La otra violencia machista
Cuando se habla de muertes de mujeres, sería solo la punta de un iceberg de proporciones gigantescas.
31 DE JULIO DE 2020 · 13:00
Si la Organización de las Naciones Unidas han establecido un día para recordarnos que todos hemos de estar contra la violencia machista, y en nuestra propia cultura nos cuesta tanto trabajo acabar con ella, a pesar de que incluso se castiga con la ley ¿qué pasará en un contexto donde, supuestamente, el golpear a las esposas se establece como enseñanza y mandato divino, cuando ellas resultan un tanto “respondonas” y no obedecen al marido?.
He aquí una muestra de lo que acabo de anotar, leyendo en el Corán la cita siguiente:
“Los hombres están por encima de las mujeres, porque Dios ha favorecido a unos respecto de otros, y porque ellos gastan parte de sus riquezas a favor de las mujeres. (…) A aquellas de quienes temáis la desobediencia, amonestadlas, confinadlas en sus habitaciones, golpeadlas. Si os obedecen, no busquéis pretexto para maltratarlas. Dios es altísimo, grandioso”[i]
Es cierto que además de la violencia física, en nuestra cultura hay otras formas de “golpear” a las esposas como es, el maltrato psicológico. Dejando al lado el contexto social secular (que se podría hablar mucho sobre ello) pensemos en el contexto religioso de los grupos pseudo-evangélicos.
Hace ya como unos 20 años, conocimos muy de cerca (¡pero muy de cerca!) un matrimonio que habiendo entrado en un grupo de los mencionados más arriba, el “apóstol” y el “pastor” de ese grupo (con más grupos en distintos países) le dijo al marido: “Si tu esposa no te obedece en todo, entonces no es la mujer que Dios tenía destinada para ti”.
Este tipo de perversas declaraciones, tenían la pretensión de socavar la confianza del marido en su supuesta “autoridad espiritual” sobre su esposa. Así que después de un breve espacio de tiempo “trabajando” en esa línea, hicieron mella en el marido a tal punto de que, desde aquella “sabia dirección” usaron toda una serie de técnicas, para quebrantar la voluntad de la esposa, sin importarles pasar por encima de su conciencia.
Así, en un año más o menos acabaron finalmente con el matrimonio. Matrimonio que duraba ya por 8 años sin mayores complicaciones. De ahí que la única forma que tuvieron algunas esposas de salvar su matrimonio dentro de esos grupos, era lo mismo que le dijeron a la esposa del matrimonio roto: “Cuanto antes lo aceptes será mejor para ti”. Pero ella no lo aceptó. No fue lo que aprendió de sus padres, ni en su iglesia. El precio a pagar fue caro y duro, en términos de sufrimiento y sus consecuencias.
Eso es un ejemplo solo de lo que es “la otra violencia machista” de carácter psicológico que, usando como pretexto la Biblia se ejerce en ciertos grupos “evangélicos”.
Porque después hay otros muchos tipos de maltratos psicológicos, que para nada tienen que ver con la cuestión religiosa, y que habría que mencionar.
Pero la otra referencia, donde supuestamente se permite/ordena golpear a la esposa como una disposición “divina” y donde la mujer no tendrá ninguna defensa jurídica ni ley que la ampare, con dos bofetones u otro tipo de acto disuasorio, pero violento, se acaba con el problema. ¡Y chitón! Luego, se permiten decir que en su contexto hay menos maltratos y menos muertes de mujeres a manos de sus maridos que en nuestra cultura occidental.
Pero la realidad es muy tozuda y, por mucho que se quiera disimular e incluso darle la interpretación contraria a lo que dice el texto mencionado más arriba, las cifras están ahí:
La sororidad en blanco y negro.
Este reto nació en Turquía, un país donde los feminicidios son una pandemia en sí misma: más de 500 mujeres asesinadas cada año, contabilizadas por el gobierno. Las que no se contabilizan, que son muchas, a saber cuántas sumarán. El gobierno actual pretende regular la violencia de género para que los maltratadores puedan excusarse ante la ley.
Cada semana aparecen en los periódicos imágenes de mujeres en blanco y negro que nunca volverán a sentir la luz del sol, y en sororidad las vivas empezaron a compartir sus fotos en blanco y negro, porque una somos todas, y porque mañana podría ser yo.
En Polonia el gobierno pretende pasar una ley para legalizar el maltrato a las mujeres, igual que la que hay en Rusia, igual que la que pretende legalizar Turquía. Y de la violencia en Latinoamérica ni hablemos, supera estas cifras con creces.[ii]
Lógicamente, cuando se habla de números de muertes de mujeres eso sería solo la punta de un iceberg de proporciones gigantescas que, en el fondo escondería un continuo maltrato psicológico y físico del cual nadie sabe nada, excepto aquellas mujeres que los padecen y los hombres que los perpetran. Así se “hace cultura” se mantiene la “cultura” y se defiende la “cultura”.
El gran problema es que, mientras el nuevo movimiento “feminista” moderno[iii] pretende luchar contra todo maltrato y violencia contra la mujer en nuestra sociedad, en relación con esa “otra violencia” se guarda un silencio cobarde y culpable, por las mismas que se llaman “feministas”.
Mientras aquí se persigue y se acorrala a todo aquel que emite alguna expresión “machista” para invalidarlo y desterrarlo de toda escena pública, no se emite ninguna condena contra esa cita coránica que rige la vida de millones de creyentes que confiesan seguirlo, en todo el mundo, incluida nuestra sociedad.
Y mientras aquí se condena todo atisbo de violencia machista, en relación con “lo otro” pareciera que se acepta como “algo cultural” que hay que… respetar. Vamos, es que ni mencionarlo siquiera. Pero no está bien el usar una doble vara de medir. No, no es justo.
Claro, siempre se podrá alegar que “no hay denuncias al respecto…”. No. ¡Ni las habrá! ¡Ya se guardaría alguna esposa de hacerlo! El problema es que si aquí, aún teniendo leyes que favorecen a las mujeres, muchas, por temor (a veces, verdadero terror) no se atreven a denunciar a sus maridos, ¡cuánto más no lo harán aquellas que, además, llegado el momento aceptan el maltrato como algo que “está ordenado por Dios”!
El hogar a veces, es un mundo totalmente aparte; aparte de la sociedad y aparte, incluso de las leyes que pretenden gobernarla (supuestamente) para el bien y el beneficio de todos y de todas. Pero sospechamos que en los países donde dichas leyes no existen, el maltrato a las mujeres en todos los aspectos es mucho más amplio, cruel y aplastante; y eso, aunque no se sepa del todo. Es “la otra violencia machista” y de la cual apenas se habla.
[i] (El Corán P. 85, 38/34. Edt. Planeta, 1983) NOTA: Aunque el texto anotado dice lo que dice, muchos eruditos islámicos niegan que el texto diga eso mismo, alegando que el significado del original no es ese. Definitivamente, uno no sabe si llevan razón en lo que dicen o pretenden “enmendar la plana” al Libro frente a la cantidad de protestas que en una sociedad como la occidental dicho texto y las prácticas consecuentes, que se suelen dar en el mundo islámico producen. Y, sobre todo, el que algunos de los imanes declaren abierta y públicamente, que es lícito que el marido golpee a su mujer, tal y cómo indica el texto de referencia. Para ellos el texto es meridianamente claro.
[ii] Texto tomado del enlace de la página de Facebook, de la Pastora Asun Quintana
[iii] Nada que ver con el movimiento feminista que tuvo su comienzo en la segunda mitad del Siglo XIX
Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Seneca Falls - La otra violencia machista