 2024 · 17:00
Una comparsa del Carnaval de Torrevieja (Alicante), formada por 68 personas (mujeres y niñas incluidas) desfilaron disfrazadas con un traje que simulaba llevar ropa interior erótica -ligueros y pezoneras- portando banderas del orgullo LGTBI+. El grupo, llamado Osadía, se presentaba al concurso del desfile de carnavales bajo el eslogan “Prometer hasta meter”, como sátira política. Gustó tanto al jurado que quedaron cuartas y se llevaron un premio de 650 euros.
El Ayuntamiento de la ciudad considera que los padres y madres de las niñas de la comparsa solo pretendían hacer una crítica a la situación política y social del país.
Pero ante esta hipersexualización de estas niñas (y mujeres), desde la perspectiva que realmente dignifica y pone en su lugar a la mujer, la perspectiva bíblica, condenamos rotundamente esta escena.
Esto es erotizar a las niñas: aquí está de forma manifiesta la raíz de innumerables consecuencias negativas para la sociedad y la propia mujer. Detallaré siete de ellas.
1.- Sexualizar a las niñas es perpetuar el estereotipo como objetos sexuales de las mujeres.
2.- La hipersexualización de las niñas constituye una violación de su derecho a la dignidad y respeto de su imagen, aun más siendo menores edad y no siendo maduras para entender ni para consentir en tener relaciones sexuales o realizar actuaciones sexuales que suponen violencia, incluso con connotaciones sadomasoquistas como muestra el disfraz.
3.- Es abuso de menores. ¿Dónde está la ley de protección del menor? Están poniendo a estas niñas en bandeja a los pedófilos y pederastas. Todo esto desembocará en la despenalización de la pedofilia y la reducción de la edad de consentimiento sexual.
4.- La hipersexualizacion alimenta la mercantilización sexual de las mujeres y niñas, es decir, la prostitución y la pornografía, en un país que es el primero de Europa en consumo de prostitución y tercero del mundo, donde 4 de cada 10 hombres prostituyen a mujeres vulnerables, y donde cada cuatro horas se denuncia una violación.
5.- La hipersexualización de niñas y niños no es parte de la diversidad y la inclusión, sino que es parte del discurso del lobby LGTBI y pseudofeminista.
6.- Entre otras causas, esta es una por las que la violencia contra la mujer está aumentando. La prevención y la educación son imprescindibles para erradicar la violencia contra las mujeres. Erradicar los machismos y micromachismos del día a día, en cualquier contexto que estemos. Legislar contra la VioGen es imprescinble, pero el cambio tiene que producirse en la vision que se tiene de la mujer. No sólo basta con curar una epidemia, hay que buscar las causas de la enfermedad, actuar en la raíz y vacunar.
7.- Y finalmente, esta cultura que pervierte la sexualidad de las menores es un camino que luego lleva a relaciones sexuales inmaduras y precoces, embarazos no deseados, y una ola de ITS (Infecciones de Transmisión Sexual) donde las políticas ponen parches mientras no atajan la verdadera raíz del problema, que se alimenta de una cultura como este desfile en Torrevieja pone de manifiesto.
Las leyes son necesarias porque controlan el mal, pero no lo atajan de raíz porque las leyes no cambian a las personas, y el mal radica en el corazón del ser humano.
Jesús dijo: la maldad no surge de lo que comemos, porque eso va de la boca a las alcantarillas. La maldad es la que anida y surge de nuestro corazón.
Ante esta situación Jesús de Nazaret, el hijo de Dios, es el único antídoto contra el mal. Por eso vino al mundo, para cambiar el interior del ser humano, y convertir nuestros corazones duros y cauterizados por otro limpio y sensible a la voz de Dios.
Por eso soy cristiana y feminista ¡y no al revés, ojo! Porque ser seguidora de Jesús me lleva a luchar por la justicia de su Reino y entre otras causas, por la dignidad de mujeres y niñas.
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